Por: Christian G. Torres
La solución fue llamada “salomónica” por algunos y “absurda” por otros. “¡Qué pantalones, mano! ¿A quién se le ocurre? #algaro”, tuiteaba el pueblo, al escuchar el “speech” del gobernador de Puerto Rico, Manuel Zagardía. “Será morón?? #duh”, decían en las redes.
Con lo que muchos analistas políticos llamaron “La solución”, los estadistas tendrían su estado, los estadolibristas mantendrían su estatus actual y los independentistas tendrían su orgullosa nación archipiélago.
“Se escucha bueno…”, dijo la señora en las noticias, con alguien detrás haciéndole cuernitos, “…pero por algún lao’ nos van a clavar. Siempre pasa cuando vienen con esos cuentos chinos”.
¿Cómo sería posible complacer a estas tres facciones políticas con argumentos e ideologías contrarias? No se sabía. Los comediantes hacían chistes, “la mejor solución es irse pal’ ca…” Y eso hacían muchos, irse.
Allá afuera
Luego de la gran diáspora del principio del siglo 21, el gobierno puertorriqueño decidió tomar medidas extraordinarias y desesperadas para evitar la migración del pueblo a los Estados Unidos. Algunas simples, como aumentar los impuestos y otras más raras como apagar las luces a las mismas siete. Pero una de las ideas raras la propuso el Congreso estadounidense: dividir el país por la mitad.
“Si quieres vivir en un estado, ¡pues tienes 50 pa’ escoger!” era el decir de casi todo el mundo. Gracias a la situación económica al principio del siglo, eso mismo fue lo que pasó. Miles de familias puertorriqueñas empacaron sus maletas y arrancaron “pa’ allá afuera”. Inclusive allafuera.com, un site dedicado a conseguir empleo, vivienda y hasta esposa en los Estados Unidos, era una de las páginas más visitadas en Puerto Rico, después del Twitter de “El Parisongo”, un show de radio matutino.
Ponce is Ponce.
Luis Robles nació para ser un líder. La sonrisa política la sacó de su papá y de su madre la facilidad con las palabras. Te hacía sentir que te estaba escuchando atentamente, pero lo que estaba haciendo era analizándote. Además, cuando hablaba, lo hacía con autoridad.
-“¡Cuando perdí la gobernación en el 2016, la estadidad parecía un sueño muy lejano! Hoy está más cerca que nunca!”, exclamaba a través de su programa online, Luis Robles habla claro con el licenciado Luis Robles, presidente del nuevo Partido Estadista Militante (PEM). El PEM, según su About Us de Facebook es “un grupo de progresistas visionarios que claman la estadidad como un derecho humano”. Según el website de la ONU es “un grupo terrorista y un peligro para la estabilidad social y económica de la Isla de Puerto Rico”.
El gobierno gringo decía que no apoyaba el PEM, pero en el 2023 unos documentos “leakeados” revelaron que una cantidad exorbitante de dinero y armas fueron enviados hacia ellos desde México, con orígenes en Texas y California.
-“Y comenzando el año que viene, la estadidad será realidad”.
“La estadidad será realidad era el “slogan” del PEM. En todas las paredes graffiteaban su grito de guerra.
En una entrevista que tuve con él (para esos tiempos que me creía periodista) le pregunté cuáles eran sus metas para el País, y su contestación fue simple: “la estadidad”, me dijo con una sonrisa más grande que su cara. Esperaba algo más.
New Richport
Nunca olvidaré las primeras planas de los periódicos al otro día del gran anuncio.
MACHETAZO AL PAÍS
INSÓLITA SOLUCIÓN AL ESTATUS
NEW RICHPORT PROMETE
Un chota le comunicó a los medios que la ciudad sureña de Ponce sería escogida como la capital de New Richport, el estado 51 de la nación americana. San Juan, sin embargo, se mantiene como la capital del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Y así la Isla antes conocida como Puerto Rico, con un pueblo, una capital y una bandera, se dividió en dos.
Las protestas comenzaron ese mismo día, después del coffee break de las 10:15, y no pararon, solo para los otros coffee breaks. Nadie estaba de acuerdo con la decisión, sin embargo, casi todos los legisladores en poder la empujaban sin medida. Luego de cinco años del primer anuncio, fue oficializado.
El estado de New Richport compartiría su frontera con el Estado Libre Asociado de Puerto Rico en una playa que queda entre Vega Baja y Manatí. Luego pasaría por Morovis y continuaría hacia el sur por Orocovis, Villalba hasta llegar a la costa de Juana Díaz. Al oeste de la línea, el estado cincuenta y uno. Al este de la línea, el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. En las islitas de Vieques y Culebra, nuestra nueva nación, Borikén.
Originalmente los líderes del partido independentista que ahora son los administradores de Borikén se enfadaron y comenzaron la campaña viral #NosExiliaron a través de su cuenta de Twitter. Pero luego se dieron cuenta que en verdad, ¿quién no quiere vivir en Vieques y Culebra? “Además, ya basta de estar divididos como pueblo, Vieques y Culebra serán un país: Borikén”, dijo el nuevo presidente de nuestras dos islitas.
El cuento chino
Al otro día de la división final, marcada por una línea de tiza blanca, los dos pueblos reaciamente aceptaban su destino.
“Ya qué rayos! Por lo menos no tengo que estar con esos estúpidos vende patrias”, twiteó una señora desde el lado derecho de la Isla.
“Finally! Las películas van a llegar el mismo día que allá afuera, decía una joven desde el lado izquierdo en su vídeo blog de YouTube. Consiguió 285 views. De sus mejorcitos.
Mientras tanto en Washington, D.C. el presidente de Estados Unidos se reunía con sus asesores más cercanos.
-“¿Realmente esta es la solución correcta? Suena un poco drástica”.
-“Sí, Mr. President, no hay opción. Es esto o guerra. Y es una guerra que, con los recursos que tenemos, no podemos ganar”.
-“Ok. Ok.”
Respiró profundo
-“¿Dónde firmo? Y busca el helicóptero”.
Y así mismito, con una firma se saldó la deuda trillonaria a China, el presidente cedió los 51 estados y todos sus territorios en el Acuerdo del 28 de agosto de 2025. En la reunión pautada con el nombre “El estatus de los nuevos territorios”, el Almirante Lee del nuevo gobierno chino decidió que eso de estar dividiendo islas no era bueno para sus nuevas fábricas ya que “una gente dividida no trabaja bien”. La solución duró un mes y ahora el humo causado por las fábricas hacen que si te pasas un paño por la frente lo tienes que botar.
Mientras tanto aquí en Borikén todavía se ven las estrellas.