Aunque Matthew pasó bastante al sur de la isla cuando aún no había desarrollado su máxima potencia, ese sistema atmosférico impactó significativamente las costas del país, de acuerdo con Maritza Barreto, directora de la Red de Playas de Puerto Rico.
En lugares como Playa Santa, ubicada en Guánica, “se perdieron hasta 10 metros horizontales de playa”, informó Barreto. Además, en la zona hubo depósitos de esponjas y algas marinas que fueron arrancadas del fondo marino.
También Barreto comunicó que hubo personas que le indicaron que las playas de municipios como Cabo Rojo y Rincón se vieron afectadas por las altas marejadas, pero que aún esa información está por cuantificarse.
Diálogo supo de un incidente de erosión en la playa de Rincón, ocasionado alegadamente por las fuertes marejadas que impulsó Matthew tras arribar al Atlántico. En la información que circuló en las redes sociales aparece un vídeo tomado por un ciudadano del área donde muestra cómo el mar socavó la verja y la piscina de uno de los condominios de esa playa de la costa oeste.
Aunque esta información aún no ha sido validada oficialmente, se sabe que el huracán Nicole, por ejemplo, que se encuentra bastante al norte de Puerto Rico, ha mantenido toda la costa noroeste y noreste de la isla bajo advertencias de fuertes resacas marinas durante esta semana.
La doctora Barreto ha realizado múltiples estudios de playas que evidencian la erosión tras los eventos ciclónicos en Puerto Rico. “Tomando en cuenta la experiencia pasada y lo que se está viendo ahora [el impacto de todos los eventos naturales que provocan marejadas altas], si Matthew hubiese impactado a Puerto Rico yo diría que un 70 a 80% de las playas se hubiesen perdido por la erosión”, aseguró.
Con las fuertes marejadas que provocan las tormentas y los huracanes, las playas no se “pierden” totalmente. Según Barreto, en un escenario normal, la arena regresa a la orilla en un periodo de dos a cuatro semanas de haber ocurrido el evento ciclónico.
No obstante, la especialista señaló que los cambios de uso de terreno, las descargas de aguas usadas al mar, el desarrollo y las construcciones en las costas, entre otros elementos, “son un agravante” al debilitamiento de las costas.
“Las playas no se van a recuperar igual que si no estuviesen impactadas por actividades humanas”, indicó.
“No estamos preparados ni para un fenómeno categoría 3”
“La isla debe evaluar su preparación para todo tipo de sistema, no solamente los de gran intensidad”, expresó Barreto. La profesora de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico, advirtió que “un evento ciclónico de menos intensidad que pase cerca puede impactar más que un huracán de mayor intensidad que pase lejos y rápido”.
Además del impacto ambiental, la llegada de un evento ciclónico podría producir daños graves a la infraestructura del país. Barreto destacó que los puertos, los aeropuertos y las plantas generadoras de energía y las construcciones en la costa serían las estructuras más comprometidas.
“Yo entiendo que muchas de nuestras estructuras están vulnerables porque no se les ha dado el mantenimiento adecuado. Esos sistemas se van a caer”, advirtió Barreto. Como ejemplo, recordó que hace unas semanas “un simple rayo” provocó un apagón nacional por más de 24 horas.
La seguridad física, alimentaria y de las construcciones privadas también estaría en riesgo. Según Barreto, la seguridad es un elemento que va a depender de la resistencia que tengan los puertos y los aeropuertos y de los planes de acción que tengan las agencias pertinentes para enfrentar estos eventos naturales.
La investigadora señaló que el gobierno debe tomar en cuenta el cambio climático y las nuevas trayectorias que están teniendo las tormentas y los huracanes al momento de armar un plan para enfrentarlos.
A la geóloga marina especialista en playas y costas, le preocupa el presupuesto que el gobierno tiene para el manejo de emergencias. “Yo he estado viendo informes y sé que hay dinero disponible, pero entiendo que el gobierno debe aumentar el presupuesto designado al manejo de emergencia”, expuso Barreto.
Matthew es el décimo cuarto fenómeno atmosférico natural que se ha producido durante la temporada de huracanes que comenzó en junio y finalizará en noviembre. Actualmente, el huracán Nicole circula por las aguas del Atlántico.
Según los datos de Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, podrían surgir hasta cinco tormentas o huracanes más si así la naturaleza lo dispone.
“Yo no estoy tan segura de que el gobierno de Puerto Rico tenga la cantidad de dinero que se necesita para poner a Puerto Rico de pie. No estamos preparados ni para un fenómeno categoría 3”, dijo Barreto.
Entre los más devastadores
Matthew, ha sido considerado como uno de los sistemas atmosféricos más devastadores del siglo 21. Este huracán azotó a Haití, Cuba, Jamaica, Bahamas y Estados Unidos provocando graves daños. Pasó por Haití y Cuba como un huracán categoría 5 con vientos de hasta 142 millas por hora.
Según los datos publicados por la empresa de noticias British Broadcasting Corporation (BBC), tras su paso por Haití el fenómeno natural dejó cerca de 900 muertos. En Cuba no se reportaron muertes a causa del huracán, pero muchas personas perdieron sus cosechas de alimentos, sus hogares y sus pertenencias.
En Estados Unidos, el paso de Matthew por Florida, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia, dejó una veintena de personas muertas, según publicó el periódico The Wall Street Journal. Además, muchas personas se quedaron sin servicio de energía eléctrica y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), continúa evaluando las pérdidas materiales.