Si usted es de los que disfruta leer buena poesía, seguramente le agradará saber que las opciones abundan, a juicio del reconocido escritor Luis Negrón.
“En Puerto Rico se está haciendo mucha buena literatura, y la poesía aquí siempre ha sido algo súper bueno. Me encanta que, por ejemplo, el año pasado en Libros AC, de los libros más vendidos, tres fueron de poesía. [Contrario a lo que se pudiera pensar], en Puerto Rico sí se lee poesía”, aseguró Negrón.
Diálogo le pidió a Negrón que nos recomendara cinco poemarios recientes escritos por puertorriqueños. Así que, sin más preámbulos, le presentamos las sugerencias cortesía del autor de Mundo cruel.
Canto a la ceniza. (editorialislanegra.com)
Canto a la ceniza, de Ángel Antonio Ruiz Laboy (2015)
Luis Negrón (LN): Canto a la ceniza es como una despedida en la que vas descubriendo de una forma fragmentada…son unos pliegues donde vas descubriendo realmente el canto y las cenizas. Eso me gustó mucho. Es un poemario bien completo.
Elegía Franca. (bodegonconteclado.wordpress.com)
Elegía Franca, de Rafael Acevedo (2014)
LN: Es mi poemario favorito, de mucho tiempo. Aunque salió hace dos años, es un poemario que siempre me gusta recomendar. Es un libro que tiene una vigencia que creo que debe durar por mucho tiempo.
Ultramar. (martajazmin.wordpress.com)
Ultramar, de Rubén Ramos (2015)
LN: Ultramar es un poemario brillante, que duele. Tiene una voz única. Una voz que es única pero que no resulta extraña.
Nostos. (abebooks.com)
Nostos, de Gegman Lee (2014)
LN: Es un primer poemario. También pienso que es uno que debe ser más leído. En parte lo menciono para levantar la atención sobre Gegman Lee quien me parece que es una persona que tiene mucho que decir. Lo menciono a él, pero hay otros autores que igualmente creo que de verdad merecerían más atención.
Laser. (Facebook)
Láser, de Samuel Medina (2016)
LN: Me encanta este libro. Primero porque me parece que, aunque es un poemario, es casi como una novela. Porque tiene diferentes escenarios, todos narrados, con una perfección. Pero sorprendentemente no es nada frío, al contrario. Me encanta este libro.
