
A una semana de la convocatoria para un paro nacional y con tan sólo 48 horas en el puesto de Secretario de la Gobernación, Marcos Rodríguez-Ema utilizó el término “terroristas” para referirse a los manifestantes y a los que se sumen al paro nacional del 15 de octubre. Sería bueno explicarle al señor Secretario que terror es lo que siente una madre que no tiene claro cómo alimentará a sus hijos a partir de que se hagan efectivas las cesantías el 5 de noviembre. Terror es lo que siente un padre que no sabe cómo pagará la educación, los uniformes y los materiales escolares de sus hijos. También es terror lo que siente quien no sabe cómo pagará los medicamentos de su padre enfermo o las costosas visitas al médico de un hijo con alguna condición especial de salud, cuando no se tiene seguro. Terror es lo que le impide dormir a todo aquel que no sabe de dónde sacará el dinero para pagar la renta o la hipoteca para seguir teniendo un techo para él y su familia. Sería justo hacerle entender también que terror es lo que siente un estudiante universitario que no sabe si cuando el Consejo de Educación Superior quede inoperante por los despidos, seguirá contando con su beca; o lo que sienten miles de ancianos que quedarán desamparados si es la Oficina de la Procuradora de Personas de Edad Avanzada la que queda fuera de servicio. Terror es lo que infunde un Estado al cohibir a la población mediante el miedo y la amenaza para que no manifieste su descontento. Terror es lo que producen los oficiales de policía fuertemente armados y a tropel, presentes en el área que antes se asociaba con diversión y esparcimiento. Por el contrario, una población que, haciendo uso de su libertad de expresión y su derecho a manifestación, se queja de las decisiones que su Gobierno ha adoptado, no es terrorismo, sino una forma legítima de las sociedades democráticas para exigir que sus dirigentes escuchen sus demandas. ¿No fueron terroristas los que manifestaron por la expulsión de la Marina estadounidense de Vieques, incluso partidarios del partido azul incumbente, donde algunos fueron arrestados por desobediencia civil por luchar por la paz y la salud de la isla-municipio? Por lo tanto no sé por qué habrían de serlo los que ahora protestan en contra de la administración gubernamental de la que el Secretario forma parte. Rodríguez-Ema debería meditar sobre sus palabras pues ante la angustia, el desasosiego y el terror que vive actualmente el ciudadano común, sus calificativos resultan no sólo desacertados sino incluso de mal gusto.