Llega el mes de febrero y automáticamente muchos piensan en el día de San Valentín, sobre todo los que tienen parejas. Para muchos el romance está en el aire así que opté por contar la historia de amor de mis abuelos y la de los abuelos de mi compañera de trabajo, Ana García.
“Usted anda conmigo”
“Yo estaba celebrando mi quinceañero en casa de mi hermana y la vecina llamó a la policía por la música. Herman, que para ese entonces trabajaba [como policía] en el cuartel general de Hato Rey, fue al que le tocó ir a casa”, relató mi abuela Gloria Santiago al contar como conoció a mi abuelo esa noche del 15 de enero de 1961.
“Mi hermana, que era la dueña de la casa, se puso a hablar con él pero yo no lo llegué a ver. Pero al parecer, él quedó encantado conmigo”, recordó.
Dos años más tarde, el destino jugó a favor de mi abuelo Herman cuando un amigo lo invitó a comer a casa de su novia, quien resultó ser la hermana de mi abuela Gloria.
“Eso fue el destino”, anotó mi abuela. Él no perdió tiempo y buscó llamar su atención. “Se sentó a comer mientras yo veía televisión y me decía ‘mírame pero no me veles’, pero yo no le hacía caso”, destacó.
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar poco tiempo después cuando abuelo Herman, abuela Gloria, su hermana y su novio fueron juntos a las fiestas patronales de Loíza.
“Fuimos y allí me encontré a un amigo. Lo fui a saludar y rápido tu abuelo me agarró la mano y me dijo ‘usted anda conmigo’. Yo me quedé bien seria y le dije que yo no andaba con él. Pero poco a poco él me buscó la vuelta y bailamos”, contó.
“A la hora de despedirse me dijo ‘mira eso’ y cuando volteé, me dio un beso”, relató emocionada.
“Al otro día fue a casa para invitarme a salir. Seguimos saliendo y conociéndonos hasta que un día fue a pedirle permiso a mi papá para casarnos”, prosiguió.
No obstante, su papá se opuso. “Como papi era racista, no quiso”, explicó. Pero más tarde aceptó la relación. “Después de un tiempo, firmó los papeles para que yo me pudiera casar, porque en ese entonces yo tenía 17 años”, indicó.
“Hicimos una ceremonia civil en casa de mi hermana el 30 de enero de 1963. Era sencilla pero estuvo bien bonita, hasta hubo bizcocho”, resaltó.
“Ese mismo día nos fuimos a vivir a un apartamento amueblado que él había alquilado y ahí fue que comenzó todo. Un año después adoptamos a tu tío, tu madre nació en el ‘71 y tu otro tío en el ‘74”, rememoró.
Abuela contó su historia con mucha emoción. Su mirada me hacía pensar que estaba reviviendo cada uno de los momentos mientras me los narraba. Sin embargo, su semblante cambió cuando llegó el instante de hablar sobre la muerte de abuelo.
“Herman se retiró como teniente de la policía del Hospital de Veteranos y rápido se empezó a enfermar. Dios me lo llevó en mayo del 2009”, dijo con nostalgia.
“Él fue el amor de mi vida. Lo extraño todos los días y sigo enamorada de él”, afirmó.
“Siempre la tengo en mi recuerdo”
La historia de Ana Delia Rodríguez y Rafael Román, abuelos de la compañera Ana García, comenzó en el pueblo de Arecibo para la década del 1950.
“Ana leía un libro de Corín Tellado en el balcón de su casa cuando cruzamos miradas”, relató don Rafael, quien recuerda ese momento como si hubiera sido hoy. “Yo tenía una chaqueta color marrón y estaba de camino al negocio de siempre”, añadió.
Don Rafael se prendó de doña Delia y buscó la forma de acercarse a ella. “Yo conocía a su tío así que hablé con él para que me ayudara a llegar a ella”, recordó.
Le confesó sus sentimientos a su enamorada un día muy particular. “El día de la tormenta Santa Clara (1956), le declaré mi amor. Todo estaba oscuro, así que aproveché y fui a visitarla. Ella aceptó y yo le robé un beso”, indicó.
“Estuvimos saliendo por tres años y finalmente nos casamos el 11 de diciembre del 1959 en la Iglesia Católica de Arecibo”, precisó. Producto de ese amor nacieron seis hijos.
Don Rafael cumplió fielmente la parte del voto matrimonial en el que la pareja se compromete a estar juntos tanto en la salud como en la enfermedad. “Ana comenzó a enfermarse a los 40 años pero yo siempre estuve a su lado, me convertí en su doctor hasta que murió el 3 de septiembre del 2014”, afirmó.
“Yo sigo celebrando los aniversarios porque aunque ella se fue, yo siempre la tengo en mi recuerdo”, aseguró.