Mientras en el Océano Atlántico a penas se reportan algunas ondas tropicales y vaguadas, en el Pacífico nororiental y central ya suman 10 los sistemas atmosféricos formados: 5 huracanes y 5 tormentas tropicales.
El pasado 25 de mayo, se formó la primera depresión tropical que se desplazaba al oeste-noroeste sobre las aguas del Pacífico, bordeando la costa de México. Varios días después, el sistema se convirtió en huracán categoría uno, bajo el nombre de Andrés, alcanzando inclusive la categoría cuatro para el primero de junio, con vientos sostenidos de 150 millas por hora. Esta era apenas la primera semana de la temporada de huracanes 2015.
Casi simultáneamente, una onda tropical se fortaleció y se convirtió en tormenta el 31 de mayo, llevando el nombre de Blanca, cerca de la zona de Acapulco en México. Para el 3 de junio, Blanca ya se había convertido en huracán categoría 4, alcanzando el récord de segundo huracán registrado que más rápido se ha desarrollado en el Pacífico Oriental, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). Sucesivamente se han formado en el océano Pacífico nororiental y central los huracanes Carlos, Dolores y Guillermo, categorías 1, 4 y 2 respectivamente, y las tormentas tropicales Ela, Halola, Lune, Enrique y Felicia.
La alta incidencia de fenómenos ciclónicos en el Pacífico responde al desarrollo del fenómeno del Niño, lo que a su vez impide o debilita el desarrollo de sistemas atmosféricos en la zona del Océano Atlántico.
“El fenómeno del Niño trata de un calentamiento anormal en el Océano Pacífico, en la región básicamente ubicada 10 grados por encima del ecuador menos 10 grados por debajo del ecuador”, explicó el profesor Rafael Méndez Tejeda, director del Laboratorio de Investigación en Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Carolina.
El ecuador es la línea imaginaria que divide al planeta Tierra en hemisferio norte y hemisferio sur. De acuerdo a Méndez Tejeda, cerca de esa zona en el Pacífico, cuando la temperatura del agua excede los 28.5 Cº, se está produciendo entonces el fenómeno del Niño. Al momento, la NOAA ha clasificado el fenómeno de este año como uno moderado, porque no se han excedido los 3 grados por encima de lo normal. Si la temperatura del agua superara los 31.5 Cº, entonces podría haber una clasificación de fenómeno del Niño intenso. El último Niño fuerte registrado ocurrió entre finales del año 1997 y durante el 1998, cuando las temperaturas de las aguas del Pacífico aumentaron hasta 8 grados por encima de lo normal.
Las aguas cálidas dan paso a la formación de sistemas atmosféricos tanto en el océano Pacífico como en el Atlántico. Pero cuando en el Pacífico las aguas exceden la temperatura promedio, entonces la actividad ciclónica en el Atlántico se ve afectada. Según Méndez Tejeda, el Niño pasa por varias etapas. El agua caliente de la zona central del Pacífico se va desplazando desde la costa sur de Sur América hacia la parte oriental del océano Índico.
Debido a las variaciones en la presión atmosférica entre las islas Taiki y Galápagos, cuando el agua caliente está en el medio, entrando al océano Atlántico, se evapora y produce nubes en la atmósfera que continúan su desplazamiento hacia la zona del Atlántico. Esas nubes y aire caliente no evitan la formación de sistemas atmosféricos, pero disminuyen las probabilidades de desarrollo ciclónico, que es precisamente lo que está ocurriendo en estos momentos.
“Ese fenómeno se le conoce como tele-conexión, se trata de un fenómeno aéreo en donde las nubes que se forman debido a la evaporación de las aguas en el Pacífico se desplazan al Atlántico y ese aire cálido corta el crecimiento de nuestros sistemas, lo inhibe”, explicó el profesor.
El experto en ciencias atmosféricas dijo que la duración del fenómeno del Niño puede fluctuar entre 18 y 24 meses. El Niño que afecta el desarrollo ciclónico en la zona del Atlántico actualmente, comenzó en verano pasado, porque de acuerdo a pronósticos de Méndez Tejeda no será hasta febrero que quizás se pueda comenzar a ver una disminución en las temperaturas de las aguas del océano Pacífico.
Mientras tanto, un informe emitido por el Monitor de Sequía de los Estados Unidos pronosticó que al menos durante los próximos tres meses las lluvias se mantendrán por debajo de lo normal en toda la zona del Atlántico y el Caribe. No será hasta finales del mes de octubre o ya entrado el mes de noviembre que se prevé la precipitación de lluvia significativa.
Debido a la falta de precipitación, el Monitor federal ha clasificado 29 pueblos de Puerto Rico bajo sequía extrema: Aguas Buenas, Arroyo, Bayamón, Caguas, Ceiba, Comerío, Cidra, Canóvanas, Carolina, Cayey, Fajardo, Guayama, Gurabo, Guaynabo, Juncos, Las Piedras, Loíza, Luquillo, Maunabo, Naguabo, Naranjito, San Juan, Patillas, Río Grande, San Lorenzo, Salinas, Trujillo Alto, Toa Alta y Yabucoa. Los municipios de Aibonito, Barranquitas, Coamo, Corozal, Dorado, Santa Isabel y Vieques, se encuentran en sequía severa, mientras que al oeste, las áreas costeras se encuentran bajo la clasificación de sequía moderada o anormalmente seco.