Como ya parece ser la norma con cada nueva movida musical de la controversial Lady Gaga, su último video musical ha creado un torbellino de visitas y reacciones en el mundo cibernético que la consagran como uno de los íconos más mediatizados de la Internet. El nuevo sencillo, “Telephone”, ha alcanzado una cifra récord en el portal YouTube, habiendo llegado a poco menos de 16 millones de visitas desde su estreno el pasado jueves. La extravagante artista estadounidense cuenta con la colaboración de la también cantante Beyoncé en su nuevo y provocativo cortometraje musical, que tiene una duración de aproximadamente nueve minutos. “Telephone” –ya censurado en algunos canales de televisión- combina excelente dirección y montajes fotográficos con bailes provocativos y repetidas escenas de contenido sexual lésbico para narrar una historia visual que poco tiene que ver con la letra que compone la canción. Por momentos, el cortometraje parece ser una muy bien trabajada campaña publicitaria, promocionando abiertamente algunas marcas tan populares como Polaroid, Diet Coke y Virgin Mobile. De igual manera, son evidentes las constantes referencias a los elementos violentos que caracterizan al director de cine de culto Quentin Tarantino, al filme clásico Thelma and Louise, así como, a veces, parece recrear –con mucho presupuesto- las escenas de alguna película erótica o el imaginario que rodea las construcciones culturales en torno a la explotación sexual de los presidios de mujeres. Con esta propuesta gráficamente salvaje, Lady Gaga reafirma su distanciamiento de los moldes que conforman el mundo de la música pop contemporánea. Desde que alcanzara la fama en el 2008, luego de haber aparecido en el certamen de belleza Miss Universe cantando su primer éxito comercial “Just Dance”, la artista de 23 años y de ascendencia italiana se ha construido una reputación tan chocante como lo fueron las personalidades de la irreverente Madonna y la explosiva Cyndi Lauper durante la década de los 80. Lady Gaga sale atronadoramente del estereotipo que se ha construido alrededor de las últimas generaciones de cantantes pop. La intérprete aprendió a los cuatro años de edad a tocar piano de manera autodidacta, y a sus 14 años comenzó a cantar en clubes nocturnos en Nueva York. Se fue haciendo un espacio en la escena musical local hasta que, a sus 17 años, consiguió admisión temprana a la Tisch School of the Arts de la New York University. Aunque abandonó la universidad, Gaga continuó dedicándose a la interpretación en clubes nocturnos y comenzó a escribir canciones para artistas como The Pussycat Dolls hasta que una casa disquera apostó por sus excentricidades. Con una formación académica, una carrera lenta hacia el reconocimiento y el éxito comercial y una larga lista de extravagancias dentro y fuera del escenario, Lady Gaga parece ser un personaje muy bien estudiado que desafía las pautas de una industria acostumbrada a producir réplicas idénticas de un mismo producto aceptable y estándar. Aunque existan opiniones variadas sobre su autenticidad, cuando se trata de drama y polémica, lo cierto es que Lady Gaga sabe cómo hacerse notar. Ella ha aparecido con trajes hechos en plástico, conoció a la Reina Isabel vistiendo un atuendo de látex rojo, se pasea regularmente con platillo y una taza de té en la mano, ha usado un sombrero con forma de langosta y rara vez es vista sin estrambóticos peinados o sin sus gafas de sol. La artista, que crea música que se tambalea entre el pop, el rock, el dance y los ritmos electrónicos, ha sabido fusionar su talento con lo mejor que tiene para ofrecer la fama y el éxito, demostrando que bien puede ser una superestrella más completa que lo acostumbrado, una suerte de cerebro del mundo pop. De igual manera, su constante solidaridad con la comunidad LGBT la han posicionado como una diva respetable dentro de este ambiente. En Puerto Rico, la revolución de Lady Gaga es también notoria. En la popular red social Facebook existen varios grupos como “Lady Gaga en Puerto Rico”, con casi 6,000 fans, así como una petición oficial para que la artista incluya a Puerto Rico en su agenda de conciertos y una gran cantidad de resultados al buscar personas que han usado la letra de alguna de sus canciones para sus “status updates”. Ahora sólo queda esperar a ver qué nueva puesta en escena tiene programada la controversial artista.