Con menos ritmo, pero con la misma buena vibra que lo caracteriza, se celebró ayer en la noche el tradicional concierto de apertura de semestre en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Roy Brown y Tito Auger fueron los protagonistas de un espectáculo muy íntimo en la plaza Ramón Baldorioty de Castro, que ubica frente a la emblemática torre del campus ríopedrense.
El clima cooperó. La noche estaba fresca. Las luces colgando de un árbol a otro iluminaban –tenuemente- la estancia. Asimismo, dejaban ver por entre sus ramas un cielo que aunque despejado, no exhibía sus estrellas.
En el suelo, decenas de estudiantes, profesores, egresados, amigos y familias se hallaban sentadas formando una media luna frente al modesto escenario.
Escuchaban en silencio. Pero, en más de una ocasión se les escapaban unos aplausos antes de que acabara la canción.
Poder sobrevivir gracias al arte, tener memoria y rescatar tantas imágenes que se repiten; eso, solo se alcanza después de un largo caminar. Así lo expresó Brown y luego interpretó Sal a caminar. Los suspiros y las sonrisas no faltaron.
Lentamente, los cuerpos se movían de un lado a otro mientras, acompañado de Tato Santiago en el piano, el egresado de la UPR cantaba la historia de la Bella Ofelia.
“Respetar el entorno fue una de las cosas que aprendí cuando era niño”, señaló Brown. El artista invitó a los presentes a conocer el mar, los bosques y los ríos “porque todavía están ahí, todavía los pueden ver”. Más tarde, cantó el poema Inabón Río del cialeño Juan Antonio Corretjer y muchos otros éxitos como Obao Moin.
“Siempre que voy a compartir la tarima con Tito Auger me da mucha emoción”, confesó Brown. Por eso, lo invitó a interpretar con Boricua en la Luna. En cuestión de un segundo, muchos levantaron sus celulares para grabar el junte.
“¡Viva Puero Rico!”, fue la expresión favorita del público cada vez que completaban una estrofa.
Acompañándose en la guitarra, Auger interpretó múltiples canciones. Como quien dice, el vegalteño “vino a demostrar de que está hecho”. Y así lo hizo.
“La tierra prometida es la que vas pisando”, le recordó Auger a sus fanáticos y se escucharon los aplausos. A pesar de que muchos no cantaban sus canciones, era evidente la conexión que tenían con el artista.
Su vida, “desde que era un chamaquito”, ha sido la música. Siempre lo ha acompañado una guitarra y buenos amigos para compartir su arte. Durante el concierto, recordó sus inicios con Fiel a la Vega y en seguida interpretó Elipsis de una fuga.
El verso “solo le pido a Dios que no me sea indiferente” salió de sus labios y el coro -bastante afinado – fue cantado por los fanáticos.
Interpretó también una versión de Salimos de aquí, canción que interpretara la banda Black Guayaba en el especial del Banco Popular.
“Nunca entendí el menjunje intelectual este al que le llaman Estado Libre Asociado. Nos dejamos ir en una mentira y tenemos que recuperarnos de ese golpe”, comentó.
“Tenemos que seguir impulsando este sueño de tener una nación puertorriqueña como la merecemos. Nosotros no somos menos ni más que nadie y tenemos el derecho de crecer”, expresó Auger y después hizo sonar el tema Granos de Sal.
Posteriormente, trató de despedirse con El Wanabi, pero el publico grito a coro: “¡Otra!”, y el artista no pudo resistirse.
Para cerrar con broche de oro, interpretó: Te doy una canción del cubano Silvio Rodríguez, Antonia y Verde Luz de Antonio Cabán Vale “El Topo”.