
SOBRE EL AUTOR
*Latrinalia es un término creado para referirse a este tipo de graffiti por Alan Dundes, folclorista y profesor de la Universidad de California, en 1966.
El baño es uno de los lugares más íntimos que visitaremos en el curso de nuestra vida. Tomando en consideración lo que ocurre allí, es de esperarse que este espacio adquiera un significado de privacidad y soledad. Tanto es así que estos se han convertido en zonas de expresión donde las personas publican en las paredes sus más oscuros secretos, los problemas cotidianos, su película favorita y hasta su opinión sobre la nueva novia de su ex pareja.
En el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico proliferan este tipo de graffiti. Casi todos los baños del Recinto contienen una variación, dejando en evidencia muchos de los temas de conversación e intereses de los universitarios. “La indignación colectiva funciona”, “#CrónicasDeJangueo”, “Flor Puta 13”, “¡No lo hagas por desesperación!” son algunas de las frases que se pueden encontrar en los tocadores de la Universidad. La experiencia universitaria se narra a través de citas, listas de las mejores canciones de rock, dibujos, entre otros.
Marisol Lorenzo Cardec, lingüista y autora de la tesis doctoral El lenguaje utilizado y las temáticas abordadas en los grafiti de los baños de instituciones académicas del área metropolitana de San Juan, Puerto Rico: controversias sociales vedadas y sus tablones de expresión, encontró en su estudio que es la anonimidad y la privacidad de estos espacios los que borran toda inhibición de aquel que escoge expresarse por medio de la escritura; es lo que lo hace tan llamativo. “Con el crecimiento y desarrollo humano, son cada vez más las temáticas que se van quedando reprimidas y encuentran en las paredes de los baños un lugar para escaparse”, expone la tesis de Lorenzo Cardec.
Las cuatro paredes que esconden al individuo dentro del baño lo (a) separa del mundo exterior donde muchos temas se consideran debates controversiales y, muchas veces, tabú. Según Lorenzo Cardec, las personas utilizan el graffiti de los baños como un medio para expresar lo prohibido. “Las temáticas abordadas en los graffiti que estudié y el lenguaje soez utilizado en ellos, así lo confirmaron. Ciertos temas tabú–como el sexo, la homosexualidad, la política, la religión, las necesidades biológicas, las drogas, el aborto, el SIDA y el racismo–fueron muy frecuentes en los graffiti estudiados”, cita la tesis de Lorenzo Cardec.
Estas temáticas reflejan una realidad universitaria; están aquellos que se interesan por la literatura y desean compartir opiniones sobre los mejores libros que han leído. Por otro lado, algunos deciden expresar su opinión sobre alguna persona que les hizo daño o sobre la situación política del País. En un tono más personal, muchos optan por plasmar su orientación sexual, sus secretos sexuales y hasta piden consejos sobre cómo y con quién perder su virginidad.
Y si los temas que se evidencian en estas paredes son controversiales, más lo es el mero acto de escribirlos. Por muchos años, se ha debatido sobre el carácter icónico o criminal de estos graffiti. Siendo un espacio privado, donde es ilegal colocar cámaras de seguridad, queda abierta la puerta a todo aquel que no quiera cargar con las consecuencias que conllevaría actuar de esta manera en un lugar público. No hay manera de saber quién escribe qué, lo cual, según el documental Latrinalia, cortometraje que estudia la naturaleza de estos escritos, hace que escribir en las paredes del baño sea atractivo, especialmente para jóvenes.
La condición universitaria es, sin duda, el tema central de estos graffiti. Entrar a un baño de la Universidad de Puerto Rico y leer estos escritos es conocer a los recintos desde una perspectiva más intima que lo que se podría percibir al caminar el campus. Para Lorenzo Cardec, “las paredes de los baños reflejan un discurso que busca cambiar la epistemología de lo prohibido y lo pecaminoso”. Reflejan una juventud en busca de escape de las presiones de ser adultos, de sus problemas familiares, de la última pelea con su pareja, del rechazo por su orientación sexual. Así como buscan alejarse de esta realidad cada jueves en la Avenida Universidad, lo dejan plasmado en la intimidad del baño.