Miles de personas se manifestaron ayer en más de 50 ciudades españolas para pedir una “gestión de la crisis pensada en las personas y no en los bancos” entre otras cosas. El descontento con políticos y banqueros fue una constante en todas las manifestaciones. Periodismo Humano ha asistido a algunas de ellas.
Madrid: Lo llaman democracia y no lo es, por Juan Luis Sánchez
“Lo llaman democracia y no lo es”, y el cántico hace eco entre las sedes bancarias, las columnas ministeriales, los palecetes y los techos altos que van desde Cibeles hasta la Puerta del Sol, en Madrid. Nadie, ni los organizadores, esperaban que tanta gente acudiera a una manifestación que ha sido convocada en las redes sociales, que no ha tenido su sitio en los medios de comunicación, que podría haber sido una más. Pero no lo ha sido.
Había que escarbar mucho entre la multitud para encontar una bandera con las siglas de algún partido político. La intención apartidista de la concentración se ha cumplido y algo más: se han cantado críticas con entusiasmo hasta contra los sindicatos. “Dónde están, no se ven,Comisiones y UGT”, se decía… y lo cierto es que nadie pudo decir “aquí”. Solo desde el camión de la organización se ha echado mano de consignas que recuerdan a manifestaciones que no eran esta.
“La juventud se está comportando de una manera muy pasiva y no está la cosa como para no hacer nada”, dice Elena, de 17 años, que se ha enterado de la manifestación “por Facebook”. Elena va con una camiseta de “Juventud sin miedo”, una unión de chavales que han acudido a la manifestación armados con portadas de libos como El Quijote o Cien años de soledad como armas cargadas de futuro.
Sevilla: Hartos de estar hartos, por Patricia Simón
Jóvenes, muchos jóvenes, pero también varios cientos de familias al completo, muchos con niños pequeños cargados en los hombros o en los carritos, bastantes grupos de ancianos -muy efusivos a la hora de demostrar su indignación, pero también su sorpresa y alegría por ver a tantos jóvenes demandando una ” verdadera democracia, la que nos prometieron y no la que nos han dado, especialmente a los pobres”- salieron ayer a las calles de Sevilla con termómetros que marcaban los 35 grados.
Varios miles de personas que no dejaban de comentar a la mínima oportunidad la sorpresa de ver tanta gente manifestándose para pedir trabajo especialmente, sí, pero también mecanismos de participación más democráticos y adaptados a las posibilidades que la tecnología ofrece hoy, relaciones internacionales justas y basadas en las personas, no en las multinacionales, justicia y la erradicación de la pobreza en el mundo… “Hartos de estar hartos”, “Los políticos mienten, los banqueros roban, los ricos ríen”, “Estamos cabreados y muy indignados”… son sólo algunas de las numerosas pancartas hechas a mano que salpicaban y se superponían en la marcha, guiada por un experto grupo de amenizadores más que agitadores, que al frente de la manifestación sorprendieron y divirtieron a los participantes con un amplio repertorio de consignas y cantes flamencos adaptados a la marcha. El más repetido: “Lo llaman Democracia y no lo es”. En este reportaje de audio podréis esuchar buena parte de los perfiles tan diferentes que participaron ayer en una manifestación que ya muchos de los participantes creen que debería repetirse muy pronto, “una y otra vez, hasta que los políticos capten el mensaje” nos decía uno de ellos.
Barcelona: ¡Sí se puede!, por Samuel Rodríguez y Arianna Giménez
¡Sí se puede! Son las tres palabras más repetidas por las más de 5.000 personas que hoy han asistido a la manifestación organizada por ¡Democracia Real Ya! en Barcelona. Gente de todas las edades han decidido salir a la calle para protestar contra la grave crisis que acusa a España e identificar a sus responsables: los políticos y las entidades financieras. Al grito de “el pueblo unido jamás será vencido”, el lema “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” ha desfilado desde la Plaza Cataluña hasta el Parque de la Ciutadella, donde se encuentra el Parlamento catalán. Arcadi Oliveres, al frente de la manifestación, ha destacado en declaraciones a Periodismo Humano “el poder de auto convocatoria y organización, como consecuencia de la respuesta dada por los partidos políticos y principales sindicatos del país a la situación económica actual”. Arcadi cree que aún es pronto para hablar de una posible acción política a largo plazo, pero asegura que este sentimiento de disconformidad es importante en una sociedad conservadora, conformista y poco solidaria, incapaz de moverse de delante del televisor.
