El cine es un constante generador de personajes heróicos. Son muchos los héroes fámosos de la gran pantalla que han ganado renombre entre la audiencia: James Bond, Indiana Jones, Luke Skywalker, Yojimbo, entre otros. Pero el cine también es una industria que toma héroes de la vida real y los eleva al olimpo mediático. No sólo con películas biográficas e historias basadas en hechos reales, en las que un personaje común termina siendo icónico, sino llevando a la pantalla de plata pasajes heróicos de la historia. El cine siempre ha sido un medio por el cual se ha buscado representar la historia de cada nación. Han sido muchos los guionistas y directores los que, a través de sus películas, han llevado a la gran pantalla, pasajes gloriosos de las guerras, los héroes y los eventos que no sólo construyen el entramado histórico de sus patrias, sino que son referentes semióticos de los ideales imperantes en el país, asi como una reconstrucción del imaginario popular. Es así como existen películas en Hollywood como The Patriot de Roland Emmerich que narra la historia de un héroe en la guerra de independencia de Estados Unidos; The Birth of a Nation de D.W. Griffith o Gone with the Wind de Victor Fleming, cuyas historias ocurren en la guerra de secesión que dividió a los Estados Unidos entre 1861 y 1865; filmes como Judgement at Nuremberg de Stanley Kramer o Schlinder's List de Steven Spielberg, que se centran en personajes de la Segunda Guerra Mundial; largometrajes llenos de gloria como Braveheart, la historia del héroe escocés William Wallace, dirigida y protagonizada por Mel Gibson o incluso épicas sobre la antigüedad como Gladiator de Ridley Scott.
Latinoamérica, por su parte, tiene una larga tradición de películas sobre las gestas independentistas de la época colonial. Son muchos los filmes en los que se recrean las guerras en las cuales las naciones latinoamericanas lucharon para separarse de España. En México existe un ciclo llamado la época dorada del cine mexicano, en el que este tema era recurrente y gloriosamente contado. Directores como Emilio Fernández, Fernando Méndez, Felipe Cazals y Miguel Contreras Torres, por ejemplo, son altamente reconocidos por sus grandes filmes épicos sobre la independencia. El director Miguel Contreras Torres, además de haber realizado varios largometrajes sobre la independencia de su país, hizo películas como Simón Bolívar (Libertador de América) sobre la emblemática figura de Bolívar. En Argentina sobresale la película La guerra gaucha de Lucas Demare, en la que se narra la forma en la que los gauchos partidarios de la independencia realizaban acciones de guerrilla bajo el mando del general Martín Güemes, contra el ejército realista de la Corona española. También es famosa la película El grito sagrado de Luis César Amadori, que es una biografía de Mariquita Thompson, quien fuera una activista política que participó en la independencia de esta nación.
En Venezuela son varias las películas sobre próceres independentistas. Hay dos películas sobre el General Francisco de Miranda quien participó en la revolución francesa, la independencia de Estados Unidos y la venezolana; una llamada precisamente Miranda de Diego Rízquez y otra llamada Miranda regresa de Luis Alberto Lamata y hay una película sobre la pareja sentimental de Simón Bolívar llamada Manuela Saenz también de Diego Rízquez.
Actualmente, dado el bicentenario de la gesta independentista, se anunció en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián (España) el rodaje de una serie de películas de diversos países latinoamericanos que será conocida como Libertadores entre las que habrá filmes sobre las vidas de héroes como Bolívar, el argentino José de San Martín, el cubano José Martí, el peruano Túpac Amaru II, el uruguayo José Gervasio Artigas Arnal, el chileno Bernardo O'Higgins Riquelme y Joaquín José da Silva Xavier, mejor conocido como Tiradentes, héroe de la independencia de Brasil ante la Corona portuguesa. También se está realizando un documental llamado Bicentenario, la independencia inconclusa. Y es que como dije antes, la representación de estos héroes es una forma de reforzar de los valores que envuelven a estos próceres (o aquellos con los que se les asocia para fines ideológicos), asi como una manera de reconstruir el imaginario popular nacionalista. Estas películas no sólo narran los eventos históricos sino que conllevan un mensaje actualizado. La película La guerra gaucha que se estrenó en 1942, por ejemplo, es considerada como una apología a valores patrióticos expresados en la conjunción del pueblo, que terminó incitando a la revolución que el 4 de junio de 1943 derrocó al presidente Ramón Castillo. De igual forma, el documental Bicentenario, la independencia inconclusa tiene un aire ideológico abiertamente anti imperialista. En Colombia, en el año 2002 se estrenó una película llamada Bolívar soy yo! del director Jorge Alí Triana. La película no trata sobre ninguna guerra de independencia, sino de un actor que tiene el papel de Simón Bolívar en una novela, quien se adentra tanto en el personaje hasta el punto de eclipsar ambas personalidades, enloqueciendo por el tratamiento que se le da a la figura histórica del prócer.
La película es una crítica a la forma como se deforma la verdadera identidad de los héroes patrios y los acontecimientos históricos para llevar un mensaje específico acorde con los valores contemporáneos, comentario completamente acertado no sólo para la aparición de los héroes latinoamericanos sino la de todas las figuras históricas emblemáticas en el cine mundial. Bolívar, el Ché Guevara, William Wallace, son todos personajes que dejan de ser humanos para convertirse en la personificación del ideal que representan, casi de manera comparable a los dioses mitológicos. Estos personajes son a la Libertad y a la Lucha revolucionaria lo que la diosa Afrodita era al Amor y la Belleza. Es por esto que seguiremos viendo aparecer a los próceres y héroes de antaño en la gran pantalla, completamente idealizados y acorde con las tendencias y corrientes filosóficas actuales. Todo gracias a la magia significativa del cine.