Puerto Rico aprecia tanto la prensa nacional como la regional, lo que mantiene al País y a sus pueblos al tanto de lo que ocurre en ambos escenarios. A la vez, esta oferta proporciona, particularmente a los pequeños comerciantes, un espacio en los periódicos regionales para promover sus negocios.
Pero con el lanzamiento de los periódicos que circulan de lunes a viernes como El Vocero, que se convirtió el pasado verano en una publicación gratuita que conserva su contenido y estilo habitual, la prensa ha comenzado a cambiar aun más al unírsele otras alternativas periodísticas gratuitas: el pasado 8 de octubre, Índice, de las empresas puertorriqueñas Ferré Rangel que también publican El Nuevo Día y Primera Hora, y el 10 octubre, Metro, de la multinacional sueca Metro, cuyos informes financieros se originan en Luxemburgo.
Índice y Metro son ofertas dirigidas a lectores jóvenes, pudientes y metropolitanos que pueden leer el periódico en “solo quince o veinte minutos”. Índice, con una tirada de hasta 130 mil ejemplares, se distribuye al mismo grupo de personas en 100 puntos del área metropolitana y otros 15 puntos en los municipios de Mayagüez, Ponce, Arecibo y Hatillo. Según informa oficialmente la empresa Metro, sus lectores principales, de sus 100 periódicos que circulan en 27 países, son jóvenes trabajadores, menores de 35 años, y que leen el 76 por ciento del contenido de los Metro.
Metro salió a la luz en 1995 en Estocolmo, Suecia, como un periódico gratuito y en dos años se había difundido a otros países europeos. En 1999 la segunda empresa europea en lanzar al mercado un periódico gratuito fue la noruega Schibested, que publicó desde Zúrich el periódico 20 minutos. El media kit de Metro dice que tienen periódicos globales adaptados en sobre cien ciudades en 45 países.
La empresa Metro considera su producto como un sumario neutral que reúne las más importantes noticias nacionales, locales e internacionales, así como entrevistas. Los temas recurrentes en los periódicos Metro son: viajes, moda, tecnología, películas, deportes, música, ecología, arte, las vidas de los famosos y relaciones interpersonales. Asimismo, la Editora en Jefe de Metro en Puerto Rico, Aiola Virella, señaló que: “Nos especializamos en conocer a nuestros lectores y con ello también proveemos valor añadido a nuestros clientes y quienes nos auspician con su confianza”.
En su primer número, Índice dijo que quieren “buscar a los que sueñan, a los que son padres, a los que no lo son y a los que quieren serlo. A los que trabajan, a los que buscan huir del desempleo y a los que ESTUDIAN (así con mayúsculas). Estamos por Puerto Rico y por los puertorriqueños”.
Añaden que también quieren compartir con los que “janguean”, bailan y conversan, así como con los que “tuitean”; y con los héroes de la oficina, con los que cuidan de la naturaleza y el ambiente, los que limpian las playas, los que cuidan de sus mascotas y con los que sueñan despiertos y quieren vivir la vida en armonía”.
En entrevistas realizadas a estudiantes universitarios algunos opinaron que la información que ofrece Metro “es más seria y tiene un contenido independiente”; que “las noticias son más breves y las personas se enteran rápidamente”; “pero no me representa como ‘jóvenes’”. También señalaron que la impresión muestra “textura y calidad de las tintas”.
Mientras que la opinión sobre Índice es que “es llamativo, variado y atrae a la juventud”; “es más accesible y la entrega del periódico es más amigable”.
Las tres publicaciones, El Vocero relanzado como edición gratuita, Índice y Metro PR, elaboran sus presentaciones con mayor énfasis en lo visual mientras que reducen su espacio editorial.
Al revisar sus tarifarios (o rate cards), instrumento esencial de ventas a anunciantes, las tres publicaciones enfatizan la flexibilidad para ajustar sus espacios comerciales y proveer a sus anunciantes mayor presencia y espectacularidad al contenido publicitario. Resulta lógica esta flexibilidad dado que los tres periódicos dependen exclusivamente de las pautas publicitarias para garantizar la rentabilidad de sus operaciones.
Sin embargo, cabe cuestionar si estas nuevas propuestas son espacios periodísticos o serán meramente instrumentos promocionales con pocas noticias, limitadas a sumarios de ediciones virtuales de los propios periódicos o grupos editoriales, con la apariencia más cercana a revistas sobre espectáculos, celebridades y deportes, donde el fuerte contenido visual será la historia y no la indagación periodística.
En el caso de Metro, al tener presencia en 45 países, se han visto al parecer precisados a subsanar el predominio visual mediante un contenido editorial más variado con una visión internacional. Esta combinación aporta tantos escritos de periodistas nacionales junto con la propuesta de la red de redactores globales de Metro International. Su despliegue visual, aunque similar a las propuestas puertorriqueñas, apela a un lector más educado y por ello más profesional.
La interrogante radica en si la perspectiva global con contenidos nacionales incluidos, es la ruta del periodismo de la segunda década del siglo veintiuno, cuyas operaciones rentables se fundamentan en redes de redactores independientes y proveedores de contenidos para publicaciones diversas que responden a mercados nichos: personas con poco tiempo para leer y mucho menos para reflexionar.
Los autores son profesores del Departamento de Comunicación en la Universidad del Sagrado Corazón.