El 30 de agosto de 2016, Diálogo publicó el artículo: “Entre el estigma y la ley: la prostitución trans en la isla”. En el reportaje, escrito por Alfonso Mercedes, se entrevistó al doctor Carlos Rodríguez-Díaz, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico y presidente de la Junta de Directores de Coaí, Inc, organización dirigida a la prevención del VIH/SIDA en la comunidad LGBTT.
El texto de Diálogo destaca que el doctor Rodríguez-Díaz “reconoce que una de las principales limitaciones de las organizaciones que atienden estas comunidades desde la salud pública es la ausencia de un perfil claro de la población trans y la población trans que ejerce trabajo sexual”.
Además el artículo señala que el doctor Rodríguez-Díaz indica que: “En todo estudio, en toda actividad que se haga para contar y conocer las características de las poblaciones en este país tenemos que empezar a preguntar quién se identifica como transgénero y transexual porque ciertamente para la toma de decisiones se utilizan números que lo justifiquen. Si nosotros no preguntamos nunca vamos a tener el número que apoye la asignación de fondos para unas poblaciones que no conocemos porque no la hemos explorado”.
A pesar de que aplaudo los esfuerzos del doctor Rodríguez-Díaz por ayudar a la comunidad transgénero y transexual de Puerto Rico, estoy preocupada por sus afirmaciones. La realidad es que en Puerto Rico ya se han realizado estudios que nos han permitido comenzar a conocer las características de la comunidad transgénero/transexual, así como las condiciones y las necesidades que experimentan.
En el 2015, tras recibir solicitudes de ayuda de personas transgénero/transexuales residentes en Puerto Rico quienes supieron de la labor que realizo con la comunidad transgénero en el estado de Massachusetts, y tras conocer las experiencias vividas por miembros de esta comunidad en Puerto Rico, quienes ahora residen en el estado de Massachusetts, decidí darme a la tarea de hacer algo para ayudarles.
Soy psicóloga clínica licenciada en Puerto Rico y consejera en salud mental licenciada en el estado de Massachusetts en donde ejerzo como terapeuta sexual certificada por la “American Association of Sex Educators, Counselors and Therapist” (AASECT). También soy especialista en terapia de género realizando evaluaciones y tratamiento con individuos transgénero y que no se identifica en el binario de hombre-mujer.
Para poder desarrollar un plan para asistir a estos individuos, realicé el estudio titulado “Necesidades, obstáculos y plan de acción para satisfacer las necesidades de la comunidad transgénero en Puerto Rico”. Los resultados de este estudio fueron presentados el 18 de agosto de 2015 en la Escuela de Cooperativismo de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras con el apoyo de Amnistía Internacional Puerto Rico y con la participación de Antonio Santini, uno de los directores del documental “Mala Mala” sobre la mencionada comunidad en Puerto Rico. Durante la presentación de los resultados varios miembros de la comunidad transgénero y transexual de Puerto Rico, así como miembros de la comunidad profesional que trabaja con esta comunidad en la isla, estuvieron presentes.
El estudio de necesidades se realizó con los siguientes objetivos: identificar las necesidades de la comunidad transgénero en Puerto Rico; identificar los factores que previenen la satisfacción de sus necesidades e identificar aspectos a incorporar en un plan de acción para satisfacer las necesidades identificadas.
Para realizar este trabajo se realizaron dos grupos focales. El primer grupo estuvo compuesto por profesionales que proveen o han provisto servicios a la comunidad transgénero en Puerto Rico. El segundo grupo estuvo compuesto por personas de la comunidad transgénero que reside en Puerto Rico. De este grupo, un 72% se identificó como mujer transexual, un 14% se identificó como hombre transexual y un 14% con el género femenino.
A través de los grupos focales se identificaron las necesidades médicas, psicológicas, legales y sociales de esta comunidad. Los participantes identificaron los obstáculos (culturales, religiosos, legales, etc.) que previenen la satisfacción de las necesidades identificadas y ofrecieron recomendaciones para satisfacer las mismas.
