La noche del pasado miércoles, el Teatro de la Universidad de Puerto Rico se transformó con la música de Mima, quien ofreció un concierto en el que todo el misticismo y la intensidad sonora del disco se tradujo en un espectáculo teatral lleno de imágenes alucinantes.
La escenografía del concierto estaba compuesta por sillas rojas colgando de un árbol de madera y un pozo de bloques que al principio Mima construyó y casi al final del concierto desmontó transformándolo en una escalera.
Frente a esa escalera, Mima se sentó con su guitarra acústica e interpretó “Menos mal que no”, uno de los éxitos de su primera grabación, luego de que el público se levantara de sus butacas y la aplaudiera efusivamente pidiendo otra.
Enseguida, Mima exhortó al público a que se acercara a la tarima para disfrutar las últimas canciones del concierto.
“Vamos pa'l éxito que nunca llegó a la radio”, dijo Mima antes de tocar “Santo Camino Furtivo”, tal vez la canción más reconocida de su primera grabación.
Ese breve paso por su primer disco se dio luego de un viaje por la totalidad de su nuevo álbum, un viaje en el que Mima se hizo acompañar por músicos que colaboraron en su disco y otros invitados.
Con los rostros cubiertos por capuchas fantasmales, los músicos entonaron diversos instrumentos que iban desde trompetas, trombón, flauta y clarinete a percusión, batería, bajo, guitarras y sintetizador digital y análogo. A esto se añade un coro en el que se encontraba Jerry Medina, reconocido cantante y trompetista de la agrupación Batacumbele e Ilang Gutiérrez, corista en la banda de reggae Cultura Profética.
Esa noche el Teatro se llenó en su capacidad, tanto así que varias personas se quedaron fuera, pues se cerraron las puertas por falta de espacio.
Sin embargo, la mayoría de las personas que estaban afuera seguramente se hubiesen conformado con ocupar el pasillo, las esquinas o el piso con tal de disfrutar la música de Mima y su nueva propuesta musical.
Fotos por Ricardo Alcaraz
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