Un informe preliminar de asesinatos trabajado por la Policía de Puerto Rico indica que del 1 de enero al 8 de mayo de 2016 se habían reportado cuatro mujeres asesinadas por violencia doméstica en el país.
Para Roberto Rivera, teniente coronel de la Superintendencia Auxiliar en Investigaciones Criminales de la Policía, no es una cantidad alta.
“Los asesinatos por violencia de género son prácticamente dentro del hogar, como nosotros decimos. Esos números no son altos. Mira, por violencia doméstica en lo que va de año tenemos cuatro mujeres y dos hombres. A seis nada más han matado”, expuso Rivera.
El teniente, quien lleva más de 30 años trabajando en diferentes ramas investigativas de la Policía, apuntó que casi todos los asesinatos de mujeres en el país ocurren por Ley 54 –o mejor dicho, por violencia doméstica– infligida por un hombre a una mujer.
Sobre esto, Silvia Álvarez Curbelo, profesora de la Escuela de Comunicación del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP), sostuvo que la violencia de género hacia las mujeres se exacerba cuando los hombres pasan por crisis económicas o de incertidumbre.
“El hombre es quien tiende a perder el trabajo y no saber qué hacer. Las mujeres nos la buscamos haciendo alcapurrias o algo. El hombre lo que tiene es la rabia, por esa cultura machista, y entonces hay un auge también en esto [la violencia de género]”, indicó.
Álvarez Curbelo también resaltó que los asesinatos de género no se informan tanto en los principales medios porque son difíciles de explicar ante cámara, mientras que los asesinatos por asuntos de droga ya tienen un formato. “Con solo poner que fue cerca de un caserío uno lo asocia con narcotráfico”, dijo.
En las estadísticas policiacas los asesinatos se organizan según categorías o causas. Entre ellas se encuentran las siguientes: drogas o narcotráfico, violencia doméstica, robos, escalamientos, carjacking, pasionales, venganzas, rencillas, peleas o discusiones, secuestros, maltrato a menores, y aquellos que quedan sin determinar.
Según Madeline Román, profesora de criminología y sociología de la UPRRP, tantas categorías provoca que los asesinatos por violencia de género queden camuflados entre estas. Sin embargo, instó a no valorar los asesinatos de mujeres de acuerdo a las cifras, sino a crear sensibilidad para no tolerar ni un asesinato más.
“Siempre es posible que la violencia de género quede camuflada dentro de otras categorías, pero eso no descarta que estos asesinatos sean menos que los asesinatos vinculados al narcotráfico. No se trata de valorarlo según la cantidad, se trata de una transformación en sensibilidades. Aquello que antes era tolerado cultural o personalmente, ahora se nos ha hecho insoportable”, mencionó.
Del mismo modo, Román señaló que podría inferirse que dentro del imaginario del trabajo policial “hay una profunda devaluación de los asesinatos a las mujeres y sobren todo una profunda devaluación a la búsqueda de sentido de esas muertes, más si el sentido está remitido al sistema de dominación masculina”. Adujo que esto puede estar relacionado al que los policías suelen concebir el trabajo policial como “un trabajo macho”.
“Hay mucha literatura que nos permite caer en cuenta que ellos [los policías hombres] entienden que intervenir o tener que dar atención a asuntos vinculados con la violencia de género los aleja de lo que entienden es el hardcore del trabajo policial, que es combatir la criminalidad de las calles”, planteó.
Asimismo, la también directora del Instituto de Investigación Violencia y Complejidad añadió que hay investigaciones que sugieren que los policías consideran que son los trabajadores sociales quienes deben intervenir con las denuncias de violencia de género pues, al mismo tiempo, asocian la profesión con el imaginario femenino.
“En ese sentido podríamos decir que hay una práctica policial que deja de lado cualquier reflexión o política activa contra la violencia de género. Al mismo tiempo, si lo vemos en términos cuantitativos, lo que ellos dicen tiene una razón de ser también, pues ciertamente los asesinados vinculados al narcotráfico aparecen en una cantidad mucho mayor que lo que aparece en las estadísticas como asesinato por violencia doméstica”, elaboró Román.
Participación de las mujeres en el mundo del narcotráfico
En Puerto Rico son los hombres quienes mayormente están vinculados con los delitos por narcotráfico. Muy rara vez se escucha hablar sobre “la bichota” o la dueña del punto, así como la dealer, la que distribuye o la que ejecuta. Según el teniente Rivera, la participación de las mujeres en el mundo de las drogas suele ser otra.
“No han sido muchos los asesinatos de mujeres que se han reportado relacionados al mundo de las drogas. Por lo regular ellas o guían un carro o ‘setean’, que esa es otra parte. Ella saben quién es el hombre que buscan, va para allá, habla con él y ya, el que está detrás de ella dice ‘esa es la tarjeta’. Cuando ella se quita lo ejecutan, pero ella fue la que lo señaló indirectamente al llegar hasta allí. La participación de la mujer siempre ha sido esa: el guardar, el guiar, el señalar”, destacó el teniente.
De acuerdo con María Quiñones Arocho, catedrática de antropología y género de la UPRRP, puede que Rivera tenga razón.
“La observación del teniente coronel Rivera en torno al papel de las mujeres, como guías o personas que marcan a una tarjeta, puede ser acertada. También hay evidencia de mujeres que cumplen sentencias por distribución y venta de drogas. Es posible que las mujeres no sean asesinas en el mundo del narcotráfico porque no se las concibe capaces de hacerlo”, teorizó Quiñones a Diálogo.
La profesora agregó que en cuanto a los asesinatos perpetrados por mujeres cuyos casos conoce, la mayoría están asociados con la dimensión familiar, amorosa o doméstica.
“El asesinato de una pareja o marido por motivo de maltrato continuo, de celos, de los hijos como una venganza, de la mujer amante que se niega a abandonar a su marido, son algunos ejemplos. No hay nada de científico en mis apreciaciones. Igualmente, tengo la impresión que las sentencias que reciben las mujeres por este tipo de asesinato son mayores. La sociedad penaliza fuertemente a las mujeres que transgreden el ideal de lo femenino, mujeres sumisas, amantes del hogar y de sus hijos”, puntualizó.
Del mismo modo, Quiñones Arocho resaltó que los hombres son más propensos a utilizar la violencia para resolver discrepancias. Especialmente en el mundo de la drogas donde es utilizada como estrategia de dominio para mantener el control de un territorio.
Además, la profesora apuntó que la violencia por parte de los hombres en el mundo del narcotráfico también se expresa como una demanda de respeto. Por lo que emular una actitud de valentía y soberanía les lleva a consolidar esa demanda y una masculinidad que debe probarse constantemente.
“En ocasiones el tributo a esa masculinidad es el cuerpo sin vida de otro que se percibe como una amenaza, ya sea porque no asume la conducta esperada o porque su muerte envía un mensaje a rivales”, agregó.
Insoportable para la sociedad los asesinatos de mujeres
Según Román, cada vez la sociedad acepta menos que maten mujeres porque ha ocurrido un incremento en las sensibilidades.
“Ese incremento es el que a mi modo de ver está puesto en el libro de Jacques Derrida, Políticas de la amistad, cuando dice ‘con qué número comienza un genocidio’. Me parece que lo que intenta comunicar Derrida es que hay fenómenos que si no se expresan en grandes cantidades de muertes son despachados de otra manera. Es una forma de decir que el hecho de que hayan matado a una sola persona deberíamos considerarlo como un genocidio”, subrayó.
Esta es la tercera parte de una serie especial sobre la violencia en Puerto Rico. Aquí les dejamos las primeras dos partes: