WASHINGTON- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, confrontará este miércoles a su comandante de mayor rango en Afganistán, antes de decidir si lo remueve de su cargo debido a comentarios incendiarios que enfurecieron a la Casa Blanca y amenazan con socavar la estrategia bélica.
Convocado desde Afganistán para reunirse con Obama, al general Stanley McChrystal se le pedirá que explique comentarios que él y sus asesores hicieron en un artículo de la revista Rolling Stone, donde se menosprecia al presidente y a otros funcionarios civiles de alto rango.
La situación plantea un complejo dilema para Obama, quién se enfrenta a la elección de tolerar una insubordinación desde el Ejército o de reestructurar la cadena de mando en un momento peligroso en la impopular guerra de nueve años.
Obama, que algunos describieron reaccionando con furia por el artículo en privado pero que se mostró medido en público, formuló una severa reprimenda a McChrystal y aseguró que hablaría directamente con el general antes de tomar una decisión final.
“Creo que es claro que el artículo en el que aparecen él y su equipo demuestra un error de juicio”, declaró Obama a la prensa luego de una reunión con su gabinete el martes.
Funcionarios estadounidenses informaron que esperan que McChrystal, el comandante de las fuerzas de su país y la OTAN en Afganistán y arquitecto de la estrategia de guerra de la administración Obama, presente su renuncia y permita al presidente que decida si la acepta o no.
Con su carrera en juego, el general de 55 años se ha disculpado. “Fue un error que refleja un mal juicio y nunca debió haber ocurrido”, explicó McChrystal en un comunicado.
En el artículo titulado “El General Desbocado” (http://www.rollingstone.com/politics/news/17390/119236) el mismo McChrystal hizo comentarios despectivos sobre el vicepresidente Joe Biden y el enviado especial de Estados Unidos a Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke.
El artículo cita a un miembro del equipo de McChrystal haciendo bromas sobre Biden, quien ha criticado los esfuerzos del general por elevar el nivel del conflicto y quien está a favor de un enfoque más limitado al antiterrorismo.
Unos de los asesores de McChrystal llamó “payaso” al Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jim Jones, y agregó que se quedó “atascado en 1985”.
También, la pieza periodística cita a un asesor de McChrystal criticando una reunión con Obama como una “oportunidad para tomarse fotografías por 10 minutos”, y diciendo que el general se mostró “decepcionado” porque el presidente parecía poco comprometido.
Afganistán ha cedido terreno en la agenda de Obama mientras el mandatario se concentraba en desafíos domésticos, como el alto desempleo y el derrame de petróleo de BP, considerados críticos para evitar grandes pérdidas para su Partido Demócrata en las elecciones legislativas de noviembre.
Pero el escándalo que rodea a McChrystal se produce en medio de las dudas en el Congreso y un apoyo en declive entre el público para la estrategia de guerra en Afganistán, donde los talibanes se han fortalecido pese a un aumento en el nivel de tropas que Obama ordenó hace seis meses.
Obama está consciente de que su éxito o fracaso en Afganistán será una parte importante de su legado en política exterior.
ERROR PROFUNDO
El artículo surgió antes de la reunión mensual de Obama con su consejo de guerra en Afganistán. McChrystal usualmente se suma por teleconferencia, pero Obama le ordenó volar a Washington y participar directamente en la reunión del consejo, y también a una reunión privada con él en el Salón Oval.
En la reunión participarán muchos de los asesores de Obama denigrados por McChrystal y su personal, en el artículo.
El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs aseguró que McChrystal cometió un “profundo” error y que “todas las opciones están sobre la mesa” respecto a su futuro.
Obama fue más cauteloso, diciendo que el éxito en Afganistán sería lo más importante en cualquier decisión. Mientras que la salida de McChrystal se sumaría a la creciente incertidumbre sobre el curso de la guerra.
La controversia también podría debilitar a Obama, ya sea haciéndolo ver demasiado permisivo ante la insubordinación si permite que McChrystal conserve su posición, o abriendo la puerta a las críticas de que mina los esfuerzos en la guerra si despide a su máximo general en el terreno.
Los legisladores están divididos sobre el destino del general, pero el presidente afgano Hamid Karzai apoyó completamente al general estadounidense.
Funcionarios de Defensa dicen que tienen confianza en que podrá hallarse un reemplazante adecuado si McChrystal es removido del cargo.
Entre sus posibles sucesores están el teniente general David Rodriguez, quien ahora sirve como segundo de McChrystal, el teniente general William Caldwell, quien dirige la misión de entrenamiento de la OTAN para las fuerzas afganas, o el general James Mattis, comandante de las Fuerzas Conjuntas de Estados Unidos.
El episodio ha evocado recuerdos de tensiones entre autoridades militares y civiles cuando el presidente Harry Truman removió al general Douglas MacArthur de su mando en el Oriente Lejano en 1951 por desobedecer abiertamente la política estadounidense y proponer públicamente la expansión del conflicto coreano a China.