La relación entre la gran pantalla y los videojuegos cada vez es más estrecha. Por años, los juegos electrónicos se han nutrido de la estética y las historias cinematográficas, de igual modo últimamente se estrenan más y más filmes que son influenciados por los juegos de video, en su narrativa. El largometraje Lockout, la ópera prima de los directores James Mather y Stephen St. Leger es un ejemplo de esto.
Toda la narrativa, la forma en la que se presentan los personajes, las situaciones, la manera en que se da la acción y el ritmo del film, asemejan mucho a un videojuego, por lo que Lockout posee un ritmo y una edición bastante acelerados. Pero, a pesar de esto, el largometraje no evita que el aburrimiento sea lo que domine a lo largo de su trama.
Lockout nos narra la historia del agente Snow (Guy Pearce), quien, en un futuro cercano, es inculpado erróneamente en un crimen, por lo que es condenado a prisión en la cárcel espacial que tiene los Estados Unidos en la órbita terrestre. Al mismo tiempo, un grupo de presos amotinados toma control de la penitenciaría, tomando como rehén a la hija del presidente, que se encontraba visitando las instalaciones. Es entonces cuando el Gobierno de los Estados Unidos le pide a Snow que rescate a la chica.
Comencemos diciendo las cosas positivas del film. En primer lugar tenemos a Guy Pearce, la participación de este talentoso y experimentado actor es posiblemente lo único que vale la pena en la pelicula. Su personaje no sólo es divertido, sino que está muy bien interpretado. Pearce logra, a pesar del terrible guión del film, que su personaje se gane a la audiencia. Aún más, sería fantástico ver al mismo personaje en otra película, que no tuviese nada que ver con esta.
En segundo lugar, tenemos algunas secuencias de acción entretenidas. A lo largo del film, hay momentos que llegan genuinamente a divertir, sobre todo porque envuelven a Pearce. Lamentablemente, estos momentos son esporádicos.
La película no sólo es altamente predecible, sino que es aburrida e incluso algo incoherente. Tiene momentos tan absurdamente fantásticos que pierden toda credibilidad. No es que uno espere que todo lo que acontece en un film sea totalmente realista. El género de acción está lleno de momentos que fuerzan un poco las leyes de la física, pero el desconocerlas por completo es demasiado, si no se ha preestablecido que dichos personajes son capaces de hacerlo, en el contexto dado de la realidad de la trama.
Al haber establecido que nuestro protagonista es humano y no tiene forma de alterar su entorno, el que logre romper ciertas leyes físicas acaba con la plausibilidad de sus hazañas. Es decir, el hecho de que puedan ser tomadas como ciertas, dentro de una realidad establecida.
Por otro lado, Lockout adolece gravemente de efectos especiales mediocres y esto es un defecto que, hoy en día, no se le perdona a ninguna película. Por si todo esto fuese poco, el personaje femenino del largometraje, la hija del presidente (interpretada por Maggie Grace) jamás deja de ser sumamente antipática, con aires de superioridad e insoportable. De igual modo, los villanos de la trama no tienen suficiente fuerza ni presencia, como para contrarrestar el carisma de Snow.
En fin, este film pasará sin pena ni gloria por la gran pantalla. Es una lástima que un personaje tan divertido, se encuentre encerrado en una película tan aburrida.