
JOBOS, Isabela – ¡Si tan solo hubiese una cámara de vídeo para grabar todos y cada uno de los breves históricos que el surf isabelino vivió durante el Rip Curl Pro Search 2010, cuando la ciudad de los gallitos figuraba como la capital mundial de este deporte!
Están, por ejemplo, las escenas de aprendizaje, como cuando tres de los nenes de Bajuras -Héctor Santamaría, Juanki Venegas y José Tavares- se encontraron en el agua con el sudafricano Jordy Smith, número dos a nivel mundial, y este hizo un ‘full-rotation’ frente a ellos, con la punta de la tabla finalizando de frente a la orilla y fuera del ‘maso’.
“Al ver a esta gente nos hemos dado cuenta que hay que ser más rápidos en el agua a la hora de hacer los trucos”, explica sin tapujos Venegas, justo antes de ser interrumpido por Santamaría y Tavares, dos de sus mejores panas dentro y fuera del agua. “Es que casi todo lo hacen en un segundo…”, agrega Santamaría. “Para nosotros ha sido una gran oportunidad estudiar de cerca a estos caballos, que son los mejores a nivel mundial, que están donde nosotros queremos llegar”, añade Tavares.
Quizás el lector convencional se dio cuenta que de la última semana de octubre a la segunda de noviembre algo pasaba en Isabela. Coberturas especiales de los tres principales diarios del país, miles de cámaras, desde ESPN Brasil hasta Telemundo Internacional, decenas de miles de personas con acentos distintos caminando de día y de noche por los espacios aledaños a la playa Jobos… en fin, Jobos parecía Cannes en la semana del festival de cine, Mayaguez durante los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, Wimbledon durante el torneo de tenis, Pamplona durante la carrera de toros y La Habana durante el Festival de la Juventud. Claro, habría que sustituirlo todo con surf, deporte que ha criado a varias generaciones de isabelinos. En estos momentos, después de la solidificación de leyendas como Cocolo Torres y Control Deliz en las playas nacionales y de las peripecias del máximo representante boricua a nivel mundial, Dylan Graves (único local en participar en el evento grande del Pro Search tras ganar la clasificatoria de wild card), ese mismo surf cría atletas como Venegas (20 años de edad), Santamaría (18), Tavares (20) y Liza Cabán (17) , principal prospecto nacional en tabla, y ha adoptado a otr@s como Lizzie González (22), ganadora del pasado Circuito Pro de Corona Extra, certamen donde se definen los mejores a nivel isleño.
El Rip Curl Pro Search fue la novena y última parada de la Gira Mundial de la Asociación Profesional de Surf (ASP, por sus siglas en inglés) donde la leyenda floridana Kelly Slater (¿alguien dijo Michael Jordan?) ganó su inimaginable décimo campeonato mundial, faena que lo consagra como uno de los mejores atletas de la historia. Los que saben de surf, y, más aún, de lo que significan las olas y la camaradería internacional dentro del agua para los atletas del sector Bajuras, de los spots de Jobos, Montones, Golondrina y Middles, entienden lo que vivieron estos muchachos. El aprendizaje que esta actual generación digirió durante ese período fue brutal, no tan solo por ver a Slater, Smith o los australianos Taj Burrow y Mick Fanning compitiendo, si no por encontrárselos en el agua de las playas donde ellos son los locales, por ver en sus narices un surf profesional e internacional que desde hace pocos años conocen de cerca y que han visto, en su mayor parte, en vídeos. Le preguntamos a Liza y a Lizzie a quienes de las mejores del mundo vieron en el agua: “A Silvana Lima (brasileña, #5 del mundo, según la ASP), Sofía Mulanovich (peruana, #4), Stephanie Gilmore (australiana, #1 y ganadora del Rip Curl Pro Search), Sally Fiztgibbons (australiana, #2) y Carissa Moore (hawaiana, #3)”, dice Liza de memoria; “Ah, y a Bethany Hamilton, la muchacha que perdió su brazo cuando la atacó un tiburón en Kahuai hace par de años… ‘usted y tenga’ ahí, mucho respeto para ella, mucho respeto”, sumó Lizzie.
Como siempre pasa, dentro de esta gran historia de los que andan tomando el batón del surf nacional, de la nueva generación que produce esa fábrica de surf conocida como Isabela, hay veinte historias más. Está la de Tavares, un humilde fenómeno del surf desde antes de la adolescencia que hace apenas unas semanas volvió a surfear con su padre, un veterano local que por cosas del destino estuvo en prisión desde que el joven tenía dos años de edad hasta sus 12, y con quien no compartía dentro del agua desde hace algunos años. “Estuvo divertido, aunque él estaba medio ‘gremo’, jajaja”, rió José al preguntársele. “El fue quien me enseñó a surfear, el que me metió esto en la mente. Se impresionó mucho conmigo, hacía tiempo que no surfeaba. Estuvimos un tiempito alejados, pero ahora tenemos una buena relación, los dos estamos ‘chilin’, tranquilos”.
