Son pocos los actores que hacen el brinco exitosamente a director. Kevin Costner, Warren Beatty y Mel Gibson son de los pocos que lo han logrado exitosamente. Añado a Ben Affleck a esta lista, quien brilla más como director que como actor. Sus pocos filmes anteriores han sido consistente en su calidad, pero aquí su primer paso equivocado en su carrera como director. Affleck dirige, escribe, produce y actúa en Live By Night, que estrena hoy. Esta posee momentos de grandeza que suman un poco a un filme ajorado y clichoso sobre mafiosos.
Live By Night cuenta la historia de Joe Coughlin (Affleck), un criminal en Boston de origen irlandés. La novia de un mafioso, con quien él tiene un romance, lo traciona. Tras pasar varios años en la cárcel, Coughlin decide unirse a los rivales del mafioso que lo llevo a la cárcel, y su nuevo rol en la mafia lo lleva a “hacer negocios” en Tampa.
Esa es la trama simplificada. La verdad es que de ahí, se convierte en una narración episódica. Algunos episodios son fascinantes, pero en su totalidad, no se sienten bien organizados. La película es una adaptación de la novela, que lleva el mismo título, de Dennis Lahane. Affleck habia adaptado Gone Baby Gone, basada en otra obra de Lahane, con mucho más éxito. Gone Baby Gone contaba con una trama sencilla, fácil de seguir y mucho más poderosa.
Live By Night sí posee algunos momentos magistrales e intrigantes, pero estos son pocos. Dos episodios del filme, en particular, sobresalen. Uno de ellos envuelve una joven pastora quien obstaculiza la construcción de un casino de Coughlin. La joven originalmente va a Hollywood para ser actriz pero termina adicta a las drogas. Luego de volver a Tampa, esta da sermones en contra de las drogas, alcohol y los otros vicios, incluyendo el gambling. El gran poder de sus sermones se convierte en un gran problema para Coughlin.
Otro momento memorable es el encuentro con la organización Ku Klux Klan. El Tampa de los 1930 que nos presenta el filme es uno de gran diversidad cultural, donde los negros, cubanos, irlandeses y otros viven en paz, excepto los pocos blancos que piensan que su país debe mantener el poder en manos blancas. Esta parte del filme se siente muy relevante ahora en la era de Donald Trump, cuando vemos cómo muchos anhelan la América del pasado, libre de inmigrantes de color.
Si el filme se hubiese enfocado en uno de estos incidentes, sería un thriller exitoso. Desafortunadamente, Affleck decidió adaptar la novela en su totalidad. Es una meta demasiado ambiciosa, y para incluir tantos eventos, los cineastas ajoran el paso del filme. Muchos momentos tienen una narración fuera de cámara con el propósito de resumir ciertos acontecimientos, un recurso que no ayuda. La novela, que definitivamente goza de contenido interesante, funcionaria mejor como miniserie que como filme.
Los personajes también sufren de la ambición de Affleck. Estos son arquetipos poco desarrollados. Chris Messina realiza su función como el amigo de Coughlin, quien inyecta la película de dos o tres momentos cómicos. Zoe Saldana interpreta a la amante Coughlin en Tampa. Este personaje es la novia sufrida del mafioso, sin ninguna desviación. Hasta el mismo personaje principal, Coughlin, es el mafioso con el corazón de oro. Estos personajes son la definición de unidimensional.
La producción sí triunfa visualmente. La cinematografía, la dirección artística y el diseño de los vestuarios son del más alto calibre. Las escenas de acción también son exitosas. Las persecuciones automovilísticas y escenas de violencia con armas de fuego son tan intensas y tan emocionantes como las escenas de The Town (2010) y Argo (2012), otros largometrajes dirigidos por Affleck.
Live By Night tiene las marcas de un director diestro, pero esto es un caso donde la frase “less is more”, o menos es más, aplica. Pienso que hay una película exitosa y hasta buena dentro de este desastre (pero por favor no me hagan verla de nuevo para encontrarla).