
Luego de 41 años de ser sede de investigadores dedicados al estudio de neuronas en modelos simples de animales, el mundialmente reconocido Instituto de Neurobiología del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la UPR es el nuevo hogar del doctor Steven N. Treistman, prestigioso neurobiólogo que se destaca por sus investigaciones científicas. El doctor Treistman fungirá como nuevo director del Instituto de Neurobiología del RCM donde desarrollarán investigaciones con una inyección económica de $5 millones provenientes de subvenciones. Treistman, quien fue Director del Instituto Brudnick de Neurociencias en la Universidad de Massachussets (MA), se distingue por su visión transdisciplinaria del estudio de las neurociencias, la neurobiología y la neuroquímica. El también profesor de neurosiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachussets, ostenta el reconocimiento “Merit Award” de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH por sus siglas en ingles). Este galardón, subvenciona a investigadores excepcionales con productividad probada y logros científicos trascendentales en un campo de las ciencias. El doctor Treistman es, además, miembro del afamado Instituto de Investigación en Neurobiología de Woods Hole, MA. Esta institución fue recipiente del Premio Nobel de Química del 2008 mediante los trabajos del doctor Osamu Shimomura. “Es un reto mantener los acercamientos temáticos y filosóficos que inició el doctor José del Castillo cuando fundó el Instituto. Nuestra meta es enfocarnos en los animales invertebrados para utilizarlos como modelos en el estudio de las células y así cubrir el espectro desde las moléculas hasta el comportamiento. Nuestros estudios contribuirán al entendimiento del rol de los genes y su influencia en formar la actividad neural. En particular, nuestra huella se fijará en la plasticidad neural, ya que este elemento es clave en el entendimiento y tratamiento potencial de condiciones relacionadas al sistema nervioso, problemas del aprendizaje y la memoria, desórdenes siquiátricos, incluyendo adicciones. El trabajo relacionado a la plasticidad neural en el Instituto arrojará luz en todos estos problemas y también a la adaptación del sistema nervioso al estrés del ambiente como a los cambios de la temperatura del mundo, es decir el calentamiento global”, explicó el científico. Agregó que los investigadores del Instituto se unirán a los del resto de la Isla y a los de otros centros universitarios. Treistman anticipó que contratará investigadores jóvenes que añadan energía a nuestra búsqueda neurocientífica. Una de las principales aportaciones científicas del doctor Treistman es determinar cómo las células cerebrales se adaptan fisiológicamente al cambio y estímulos del medioambiente. Este estudio también sirve para explicar los procesos que conducen al desarrollo de enfermedades en el sistema nervioso. Es decir, la flexibilidad que tienen las células neuronales para adaptarse y recobrarse de enfermedades y otros cambios patológicos. Bajo “plasticidad” se estudian los mecanismos para entender y tratar condiciones neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson, la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ALS) y la Enfermedad de Lou Gegrig, así como los desórdenes siquiátricos y la adicción a substancias. Igualmente, la investigación en este campo es pertinente para dilucidar los mecanismos mediante los cuales las células del sistema nervioso se protegen y recobran de lesiones como infartos cerebrales y traumas. Asimismo, Treistman se ha interesado en los mecanismos asociados a la adicción del alcohol y otras substancias. Sus investigaciones dan a conocer cómo mediante los cambios en receptores ubicados en la membrana de las neuronas del cerebro, se crea la tolerancia al alcohol y potencialmente a otras substancias. “El doctor Treistman trae a la Isla más de $5 millones en subvenciones tipo RO-1 de los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Este es el tipo de subvención con que se respaldan las investigaciones altamente competitivas que queremos fomentar para Puerto Rico. Con su probada experiencia obtenemos para Puerto Rico un reconocido investigador y mentor que consolida los trabajos en las neurociencias”, manifestó el Rector del RCM, el neurólogo José R. Carlo. Para el doctor Treistman, las investigaciones en las neurociencias ayudan a explicar las posibles vías de tratamiento para las enfermedades y las lesiones del sistema nervioso. Para Treistman Puerto Rico está inmerso en el estudio de las neurociencias de manera interdisciplinaria e interdepartamental. Precisamente, estos dos elementos fueron los que posicionaron a nivel mundial el trabajo del Instituto de Neurobiología en el 1967. El Instituto funge desde entonces como un centro interdepartamental e interdisciplinario, idea visionaria del doctor español José del Castillo, fundador del Instituto. Hoy, la facultad del Instituto realiza investigaciones básicas en neurociencia con énfasis particular en modelos simples de animales marinos tropicales para entender los mecanismos de la estructura, la función y el desarrollo del Sistema Nervioso Central. Según los doctores Mark Miller y Conchita Zuazaga, investigadores del Instituto de Neurobiología ubicado en el Viejo San Juan, los mecanismos celulares que se observan en animales simples como los caracoles marinos, las cocolías, los camarones de agua dulce y los erizos; son iguales al de los humanos. “Con ellos se pueden estudiar las disfunciones, por qué ocurren las enfermedades, así como orientar los estudios a la medicación”, explicó el investigador Miller. Miller, director asociado del Instituto, lleva sobre 16 años estudiando el sistema motor y cómo se logra el movimiento. Estudia el comportamiento rítmico, “el por qué los movimientos se detienen, se distorsionan”, dijo. Estos trabajos se realizan en modelos como las cocolías y los caracoles marinos ya que la dopamina (sustancia química que tenemos en los neurotransmisores que regulan el movimiento) en estos animales y en los humanos funciona de la misma manera. Como ejemplo, los medicamentos para personas con Parkinson, que aumentan los niveles de dopamina en el cerebro para que el paciente comience a caminar, actúan igual en estos modelos de animales. El Instituto de Neurobiología, además de servir como escenario para la investigación y el estudio de las neurociencias es un centro educativo. Uno de las estudiantes de Miller, el doctor Manuel Díaz Ríos, luego de obtener su doctorado, replicó este trabajo en ratas. Otros investigadores están replicando y extendiendo estos estudios en monos. Esta secuencia, de animales simples a más complejos, es bien común en el estudio de cerebros y el comportamiento. La fundación Centro para la Investigación, Tratamientos y Rehabilitación de Enfermedades Neurodegenerativas (CITREN), que desea el establecimiento de un centro para el estudio de las enfermedades neurodegenerativas en Puerto Rico, se ha comprometido con un donativo de $500,000 por cinco años para apoyar el reclutamiento de Treistman.