Impulsar la generalización de la prosperidad en África es una necesidad fundamental para que el mundo cumpla con el compromiso de erradicación de la pobreza y el hambre para el año 2030.
Los números absolutos indican la magnitud del desafío, y también revelan fuertes indicios en cuanto a la ruta a seguir.
La productividad agrícola se incrementó más rápidamente que el promedio mundial, pero no lo suficiente para resolver la paradoja de África, donde se encuentran la mayoría de las tierras fértiles sin cultivar del planeta y, a la vez, sigue siendo una importadora neto de alimentos.
Esos son los hechos, que sacan a relucir algunos principios básicos. El potencial de África es enorme, pero el progreso ha de incluir a los sectores rural y agrícola.
Los pequeños productores aportan alrededor de 80 por ciento del suministro de alimentos en África subsahariana, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y esos son los emprendimientos esenciales a los que hay que recurrir para la generación de ingresos, empleos y oportunidades.
Los gobiernos y las organizaciones internacionales llevan a cabo una gran tarea para reforzar la seguridad alimentaria, mediante la protección social y programas específicos de desarrollo agrícola.
En el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA, en inglés) pensamos que es esencial que las personas mismas estén en condiciones de aprovechar realmente su propio potencial y el de su continente.
Aunque ciertamente las políticas públicas y las grandes iniciativas del sector privado tienen que ver con que esto suceda, el empoderamiento individual también es clave.
En la superficie eso es evidente. El cometido principal del IITA es ser el principal socio de investigación que facilita soluciones agrícolas para erradicar el hambre y la pobreza en los trópicos. Nuestra visión central se basa en la idea de que los vínculos que conectan la amplia gama de iniciativas en torno a la tierra, no siempre perfectamente coordinadas, son las y los empresarios.
Los agricultores familiares son de lejos los mayores inversores en el sector de la agricultura. Del mismo modo, la actividad empresarial de abajo hacia arriba es la forma óptima de maximizar la eficacia.
Por eso el IITA invierte mucho en la difusión de nuestra Plataforma de Incubación de Empresas, un modelo que está estrechamente relacionado con nuestros programas para Jóvenes Agroempresarios y que está destinado a acelerar el despliegue de una serie de servicios útiles a ofrecer a lo largo de la cadena de valor.
Nuestro enfoque se orienta especialmente a fomentar las oportunidades productivas y rentables de los jóvenes, especialmente del ámbito rural.
No todos los jóvenes, después de todo, pueden emigrar de forma permanente a las ciudades. Si lo hicieran el campo padecería las consecuencias de una mano de obra envejecida.
¡Quisiera hacer hincapié en que el objetivo es hacer dinero y no solo gastarlo! La broma sirve para recalcar el punto de que la sostenibilidad real exige redes viables que puedan llevar a buen término las ideas de la investigación.
Tómese como ejemplo a NoduMax, uno de los emprendimientos estrella de nuestra Plataforma de Incubación de Empresas. Se trata de una inoculante de leguminosas para la soja que le permite tener acceso a más nitrógeno del aire – lo que en última instancia también mejora la fertilidad de la tierra – y por lo tanto genera un máximo de 450 kilogramos adicionales de rendimiento por hectárea. Es fácil de usar y es asequible.
La tecnología fue desarrollada en nuestra Plataforma de Incubación de Empresas en Ibadán, una ciudad sudoccidental de Nigeria. Ahora llegó el momento de producirla en grandes cantidades y que las redes de ventas la difundan. Todo esto es una forma de intensificación sostenible de la producción agrícola y de crear mayor seguridad alimentaria, y su fuerza motriz no implica tocar una herramienta de labranza ni la necesidad de poseer más tierras.
También estamos desarrollando cepas AflaSafe para combatir las aflatoxinas, que son un flagelo importante para los cultivos básicos de África.
AflaSafe es un producto natural de control biológico desarrollado por el IITA y sus socios para luchar contra la contaminación por las aflatoxinas. Una vez más, incubamos su desarrollo, pero se puede transferir fácilmente al sector privado y difundirse en numerosos sitios, lo que significa más puestos de trabajo en la construcción, la fabricación y los laboratorios.
Ambos productos aumentan también, por supuesto, el suministro de alimentos – mediante los rendimientos o la reducción de las pérdidas – y por lo tanto generan nuevas oportunidades comerciales.
Entre los proyectos en preparación se encuentran un innovador sistema de vivero de peces y actividades de procesamiento de alimentos para los cultivos de yuca, soja, caupí, ñame, plátano y banano.
La operación de la Plataforma de Incubación de Empresas también implica que las personas trabajen naturalmente en redes, se reúnan con socios, posibles donantes y otros que sean útiles a una diversidad de empresas, como innovadores servicios de distribución de riesgos y suministro de créditos, el descubrimiento y creación de mercados nuevos para los insumos y cultivos especiales.
Estos “factores externos” son intrínsecos a la idea de que la agricultura no es un destino ancestral para los pobres, sino una frontera emocionante que puede ser conquistada por el grupo demográfico creciente de África: la juventud.
Los políticos tienen mucho que hacer para crear entornos favorables en los que puedan prosperar las familias de pequeños agricultores, pero esos medios también deben estar poblados, y eso es lo que procuramos hacer.
Este es un artículo de opinión de Nteranya Sanginga, director general del Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA). Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente las de IPS – Inter Press Service, ni pueden atribuírsele.
