Compañías, gobiernos y actores sin fines de lucro coincidieron en que el crecimiento económico y el desarrollo sostenible tienen que ir de la mano para que nuestro mundo, cada vez más globalizado, sea más justo.
Pero queda mucho por hacer para que inversores y gerentes de empresas se conviertan en verdaderos socios de la sostenibilidad, concluyeron los participantes de una reunión de directivos, autoridades y representantes no gubernamentales, realizada en la cuarta semana de junio en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
“Sin el sector privado y sin políticas que favorezcan las inversiones privadas, podemos olvidarnos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, observó la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops), Grete Faremo, en la Cumbre de Líderes del Pacto Mundial de la ONU.
Los ODS son 17 objetivos en materia económica, social y ambiental acordados en 2015 por los 193 estados miembro de la ONU y que deberán concretarse para 2030.
Como dijo en la Asamblea General del foro mundial el director general de la compañía de electricidad italiana ENEL, Francesco Starace, muchas corporaciones todavía creen que deben elegir entre sostenibilidad o ganancias.
“Todavía nos domina el ‘terror a la o'”, observó Starace: ahorro de combustible o rápido, justo o barato, sostenible o exitoso. Ese es el ambiente que todavía domina la toma de decisiones en el mundo de las finanzas internacionales.
Si se interpreta que los cientos de empresarios y empresarias que participaron en una conferencia sobre la creación de redes en Nueva York es una celebración de sus propios esfuerzos, se puede decir que el status quo está cambiando.
El director general de ENEL, altos representantes de la fabricante de automóviles Volvo e incluso de la gigante petrolera Sinopec, entre otros, elogiaron los avances realizados por el sector privado en la preservación del ambiente.
Lise Kingo, directora del Pacto Mundial de la ONU, observó: “Está claro que las empresas están listas para responder al llamado” de los ODS.
El Pacto Mundial, el brazo empresarial de la ONU, se volvió una organización muy atractiva desde su creación en 2000, con más de 800 compañías suscritas y más de 60 redes regionales. La pregunta que se les hizo a todas ellas en la cumbre de dos días fue: ¿Dónde estamos parados? Y la respuesta depende de cómo se mida el progreso.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó a todos los integrantes del Pacto Mundial. Sin embargo, muchos participantes tuvieron opiniones ambiguas sobre los avances logrados. Dos asuntos fueron fundamentales: responsabilidad y participación del sector financiero.
El Grupo de Trabajo sobre Transparencia Financiera relacionada con el Clima (TCFD, en inglés) es una de las iniciativas para hacer frente a la cuestión de la responsabilidad.
Para que un negocio sea ambientalmente sostenible es necesario imponer la obligatoriedad de brindar información al respecto. El grupo de trabajo no puede tomar decisiones vinculantes, lo que crea una situación difícil.
“Queremos ser ambiciosos, pero tenemos que ser prácticos. Así que creamos un conjunto de pautas voluntarias”, explicó Jaycee Pribulsky, del TCFD, a IPS.
Alrededor de 85 por ciento de los directores ejecutivos y gerentes participantes consideraron esencial la sostenibilidad, según un estudio realizado por el Pacto Mundial. En teoría, la mayoría está de acuerdo, pero otra cosa es llevar el concepto a la práctica y crear una cadena de suministro sostenible.
Una forma importante de asegurarse de que realmente se concrete la sostenibilidad en el terreno, es que el sector privado invierta en negocios sostenibles. Pero solo 10 por ciento de los consultados dijeron que los inversores están entre los primeros tres impulsores de la sostenibilidad.
Es poco probable que la sola persuasión logre concretar inversiones más sostenibles en el futuro, en cambio, para que la inyección de capital resulte atractiva debe tener “un impacto ambiental y social positivo, además de beneficios económicos”, observó el director ejecutivo de UBS, Michael Nelskaya, y no es una paradoja.
Empresas como Arabesque Asset Management presentaron su enfoque en la cumbre. Con una vasta cantidad de datos, la firma de inversiones creó un grupo con un conjunto de compañías que son sostenibles según varias definiciones y prometedoras en términos económicos. La iniciativa recibió muchos elogios en los últimos dos años y es una de las posibles soluciones al dilema entre éxito y sostenibilidad.
A pesar de los esfuerzos realizados por los países más industrializados, el Sur en desarrollo todavía espera los beneficios de nuevos socios para realizar inversiones que sean inteligentes desde el punto de vista económico. Pero sin la posibilidad de conseguir fondos, muchas ideas de negocios sostenibles en los países en desarrollo sencillamente no prosperan.
James Savage, especialista en datos de la plataforma crediticia peer-to-peer (red de pares) Lendable, cree que hay muchos obstáculos para las empresas ambiciosas en los países menos adelantados (PMA).
“El costo de crear un solo acuerdo internacional (de préstamo) puede ser prohibitivo para una empresa mediana en un PMA”, dijo Savage a IPS.
Eso se debe en parte a la inseguridad respecto del tipo de cambio, a los altos costos del sector financiero y a vacíos en el mercado financiero.
“La falta de bancos centrales verdaderamente independientes que atiendan la inflación hace que haya una gran incertidumbre respecto del tipo de cambio”, añadió.
Por ello, además de ideas de negocios sostenibles, es necesario una reforma del sector financiero para que esas iniciativas puedan acceder a los fondos que tanto necesitan.
Las empresas locales o nacionales, al igual que los gobiernos, tienen diferentes condiciones en el mundo. Los fondos de Unops, las innovaciones privadas y las reformas públicas son todos diferentes puntos de partida para atender la permanente desigualdad que caracteriza al mundo empresarial.
Pero en lo que respecta a las corporaciones multinacionales, los desafíos son otros. A medida que aumentan su tamaño y su impacto, Grete Faremo alertó, comienzan a salirse del marco de la ley.