Bilbao: Catarsis colectiva, por Carlos Sardiña
En Bilbao acudieron a la concentración convocada frente al ayuntamiento alrededor de 500 personas, según la organización. Después de que un miembro de la plataforma leyera el manifiesto de ¡Democracia Real YA! en castellano y euskera, se cedió el micrófono a los asistentes que desearan expresar sus opiniones. Poco a poco la gente se fue animando y diversos ciudadanos de edades y clases sociales diversas fueron tomando el micrófono para dejar constancia de su hartazgo y, en la mayoría de los casos, contar también sus historias personales, lo que dio lugar a momentos muy emotivos. Todos ellos se definían como “personas normales” y muchos se quejaron de la ausencia de los medios de comunicación en la concentración. Una mujer de mediana edad contó que a su hijo, doctorado en Física en el extranjero, le habían negado empleos por “estar demasiado preparado” y que su hija socióloga ganaba quinientos euros y estaba contenta de tener un trabajo, lo cual indignaba a su madre. Una estudiante universitaria de veintidós años que dijo padecer una enfermedad degenerativa denunció la pasividad de sus compañeros de la universidad, y eso que, como ella misma dijo, “ellos sí tienen un futuro”. Un emigrante brasileño se quejó de la difícil situación que afrontan los emigrantes, convertidos, además, en chivos expiatorios en tiempos de crisis. Durante aproximadamente una hora, en un acto que tuvo algo de liberadora catarsis colectiva, la plaza del ayuntamiento se convirtió en un foro de debate público en el que se creó un clima de complicidad entre personas que en la mayoría de los casos no se conocían de nada. Tras la espontánea sucesión de testimonios, una batucada puso fin al acto.
Málaga: Ésta no es la Democracia que merecemos, por Rocío Muñoz
Apenas faltan unos minutos para que den las 17:30 y la Casa Invisible de Málaga está llena de vida. Jóvenes que se pintan la cara, otros que can equipo técnico para que oigan hasta los que no quieren oír, y hay quien prepara máscaras con las que representan que en esta manifestación todos son iguales, ciudadanos sin siglas, sin partidos. En eso nos insiste mucho David Álvarez, un joven que se encarga de coordinar la comunicación en este día. Dicen que éste puede ser el despertar para una generación acomodada y que es sólo un eslabón más de una cadena de cambios que han recorrido ya el mundo árabe e Islandia. Todas, revueltas con un nexo en común esta democracia “no es la que queremos, no es la que mereceremos”. Esa es la clave. Una democracia que ponga al ser humano en el centro. En eso hacen hincapié, una democracia humana que no anteponga los intereses de la banca a los de la ciudadanía y todo eso cantado en lemas, entre bailes y colores, con mucha diversión pero sin olvidar, dice David Álvarez, que esto se puede cambiar si nos empeñamos. Unas 1,000 personas se manifestaron en Oviedo, Asturias, al son de tambores y fanfarrias y con gritos y pancartas exigiendo “Democracia Real Ya”, negándose a ser “mercancía para los políticos y banqueros” y manifestando estar hartos de que la crisis la paguen los más pobres mientras los ricos y banqueros continúan ganando millones.
Oviedo: Nos roban los bancos, no los inmigrantes, por Javier Bauluz
Unas 1,000 personas se manifestaron en Oviedo, Asturias, al son de tambores y fanfarrias y con gritos y pancartas exigiendo “Democracia real Ya”, negandose a ser “mercancía para los políticos y banqueros” y declarando estar hartos de que la crisis la paguen los más pobres mientras los ricos y banqueros continúan ganando millones.
José Luis Sampedro envió un mensaje a los participantes
“Manos arriba, esto es una crisis” era la frase de una de las pancartas que, gritada con las manos en alto, resumía el sentir de los cientos de jóvenes, mayores, estudiantes y trabajadores que recorrieron el centro de Oviedo hasta la Plaza de España.
*Lea la historia original en Periodismo Humano.