¿Y qué tal Gerena, quien pasa los ratos en los que no está en el agua ayudando a su mamá en el ‘Soniarican’, una de los restaurantes raíces del comercio turístico que rodea a Jobos? “Aquí yo me crié, en esa playa. Ese era mi patio cuando chiquito y la casa estaba arriba del negocio”, dice Tavares, mientras señalaba el pico de Jobos. “No lo podía vestir de blanco cuando chiquito, porque siempre arrancaba a correr hacia el agua”, nos relata sin que Gerena se dé cuenta su mamá Sonia Martínez, que, al igual que las madres de todos los atletas reseñados, funge como fanática y auspiciadora número uno. “En Puerto Rico debe haber más respaldo para estos atletas… Nosotros los padres trabajamos para que los muchachos puedan ir a las competencias internacionales, pero hace falta más ayuda de los auspiciadores y de las asociaciones y federaciones de este deporte”, expuso, aprovechando para clamar por una participación más directa de las marcas con los muchachos “sin intermediarios federativos ni nada por el estilo”.
Entonces, está Santamaría, a quien consideran, según Gerena, como “el más futurista del corillo, el que siempre está estudiando videos y nos reta en el agua a hacer trucos más difíciles”. Santamaría, nacido en el área metro, recordó sus inicios en las playas de Isabela: “Era chiquito, no me acuerdo la edad. Fue en el agua que conocí a Juanki y a José. Y ahora nos pasamos todo el tiempo juntos”. Santamaría, a quienes los expertos reconocen como la punta de lanza del estilo progresivo que representa la nueva escuela del surf puertorriqueño, lideró el equipo que este año arrasó en el Circuito Pro de Corona Extra, en el cual también figuraban Gerena y Tavares. Según indicaron, los tres han tenido la oportunidad de viajar juntos a paraísos como Brasil, Tahití y Ecuador lo que les ha expandido la mente a la hora de compartir olas junto a extranjeros y romper con la bélica tendencia del localismo dentro del agua.
“Esto es un trabajo y lo estamos entendiendo, queremos que para nosotros sea una profesión como lo es para los jugadores de baloncesto, para los boxeadores, para todo atleta que vive de su talento”, manifestó Venegas. “Al viajar, nos damos cuenta de muchas cosas en las que hay que trabajar aquí, de cómo se comportan los profesionales en el agua, de que no hay que estar ‘joceando’ todo el tiempo y que hay que compartir con la gente, como ellos hacen con nosotros cuando vamos a sus países”, expresó Santamaría. Las chicas comparten esta filosofía, pues Cabán afirmó que al graduarse en mayo próximo de escuela superior se tomará un tiempo para dedicarse de lleno al surf y buscar el profesionalismo, mientras que González explicó que una de las razones por las que se mudó de su Canóvanas a Isabela fue para mejorar sus destrezas en el agua y buscar entrar a la gira mundial femenina de la ASP.
Y el mes de noviembre de 2010 ha sido uno de los encuentros más cercanos con gente que hace lo que ellos interesan hacer: vivir del surf. La mayoría de las anécdotas con los profesionales del surf que buscan emular fueron alegres, pero hay una que fue un poco triste, que cuidadosamente relataremos a continuación.
Santamaría, Tavares y Gerena están en el estacionamiento del ‘Soniarican’, apenas minutos después de una sesión de surf en Jobos, cuando consternada baja Lizzie a contar algo que deja boquiabiertos a todos los presentes. “¡Se murió Andy Irons!”, comenta apenas horas después de que el ex campeón mundial del circuito de la ASP fuese encontrado muerto en una habitación de un hotel de Dallas, Texas, donde hizo escala en ruta a su natal Hawai tras venir a Isabela para el Rip Curl Pro Search.
“Wowwww… embuste… no puede ser…”, comentan en unísono Santamaría, Gerena y Tavares, reflejando desde ya el luto en sus rostros.
Esto es como si en el Preolímpico de 2004, en San Juan, José Juan Barea estuviese ‘jangueando’ con Guillermo Díaz y Angel Daniel Vassallo y llegara Auri Cruz a decirles que Kobe Bryant había muerto. Esto va más allá, porque estamos hablando de que estos jóvenes vieron hace días a Irons, uno de los muchos ídolos del surf mundial que hizo la peregrinación hasta Isabela para ser parte del evento más importante del año. La familia del hawaiano Irons aseguró que el deceso ocurrió como consecuencia del virus del dengue que supuestamente adquirió en Puerto Rico.
“Naaaa… no puede ser por dengue de aquí en Puerto Rico… ¡Ese tipo era mi ídolo, mi modelo a seguir en el agua en muchas cosas!”, comenta Santamaría, “No lo creo… no lo creo”, continúa Gerena. Tavares calla sorprendido. Periódicos de Hawai luego señalaron que la investigación forense arrojó la alta posibilidad de una sobredosis de droga, pues, aparentemente, Irons mezcló dos medicamentos para el dolor muscular con metadona. Claro, eso no calmaba el luto de estos jóvenes. Después de todo, Irons y todos los profesionales que llegaron a Isabela son parte de sus vidas. Y la nueva escuela isabelina también es parte íntegra de la comunidad mundial de surf.
“Somos atletas y queremos vivir de esto hasta el final”, puntualizó Santamaría.