De la mano de su pana Hermes Croatto, Mijo de la Palma ha salido del monte rumbo a la ciudad.
Mijo de la Palma, agrupación que lidera el vegabajeño Melvín López, se presentará junto a Hermes Croatto este viernes 5 de junio en el Café Teatro Punto Fijo, aledaño al Centro de Bellas Artes de Santurce, desde las 8:00 P.M.
La presentación, la más reciente que ambos cantautores realizan juntos, busca llevar a un escenario urbano como Santurce ese ritmo cuasi clandestino que ha hecho de Mijo de la Palma un clásico de culto en la música puertorriqueña. Si bien es cierto que durante su trayectoria Mijo de la Palma ha incorporado distintos colores musicales en sus espectáculos, desde instrumentistas hasta voces raperas, la base de Melvin en la voz y guitarra, con Adaliz Ortiz en las vocales de fondo y Kidany Acevedo declamando poesía, sigue intacta.
Ahora, se une a Croatto, cuya vena artística es harta reconocida, en búsqueda de otro sentimiento musical que ayude a seguir desarrollando lo que ya de por sí es un concepto bastante depurado. Con la intención de enterarnos de qué se trata este nuevo espectáculo, contactamos a Melvin por las vías cibernéticas y he aquí nuestra conversación.
Diálogo: Ya han trabajado en conciertos juntos, en su mayoría en escenarios al aire libre, que es algo que caracteriza a Mijo de la Palma. ¿Cómo surge la idea de realizar este concierto en un lugar como Punto Fijo, que si bien es un sitio acogedor y medio íntimo, carga matices más urbanas al estar en el mismo centro de Santurce?
Melvin: Por una lado, no es algo cómodo, al menos para mí -salir de la maleza para entrar a un espacio en el mismo medio del revolú urbano. Pero de igual forma te reta y es eso precisamente de lo que se trata todo esto, retarte y permitirte la entrada a espacios que no son tu norma, constantemente ponerte en la orilla, al borde y hasta permitirte la caída al abismo. Por otro lado, como bien dices, nos mantenemos fuera del circuito y por ende nos piden muy a menudo que visitemos el área metro, algo que hacemos demasiado poco. Buscamos con este intento cubrir un poco ese vacío.
Diálogo: ¿Harán temas juntos? Al contar con propuestas que pudieran parecer similares para el público nuevo que irá ese día, pues son conceptos de cantautores, ¿cómo entienden que se nutren uno del otro en el escenario?
Melvin: Por similar que pueda ser nuestro trabajo -el de Hermes y el mío- las diferencias son bien marcadas y muy fáciles de sentir. Sin embargo, lo importante para nosotros no es tanto lo que se va a presentar, el material ya está seleccionado y sabemos de antemano las piezas que vamos a interpretar, pero más bien se trata de la libertad que nazca durante la noche, lo que a su vez establece como será la conexión con el público. Fuera de eso no existe bosquejo, no hubo ensayos, estaremos iniciando nuevos músicos, nuevas canciones, interpretaremos temas juntos y solos. Me da pánico de tan solo pensarlo, porque es ponerte en una situación donde sobrevives con pura babilla -o te lo crees y vuelas, o dudas y te vas de boca al ceto. Al final es esa energía la que nace de miedos, nervios, pánico y euforia, la que nos alimentará la noche del viernes en Punto Fijo hasta hasta llegar a un espacio de calma y libertad. Es esa calma y libertad la que buscamos y queremos compartir con el público.
Diálogo: ¿Qué opinas de las fusiones musicales que cada artista puertorriqueño eventualmente realiza, lejos de cualquier testarudez artística, pues, al fin y al cabo, tanta densidad creativa en un espacio tan pequeño como Puerto Rico, así lo obliga? ¿Pueden contarnos las que han realizado, si alguna?
Melvin: Como todo lo demás, es cuestión de perspectiva, que termina siendo tu enfoque y lo que te motiva. Dependiendo donde estás parado contigo mismo dictará como vas a manejar esa presión. Supongo que cualquier fusión que se desarrolle nace de un intento de crecer, de salir de los patrones, de conocer los extremos de lo que haces y tratar de romperlos sin cansarte sin caer en ese espacio de comodidad que eventualmente, si no lo retas, te mata. Para mí no es cuestión de escaparme de las masas o lo denso que pueda ser la vaina en la Isla, es cuestión de escaparme de mí y eso es lo que me lleva a hacer mi trabajo de la manera que lo hago, una búsqueda muy mía que nada tiene que ver con lo que ocurre en la escena, local o internacional. Es algo que vuela mucho más alto que eso y que en nada va atada a lo que sea que ocurre en la Isla.
Diálogo: ¿En qué punto del destino entiendes que se encuentra ahora mismo tu carrera?
Melvin: En pleno desarrollo. Descubriendo con cada paso que se da un poco más de este intento que es vivir la vida en las alas de la música y la poesía. Lo que pueda ocurrir a nivel profesional, eso llega solo, no lo pienso y ni tan siquiera es un factor. Lo que sí pienso es en nunca dejar de buscar: desarrollando material, mejorando como músico y como ser humano, descubriendo nuevos espacios, nuevos caminos. Si el alma y el espíritu son la brújula, la música y la poesía son el mapa.
Diálogo: Bien, invita al público que no los conocen a verlos en Punto Fijo. Y también a quienes ya los conocen bien.
Melvin: Durante una de nuestras visitas a San Francisco un buen amigo, José Ángel González, compartió unas palabras muy certeras en su intento de definir nuestro trabajo. Hago eco de ellas porque hasta hoy ha sido la persona que mejor a entendido el proceso y que sirven de invitación a ese espacio para quienes aún no conocen lo que hacemos. Dice José, que es fotoperiodista en San Francisco y escribe además para varios medios en España, que “Mijo de la Palma se mece sin bravura, como el compás de una hamaca, pero te deja en carne viva: tú solo y el balazo. No es música complaciente de salitre y flamboyán, jamás la escucharán en una coctelería de acceso restringido. Es una zozobra lenta que nunca entenderán quienes no se hayan roto el alma contra las piedras”. Yo no pudiera decirlo mejor. Así las cosas, tienen que ir a ver el espectáculo para que entiendan mejor. Allí los esperamos.