Una de las múltiples necesidades que fueron identificadas por el grupo de la comunidad transgénero fue la necesidad de que se termine con el discrimen en contra de su comunidad. Según indicaron, debido al discrimen del que son víctimas, no les es posible conseguir un empleo y esto lleva a algunos/as de ellos/as a optar por el trabajo sexual. Durante el estudio una de las participantes explicó que algunas mujeres transgénero se convierten en trabajadoras sexuales porque las circunstancias las obligan.
Por otro lado, los participantes del estudio explicaron que debido al discrimen que sufren buscan aliarse a los grupos donde se sienten incluidas/os y por eso buscan apoyo con las personas que están ofreciendo trabajo sexual. Una participante hizo referencia al grupo de trabajadoras sexuales como “un grupo en el que todas nos sentimos apoyadas, pues la mayoría de nosotras en la comunidad trans tiende a incluirse a este grupo.”
La identificación de las necesidades y obstáculos, así como las recomendaciones provistas, han facilitado el desarrollo de un plan de acción para asistir a la comunidad transgénero en Puerto Rico. Dicho plan ha requerido el desarrollo de coaliciones para satisfacer las múltiples necesidades identificadas. La coalición principal se ha desarrollado con Amnistía Internacional Sección de Puerto Rico. En este estudio además se documentaron características sociodemográficas de los/as participantes tales como el sexo biológico, identificación de género, nivel educativo, estado civil, religión, entre otras características.
Los resultados del estudio de necesidades, además, fueron utilizados para desarrollar una ponencia sobre las violaciones al derecho de la salud de la mencionada comunidad realizada por esta servidora y presentada por Amnistía Internacional Sección de Puerto Rico durante las vistas públicas convocadas por el Colegio de Abogados y Abogadas durante los días 16 y 27 de abril de 2015. Además, fueron discutidos durante un panel sobre políticas de inclusión para esta comunidad organizado por el “LGBTQ Policy Journal” del Harvard Kennedy School y en una entrevista publicada en esa misma revista.
Por otro lado, es importante mencionar que otros colegas tales como las doctoras Sheilla Rodríguez Madera, Sarah Malavé Lebrón, y el fenecido doctor José Toro Alfonso también han realizado estudios para conocer a esta población.
Rodríguez Madera y Toro Alfonso (2005) exploraron aspectos de identificación de género y conocimientos y actitudes sobre el VIH/SIDA en una muestra de 40 personas (un 74% se identificó como transexual; 34% como travesti; 12% como transformista y 6% como draga). Malavé y González (2009), por su parte, exploraron las experiencias de vida de 31 individuos transgénero/transexuales (“de masculino a femenino”) en Puerto Rico en relación a experiencias de maltrato, discrimen y aspectos de salud mental (ideación suicida y acceso a tratamiento psicológico).
En un estudio publicado en el 2012, Rodríguez Madera, describió las experiencias de la comunidad de mujeres transexuales en Puerto Rico. Indicó que estas poseen menos redes de apoyo, sufren más criminalización y persecución que otras poblaciones, son víctima de crímenes de odio, de violencia estructural y violencia por parte de la Policía. En el mismo estudio, Rodríguez recomendó el desarrollo de una “reforma socio-estructural” que permita el acceso a sus derechos como ciudadanos y derechos de salud”.
El Proyecto TRANSforma, por su parte, en un estudio en donde participaron 96 mujeres transexuales, reportó los niveles de desempleo en esta comunidad, así como el porcentaje de individuos de la muestra que realiza trabajo sexual, que han sido arrestadas por la Policía y que han estado en la cárcel. Además reportó cuántas han utilizado hormonas (sin y con asistencia médica) y silicón y cuántas se han sometido a cirugías para feminización y confirmación de su identidad de género.
Esta revisión, de solo algunos estudios realizados en Puerto Rico, muestra cómo en la isla ya hemos comenzado a estudiar a esta población. Además, también ilustra cómo existen iniciativas para crear visibilidad y trabajar para que estos individuos comiencen a disfrutar de los derechos que les pertenecen y que comiencen a recibir los servicios necesarios para satisfacer sus necesidades particulares.