
Los niños y jóvenes que son expuestos a altos niveles de estrés, como: ser el testigo de violencia doméstica en el hogar o en la comunidad (los asesinatos, ahorcamientos, accidentes vehiculares), ser víctima de abuso físico o sexual, y hasta la muerte súbita de un padre- genera altos niveles de ansiedad que puede acarrear síntomas de estrés post-traumático. Como resultado de este estrés, el niño desarrolla un trauma crónico que lo incapacita emocional, académico y socialmente. La resiliencia en el menor se observa cuando se adapta a una violencia predecible y a la que ha sido expuesta desde niño, y se desensibiliza a las sensaciones de dolor y emociones de desesperanza. Estos son los mismos niños que son expuestos desde que son trotones a la violencia gráfica de películas de acción. Los niños mas vulnerables son los que se enfrentan a una situación impredecible y severa. Su capacidad de asimilar o reconocer el evento traumático como parte de la norma le crea un desbalance perdiendo la capacidad de adaptación. El niño afectado se observa impulsivo, distraído y con problemas de atención por estar hiper-vigilante. Emocionalmente puede disociarse desapegándose a sus emociones o tornándose agresivo. Se torna evasivo socialmente, con problemas en el patrón de sueño, desaprovechamiento académico y regresión en el desarrollo. Muchos niños que son diagnosticados y tratados por Déficit de Atención e Hiperactividad presentan síntomas relacionados a estresantes traumáticos. Otros pueden ser diagnosticados como Desorden Oposicional-Desafiante o Desorden de Conducta. Estudios controlados hallaron que del 15 al 90% de los niños expuestos a eventos traumáticos, evidencian síntomas de Desorden de Estrés Post Traumático: el 73% de los adolescentes que fueron víctimas de violación, el 34% de niños víctimas de abuso sexual o físico y el 58% de los niños que fueron abusados física y sexualmente. Nuestros niños están expuestos cada vez más a más maltrato y violencia. La mejor forma de evitar que se afecten es la prevención. Pero sin educación no hay prevención. Protege a tus hijos protegiéndote a ti y a tu comunidad. Se un adulto responsable a las necesidades de protección de tus hijos y de los niños y jóvenes de Puerto Rico. Para acceder al escrito original, favor de dirigirse al portal radiouniversidad.pr.