Se espera que en el 2016 se diagnostiquen 246,660 casos de cáncer de seno. De estas personas 40,450 morirán. Su diagnóstico puede ser una noticia devastadora, y Ma ma, dirigida por Julio Medem, nos presenta como una mujer con una vida muy inestable encuentra la fuerza para batallar contra el cáncer y enfrentar la vida. Desgraciadamente, es igual de sutil que una cheerleader bajo los efectos de éxtasis con un megáfono gritándonos que valoremos nuestras vidas. Es una película con un elenco excepcional y buenas intenciones que tristemente termina siendo un melodrama.
El filme presenta las vivencias de Magda (Penélope Cruz), una maestra con el cáncer de mama. Esta es una mujer casada y madre de un hijo apasionado con el fútbol. En el momento que es diagnosticada, Magda se encuentra en una crisis matrimonial porque su esposo, un profesor de filosofía, se va a pasar el verano con una estudiante. Magda tiene que manejar sus sesiones de quimioterapia a la vez que protege a su hijo de la enfermedad y de sus problemas matrimoniales. El rol de Magda exige que Cruz exponga su cuerpo y alma ante las cámaras. Valiente y provista de vanidad, Cruz muestra gran fortaleza en cada momento. Este es uno de sus mejores performances.
Durante el proceso de la enfermedad, una de las personas que le brinda apoyo es Arturo (Luis Tosar), un scout de fútbol a quien Magda conoce en un juego de su hijo. El mismo día del diagnóstico de Magda, la esposa e hija de Arturo son atropelladas y Magda decide ayudar al hombre. Ambos tienen que superar estas traumáticas noticias y en el proceso, se va creando un vínculo. Tosar, uno de los actores contemporáneos más celebrados en España, se entrega totalmente a su rol. Aunque es un personaje secundario, Tosar llena todas sus escenas de gran intensidad y su actuación es igual de afectante que la de Cruz. Por ejemplo, la escena en la que se entera del accidente de su esposa e hija es totalmente memorable y muy realística.
El filme comienza con el diagnóstico de Magda y el drama no para de ahí. El filme empezó directo al grano y el espectador rápido esta cautivado. Lo que pensé que era una fortaleza, pronto se convirtió en uno de sus mayores desperfectos. Medem intenta cubrir un periodo de tiempo muy largo para la duración de la película. Por lo que el filme va tan rápido que los acontecimientos parecen episodios dramáticos editados con poca gracia. Medem intercala escenas, al punto de confundir al público. Magda parece haber superar todo muy rápido aun cuando procesamos lo sucedido. Por esto, la relación entre Magda y Arturo se siente muy forzada, aun con la buena química entre Cruz y Tosar.
Asier Etxeandia encarna al doctor de Magda, Julián. El doctor y su esposa buscan adoptar una niña de Siberia y Magda queda interesada en su proceso de adopción. Esta trama secundaria, de la futura hija adoptiva de Julián, nos provee uno de los aspectos más confusos de Ma ma. En un punto, Magda se imagina la niña en todos sitios que va, algo inesperado en muchos momentos y en otros hasta cómico. Realmente el “espectro” de la niña, sea que represente la muerte, la vida o lo que sea, es una distracción.
El libreto, escrito por Medem, tiene sus momentos intensos pero son manejados con poca sutileza. La película trata de ser inspiradora y mostrar a Magda como una mujer luchadora, pero no vemos gran parte de su lucha o el manejo de sus problemas. Algunos de sus problemas, como su matrimonio o su situación económica, no son explorados; son nítidamente resueltos fuera de la pantalla para que Magda tenga una vida fácil. En vez de darnos tantas escenas en la playa o de Julián serenando a Magda en tres ocasiones diferentes, Medem pudo utilizar ese espacio para indagar en problemas reales que pacientes de cáncer y sus familias sufren.
Muchos dirán que Ma ma logra su objetivo de inculcar ánimo y agradecimiento por la vida, pero otros simplemente la verán digna de poner los ojos en blanco. Su conclusión, por ejemplo, con varios miembros del elenco cantando una canción que nos invita a soñar, sufrir y reír, me resulto de mal gusto. Cruz y Tosar son tremendísimos actores pero ni sus espectaculares interpretaciones pueden evitar que Ma ma se sienta como una producción de Lifetime editada “artísticamente”.