Emprender es toda una aventura, y como tal, no carece de riesgos que exceden el control del emprendedor. Sin embargo, existen ciertos errores que pueden prevenirse para evitar dificultades innecesarias. ¿Quieres empezar tu propio negocio? Conoce cuáles son las falencias más comunes en los emprendedores y cómo solucionarlas.
1. No definir un plan de negocios
Aunque parezca obvio, muchos emprendedores obvian esta etapa y no se toman el tiempo de elaborar este documento. El plan de negocios de la empresa debe estar definido y escrito desde el principio, ya que es la mejor manera de mantener un rumbo coherente y no salirse del camino establecido. Además, un plan bien presentado puede ser la clave para atraer inversores, financiaciones o nuevos socios.
Tan importante como establecer un plan de negocios es definir el plan de marketing. Este debe incluir toda la información posible acerca de la competencia, el consumidor objetivo y el mercado, así como el presupuesto que se asignará a la difusión de los productos o servicios de la empresa.
2- Creer que el capital es la clave del éxito
Al comenzar un negocio, primero debes conocer tu objetivo, tu presupuesto y tu lugar en el mercado. Tener toda la financiación del mundo no sirve de nada sin esas certezas.
Otro punto clave para el éxito es la conformación del equipo de trabajo. Las personas que lo integren deben ser eficientes y comprometidas con el objetivo del emprendimiento. Sin un buen equipo, avanzar será muy difícil, si no imposible.
3- Ser demasiado optimista
Es mejor empezar con algo pequeño y luego avanzar que querer llevarse el mundo por delante desde el primer día. Ya sea embarcarse en grandes gastos o querer satisfacer todas las necesidades del cliente de una sola vez, estas “tentaciones” pueden tener consecuencias fatales en la liquidez de la empresa o en la calidad del servicio.
4- Intentar hacer todo
El emprendedor que no sabe delegar funciones está condenado al fracaso. Son muy comunes los casos de nóveles empresarios que “mucho abarcan y poco aprietan”, es decir, que quieren encargarse de absolutamente todo, desde la página web y el diseño de las tarjetas hasta la contabilidad y la atención al cliente. Es fundamental saber delegar funciones y confiar en empleados capaces para poder reponer fuerzas y afrontar los desafíos del día a día con energía.
5- Ser inflexible
Un buen empresario debe saber adaptarse a las fluctuaciones del mercado, del personal y de las necesidades de sus clientes. Una cosa es definir un plan de negocios, pero otra muy distinta es apegarse a él a toda costa. El plan debe reevaluarse y actualizarse continuamente.
Este texto fue publicado originalmente en Universia.