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Varios líderes comunitarios relatan que los residentes de la franja noreste de la Isla, incluida la isla de Vieques, viven el impacto que el desparrame urbano ha traído a su región. Durante la última década, la vida en esta zona del país, caracterizada por la tranquilidad del mar y del sistema montañoso que comprende la Sierra de Luquillo, ha ido empeorando debido al desarrollo turístico y de complejos residenciales de alto costo. Se trata de un desarrollo que trae el crecimiento económico de unos pocos a costa del desplazamiento de muchos y del agotamiento, a corto y largo plazo, de los recursos naturales. Los eventos que tienen alarmadas a las comunidades se pueden entrelazar comenzando por los desarrollos aprobados y propuestos para el litoral loiceño que alteran su geografía y tejido social; pasando por la venta de terrenos viequenses a extranjeros y la no descontaminación de las tierras ocupadas por la marina de guerra; los malabares de los pescadores de costas fajardeñas acosados por el desplazamiento que causan las marinas de botes de alto costo; siguiendo por la salida de la base militar Roosevelt Roads de terrenos ceibeños sin que haya un plan integral y de consenso para su desarrollo. La situación, según destaca el planificador José Rivera Santana, afecta a toda las zonas costeras de Puerto Rico. El científico identifica la misma problemática en municipios como Cabo Rojo y Rincón que, junto a la costa naguabeña, están siendo arropados por el concreto. En todo este proceso, según Rivera, los codiciosos se apropian de los bienes públicos para desarrollarlos mal y se margina a los sectores menos favorecidos económicamente. Lydia Tirado Hilario, activista ambiental y líder comunitaria de Río Grande, señala que a los desarrolladores ya no les basta con expropiar la tierra, sino que por mar les han cortado el paso a los pescadores. Por su parte, el líder comunitario y pescador Miguel “Chan” Dávila apuntó a la mala planificación como la causa principal por la cual su pueblo, Fajardo, está sufriendo el constante recorte en los servicios de agua y electricidad. “Chan” coincide con Tirado Hilario en que falta una planificación justa a la hora de traer desarrollo para la región. Ambos recalcaron que no rechazan el desarrollo como alternativa, sino que se oponen a la destrucción del medio ambiente en el proceso. “Nos oponemos a la destrucción de nuestros ecosistemas y de nuestro Océano Atlántico. El mar, la playa, los ríos, las montañas son del pueblo y para el disfrute de todos los puertorriqueños,” sentenció Tirado Hilario. Apartar el elemento comunitario en el desarrollo de la zona es otro de los puntos que ambos líderes critican. Tirado Hilario cuestiona el incremento de los complejos de vivienda de alto costo porque suele tener el precio de sacar a la gente de sus tierras para que sólo los más adinerados puedan adquirirla. Por su parte, Dávila propone proyectos de interés social. Para ambos, la práctica de urbanismo en la región está cerrando y destruyendo, desde la playa hasta la montaña. A los reclamos de sus compañeros en la isla grande se une el líder viequense Ismael Guadalupe para confirmar que su pueblo está en luchas paralelas con los municipios de Loíza y Ceiba. A Ceiba le une la lucha contra la Marina de Guerra de los Estados Unidos y las consecuencias que la Ley de Cierre de la Marina ha traído; entre ellas la amenaza de los desarrolladores de acaparar los terrenos que se supone eran para el pueblo. El también asambleísta municipal por el Movimiento de Afirmación Viequense denuncia la expropiación de los bienes públicos, sin importar su valor histórico, como es el caso del muelle del pueblo. “Vieques es nuestro, no de los que no se mojaron para liberarlo de la Marina de Guerra. No de aquellos que pretenden venderlo y cumplir el sueño de vivir en una isla tropical”. Y es que, la isla municipio al este del archipiélago puertorriqueño se ha vuelto un atractivo caribeño para desarrolladores extranjeros luego de mayo de 2003, cuando celebraron tras décadas de lucha la salida del cuerpo castrense. Guadalupe describe el conflicto actual en Vieques como la batalla más dura que el pueblo ha tenido que librar, pues “ésta es la batalla del olvido, la batalla contra el poder económico. En Vieques urge parar el desmantelamiento de tierras. El gobierno tiene que detenerlo”, reclamó Guadalupe. Las expresiones del líder, al igual que las enunciadas por sus colegas Tirado Hilario y Dávila, recogen el sentir de líderes comunitarios en la región nororiental de la isla, que a su vez, es el mismo de muchas comunidades costeras en Puerto Rico. El planificador Rivera Santana, por su parte, asegura que sí es posible un desarrollo completo, integral, pero para ello tiene que pensarse en modelos que promuevan sostenibilidad, en donde converjan los elementos ecológico, social y económico, y que fomenten la participación amplia y efectiva de la ciudadanía y la gestión comunitaria para el desarrollo. Para acceder al texto original vaya a www.prensacomunitaria.com.