
Me atrevo a llamarle a Netflix el vertedero del cine: entre toda la basura que tiene, es posible encontrar pocas joyas de gran valor. Los tesoros rescatados de este mes incluyen algunas de las obras más importantes del cine latinoamericano, un documental sobre un miembro de una de las bandas más importantes en la historia de la música –The Beatles– y dos películas que brillan por su devoción a la realidad. Aquí les presentamos nuestras selecciones para septiembre.
Recomendamos
Amores perros (2000) – 1 de septiembre
Amores perros es el primer largometraje del aclamado director mexicano Alejandro González Iñárritu. El filme es una saga emocional que se centra en un accidente automovilístico y cómo este afecta a tres personas marginadas de México. Las tres historias se complementan a la perfección, aun cuando son plenamente diferentes. El estilo visual de González Iñárritu –que el mundo conoció en filmes como Babel (2006) y Birdman (or the Unexpected Virtue of Ignorance) (2014) está aquí tan presente como en su trabajo reciente.
City of God (2002) – 1 de septiembre
Posiblemente la obra más importante que ha salido de Brasil, City of God es un drama que nos presenta el camino que toman dos niños creciendo en las favelas de Cidade de Deus en Río de Janeiro. El filme presenta los conflictos entre pandillas en la década del 1970, usando actores que realmente viven en las favelas. La narración es épica, y el mundo creado por el director Fernando Meirelles intercala las historias de varios de los residentes. El resultado es una inolvidable visión del crecimiento del niño al adolescente, y del adolescente al adulto, en un contexto de pobreza, y las difíciles decisiones que acompañan esas circunstancias. Con una duración de sobre dos horas y muchísimos personajes, City of God es mejor vista como una serie de televisión, y de igual manera, al acabarse, deja un vacío que ninguna otra película o serie puede llenar.
Gone Baby Gone (2007) – 1 de septiembre
Cuando una niña de cuatro años desaparece, su tía contacta un detective privado para que la encuentre. El único problema es que la madre de la niña es una drogadicta, y la desaparición implica a varios miembros de la sociedad bostoniana. Es una película de crimen libre de glamour, pero impregnada de un sentido moral incomparable. Considero a Gone Baby Gone una de las películas más subestimadas de la pasada década, y su director, Ben Affleck, hizo un trabajo genial en su primera producción.
Requiem for a Dream (2000) – 1 de septiembre
Cuatro personas adictas a cuatro diferentes drogas intentan hacer sus sueños realidad, pero sus narcodependencias lo imposibilitan. Darren Aronofsky graba y edita el filme de una forma inovadora, pero es la forma en que presenta el estado mental de los cuatro personajes demasiado reales, lo que la hace tan memorable. Ellen Burstyn, quien interpreta una mujer adicta a anfetaminas, fue nominada para el Oscar ese año, y perdió frente a Julia Roberts, quien ganó por Erin Brockovich (2000). Creo, de paso, que Roberts le debe una disculpa y una estatuilla. Requiem for a Dream no es apta para todo público, y no creo que hayan muchas personas que querrán verla una segunda vez –no porque no sea excelente, sino porque es demasiado gráfica y devastadora–.
George Harrison: Living in the Material World – 15 de septiembre
El beatle más misterioso se planta firmemente en el spotlight en este documental de Martin Scorsese, quien usa grabaciones para exponer la vida privada y no tan privada de George Harrison. Partiendo de entrevistas con sus más íntimos amigos, el filme narra la historia del guitarrista comenzando en sus días de adolescente, sus años con los Beatles, su descubrimiento del hinduismo y su carrera como solista. Living in the Material World es el documental autorizado por la viuda de Harrison, así que es lo más cerca que estaremos de conocer quién era el hombre detrás de la música.
Gerald’s Game (2017) – 29 de septiembre
Ha habido un gran número de adaptaciones de las novelas de Stephen King, pero no esperaba que Gerald’s Game fuera una de ellas. La película –una producción original de Netflix– trata de una mujer que queda esposada en la cama luego de que su esposo muere en un acto sexual. La mujer pasa toda la novela sin escapatoria, así que será interesante ver como Netflix presenta los incidentes de la novela.
Excluyendo estos magníficos filmes y pocos más, Netflix continua su patrón de rellenar su listado de películas con obras que no valen la pena. No vean estas bajo ninguna circunstancia, así sus recomendaciones no se dañarán y sus ojos no se lastimarán.
¡Evite!
The Forgotten (2004) – 11 de septiembre
Julianne Moore interpreta una mujer cuyo hijo desaparece. Las personas a su alrededor insisten que la mujer nunca tuvo un hijo, y que sus memorias son fabricadas. Este thriller toma un giro supernatural en los últimos 15 minutos, lo que lleva a que la primera hora del filme llegue a sentirse hasta innecesaria. Francamente, The Forgotten deber permanecer así: olvidada.
Fuller House (2017, segunda temporada) – 22 de septiembre
La nostalgia ha llegado al punto que tenemos que revivir series cuya calidad es cuestionable. Ya en su segunda temporada, Fuller House –secuela de Full House– ha cumplido su propósito con los pocos fans de la serie original. En el primer season vimos donde estarían los personajes en estos tiempos, así que ya no necesitamos ver más de esta terrible serie.
Absolutely Anything (2015) – 27 de septiembre
Esta producción fue lanzada al cine en el 2015 en su país de origen, Inglaterra. Nunca llegó a las pantallas americanas o puertorriqueñas, y por muy buenas razones. Trata de un grupo de marcianos que le confieren a un hombre (Simon Pegg) el poder de hacer lo que quiera, sin límites, para así determinar si los humanos son dignos de amistad. El elenco incluye a Pegg, Kate Beckinsale –quien aquí terminó de matar su carrera– y el pobre Robin Williams, quien merecía mucho más que estar en este desastre.