“Cuando un amigo se va queda un espacio vacío”, cantaba el Argentino Alberto Cortez. Sin embargo, la partida de Ángel Santos, ex presidente de la Hermandad de Empleados No Docentes (HEEND) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), dejó una huella imborrable en cada una de las personas que tuvieron la oportunidad de conocerlo.
José Torres, actual presidente de la HEEND, dijo a Diálogo que Santos, quién murió en el mes de diciembre a causa de un cáncer en el hígado, significó “el compromiso de una persona que entregó todo su esfuerzo a la lucha por reivindicar a los trabajadores puertorriqueños”.
Esto quedó confirmado el pasado viernes, cuando decenas de miembros de la HEEND, profesores, estudiantes, familiares y conocidos de Ángel se reunieron para rendirle homenaje en la Plaza Baldorioty de Castro de la UPR de Río Piedras.
“Estamos celebrando la vida de un compañero”, dijo Christie Capetta, vicepresidenta de la HEEND, a los que iban llegando a la plaza.
El lugar del encuentro no fue elegido por casualidad. Según Capetta, la plaza ubicada frente a la torre fue la principal cómplice de las manifestaciones en las que participó Ángel.
“Vamos a empezar como Ángel se merece”, dijo Capetta a los allí reunidos.
Inmediatamente la orquesta Rumba Caribe comenzó a tocar el éxito Lluvia del salsero Willie Rosario. Y como una bendición del cielo o quizá como una oportuna casualidad mientras la orquesta repetía “agua que cae del cielo moja mi desconsuelo” la lluvia cedió y refrescó a los presentes. Sin embargo, el agua no impidió que la actividad continuara su curso, los asistentes se mantuvieron aplaudiendo en honor a Ángel.
El legado
Santos estuvo activo en el sindicalismo durante 13 años y fue presidente de la HEEND desde el 2004 hasta el 2007. Mientras estuvo al frente de la hermandad negocio el convenio colectivo de HEEND y fue portavoz en la Coordinadora Sindical. Santos fue un incansable defensor de los estudiantes y participó activamente de varias huelgas. Además fue delegado de la Asociación de Empleados de Estado Libre Asociado (AEELA).
Aunque ya el cáncer se apoderaba de su cuerpo siempre estuvo pendiente del futuro del fondo del retiro pues era el presidente de la Junta de Retiro de la HEEND.
Santos le gustaba ayudar a los más necesitados. Apoyó el proyecto comunitario Matria, dedicado a ayudar a mujeres que han sido víctimas de violencia de género. También ayudó al hogar de pacientes de Sida en Luquillo y participó en la Coalición contra la pena de muerte. Además se encargó de ayudar a los niños del residencial Manuel A. Pérez para que estos tuvieran sus artículos escolares en el regreso a clase.
Según Capetta, las acciones de Ángel Santos siempre tenían resultado. Santos tenía un gran manejo de la palabra y le era fácil convocar multitudes cuando de hacer justicia se trataba.
“Ángel Santos no sólo pensaba en la hermandad, en todos ustedes, en la Universidad…Ángel pensaba que un mejor país era posible”, afirmó Capetta.