El análisis de los resultados de nuestro sistema educativo, por ejemplo, en promedio un bajo aprovechamiento académico; un porciento alto de deserción escolar, nos lleva a pensar que la investigación pedagógica parece no haber tenido un impacto importante en mejorar nuestro sistema de educación pública. Esta situación no se limita a Puerto Rico, sino que se repite en muchos países. ¿A qué se deberá este desfase?
En mi libro Hacia la escuela que soñamos el capítulo 1, titulado Hacia una agenda para la investigación educativa, analizo posibles causas para el poco impacto que ha tenido la investigación pedagógica en la práctica educativa. En ese escrito comienzo presentando el examen sobre la investigación y estudios pedagógicos que hasta ese momento (1990) se habían realizado en Puerto Rico.
Uno de los hallazgos que nos impactó fue la similitud de los problemas identificados y de las recomendaciones hechas a través de varias décadas. A continuación los problemas identificados:
1) Ausencia de una filosofía educativa que enmarque la gestión educativa y cultural;
2) Ausencia de sistemas integrales y continuados de investigación, planificación y evaluación (Se refleja en la falta de continuidad en el esfuerzo de largo plazo);
3) Irrelevancia del currículo (se refleja en bajo aprovechamiento, fracasos y alta deserción escolar);
4) Necesidad de mejorar la educación vocacional;
5) Limitación en la capacidad del maestro;
6) Limitación de naturaleza gerencial;
7) Limitaciones presupuestaria. De hecho, un examen de la realidad de hoy muestra que los problemas aún nos acompañan.
En dicho capítulo se analizan posibles factores que explican la falta de impacto de la investigación educativa en la práctica educativa. Entre estos están, el analizar los problemas en forma compartamentalizada, sin tomar en cuenta los múltiples factores que inciden en los mismos, lo que requiere equipos de trabajo interdisciplinarios; el limitar los problemas estudiados a aquellos que admiten el “método científico”, cuando las diversas situaciones que se dan en la educación requieren de una variedad de enfoques metodológicos; la falta de consciencia de que la investigación pedagógica no se aplica automáticamente a la práctica educativa y que requiere un proceso de traducción en el cual la investigación en la acción es esencial.
El libro de Christensen, Horn y Johnson (2011), Disrupting Class: How Disruptive Innovation Will Change the Way the World Learns, presenta otro elemento que limita el efecto de la investigación educativa en la práctica que considero importante discutir.
La investigación, por ejemplo Howard Gardner en Multiple Intelligence, nos muestra que las personas difieren en la forma y ritmo de aprendizaje. Al trabajar en las escuelas también encontramos diferentes contextos en los cuales es necesario diversidad de estrategias. Siempre recuerdo cuando dirigía el Centro de Investigaciones e Innovaciones Educativas, comenzamos un proyecto para desarrollar escuelas efectivas en áreas de pobreza urbana en donde se dan en mayor grado los principales problemas educativos: bajo aprovechamiento y alta tasa de deserción escolar. Iniciamos el proyecto en dos escuelas; una que atendía los estudiantes de la Perla en Viejo San Juan y otra en Cantera. Mientras trabajábamos con las maestras para desarrollar nuevas estrategias de enseñanza nos percatamos que lo que funcionaba en una escuela, no funcionaba en la otra. El proceso de transformación tenía que tomar diversos caminos. Los principios generales al llevarse a la práctica se traducían en forma diferente.
Corrientemente las investigaciones pedagógicas son descriptivas, en las cuales se buscan tendencias generales. Aunque estos hallazgos nos dan un marco general para planificar la enseñanza, al llevarla a la práctica tenemos que tomar en cuenta las particularidades de cada niño y de cada escuela, como vimos en la experiencia del Centro de Investigaciones e Innovaciones Educativas. He aquí un área importante de desarrollar nuevas investigaciones.
¿Por qué una estrategia funciona en una escuela y no en otra? ¿Por qué un método de enseñanza funciona con unos niños y no con otros? El estudiar las particularidades de los diversos contextos produciría un conocimiento que sería de mayor utilidad al maestro y al director. También haría consciente a las facultades de educación de la importancia de desarrollar en los maestros y directores sus competencias y actitudes para ser unos investigadores constantes de su realidad y no tratar de imponer métodos generales que no funcionan con cada niño, ni en todas las escuelas. Apoyaríamos a ir creando un ambiente personalizado para el aprendizaje que atienda a cada niño de acuerdo a sus talentos, ritmo de aprendizaje y contexto.