“Al pueblo de Puerto Rico… aunque el día parece nublado, siempre nos queda la esperanza de que el Sol volverá a salir. Con tenacidad, con esfuerzo, con perseverancia…vamos a salir adelante”
-Elmer Williams, director atlético de la UPR en Humacao.
Mi mayor deseo es que el 7 de diciembre de 2017 quede grabado en la generación deportiva de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) y afiliados.
¿La razón? Una comunidad, que lleva 89 años desarrollando estudiantes-atletas universitarios de Puerto Rico, Islas Vírgenes Americanas e internacionales, se levantó tras el conteo de protección que nos impuso María el pasado 20 de septiembre.
Un conteo que llegó al número nueve e impulsó al espíritu estudiantil a ponerse de rodillas con disyuntivas como: “el dinero lo usaremos para pagar la gasolina de los generadores”, “necesitamos dinero para recuperarnos de las millonarias pérdidas”, “no tengo agua”, “no tengo energía eléctrica”, “perdí mi casa”, “no tengo que comer”, “lo perdí todo”.
Sin embargo, los rayos de esperanza, solidaridad, comprensión y empatía reconstruían la mente del universitario y sus gestores académicos con la capacidad de enfrentar un agente perturbador como fueron los actos crueles del huracán más poderoso en los últimos tiempos para el País.
En el juego de ajedrez sería un jaque para nuestra reina. Lo que no se esperaba la rival era la reorganización efusiva de los directores atléticos, decanos, rectores y una oficina del Comisionado de la LAI demostrando el valor y los beneficios del deporte en momentos de destrucción.
Sí, hubo pérdidas millonarias en los dos sistemas educativos del país, público y privado. María no discriminó ni favoreció entre ellos. También provocó moratorias en la participación de varias disciplinas deportivas; pérdidas parciales y totales de instalaciones, emigración de estudiantes-atletas, problemas de transportación; cierre de un canal universitario; entre otros.
Fueron momentos de dolor, perplejidad, frustración, inercia, incredulidad y de pérdida hasta el 10 de noviembre, cuando la Junta de Gobierno tomó la mejor decisión en años, adoptando nuestro nuevo modo de vida: la resiliencia.
Estar en el ruedo deportivo desde el pasado jueves, 7 de diciembre, de un año para adoptar bajo “grandes enseñanzas”, es un añadido al proceso evolucionario que vive Puerto Rico: de la destrucción a la edificación. Es la suma de conversaciones solidarias, abrazos efusivos de empatía, entrega de artículos de necesidad bajo la comprensión y cerrar los ojos para escuchar el silbato que otorga el permiso de escaparse a las emociones deportivas.
Por eso, las palabras del director atlético de la Universidad de Puerto Rico en Humacao y olímpico, Elmer Williams, son reflejo de lo que es haber vivido, vivir y poder seguir viviendo para ver el Sol salir cada día que parezca nublado en nuestro proceso de levantamiento como país.
Adopte el deporte entre sus estrategias de recuperación, les aseguro que les va a ir mejor. ¡La #LAIVive!
La autora es oficial de prensa de la Liga Atlética Interuniversitaria y el Comité Olímpico de Puerto Rico.