En casa de herrero, cuchillo de palo. A Mark Zuckerberg su propio Facebook le ha hecho una jugarreta de privacidad de esas que de vez en cuando se le recriminan a la red social y que motivaron que tuviera que aceptar auditorías externas para garantizar su funcionamiento. Un usuario llegó hasta sus fotos privadas a través de un agujero en la red, y decidió publicarlas, tras lo cual han corrido por todo internet.
En realidad, las fotos no tienen mucho compromiso. En ellas aparece el creador de Facebook con su novia Priscilla Chan mientras juegan con su perro, están en un restaurante o preparan la cena.
En otra imagen aparece Zuckerberg aguantando a una gallina por las patas, firme a su compromiso de comer carne sólo si él mismo ha dado muerte al animal.
Excentricidades al margen, lo que está en entredicho es la capacidad de Facebook para garantizar realmente que lo que cuelga un usuario con acceso restringido se quede en el ámbito que ese usuario elige, y desde luego en este caso el fallo de seguridad ha dejado en evidencia al rey de las redes sociales tras las quejas de los usuarios e incluso de la Unión Europea por los reiterados cambios en el sistema de control de la privacidad y por las sospechas de que esta privacidad no estaba garantizada.
Para muestra, un botón, y en ese botón no pone: “me gusta”.
Fuente Blog Nación Red
