En medio del aumento de feminicidios que se registró el pasado año -cuando hubo 24 asesinatos de mujeres- se aviva el reclamo por desarrollar la perspectiva de género, así como promover su educación.
Sin embargo, como parte de la discusión pública de este concepto han proliferado varios mitos sobre el significado y conceptuación de la perspectiva de género. Por ello, compartimos algunos mitos y realidades en torno a esta herramienta que busca romper con los roles construidos socialmente que se atribuyen al género y cómo se proyectan en las relaciones con los demás.
Mito: “La perspectiva de género dirá cuál deberá ser tu orientación sexual”.
Realidad: La perspectiva de género y la orientación sexual son asuntos diferentes. La perspectiva de género persigue romper con esquemas impuestos por la sociedad para determinar características a los géneros a nivel cultural y social.
En cambio, la orientación sexual es un asunto diferente a las elecciones de nuestra identidad cultural. Según la Asociación Amerciana de Psicología (APA, siglas en inglés) se trata de “una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros”.
De hecho, establece que la orientación sexual es algo que la persona no elige. Es decir, que la perspectiva de género ciertamente no “promoverá” un cambio en la atracción hacia otros ya que es algo que surge de forma innata.
Mito: “La perspectiva de género es educación sexual”.
Realidad: Hablar de la perspectiva de género no es lo mismo que de educación sexual. Estas son algunas definiciones que exponen el Comité para la Promoción de la Salud Sexual (CPSS) y la Organización Mundial de la Salud (OPS):
Perspectiva de género:
- Persigue la equidad entre los géneros: que las personas reciban un trato digno.
- Visibiliza las condiciones desiguales y la violencia sistemática existente en nuestra sociedad asociada al género, donde se privilegia lo masculino sobre lo femenino. Estas inequidades desembocan en situaciones de violencia y discrimen, principalmente contra el género femenino.
- Examina los constructos culturales y sociales sobre cómo se deben comportar las personas a base de su género, o de su sexo (¡que no son lo mismo!)
- Valida la diversidad de las expresiones e identidades de género como elemento importante en la educación para la paz y los derechos humanos.
- Incide en la salud pública estableciendo el género como un determinante social de la salud.
Educación sexual:
- Promueve una visión positiva de la sexualidad de la persona.
- Visibiliza la existencia de las enfermedades de transmisión sexual.
- Informa y provee destrezas para el cuidado de la salud sexual en todos los aspectos.
- Ayuda a desarrollar destrezas para la toma de decisiones responsables en cuanto a la sexualidad.
- No se limita a educar sobre relaciones sexuales, también considera las etapas de desarrollo del ser humano.
Mito: “La perspectiva de género confunde a los niños”.
Realidad: La perspectiva de género es una herramienta para promover el respeto en las personas, independientemente su sexo biológico o su género. Si los niños están siendo educados en una cultura machista, entonces la perspectiva de género “confunde” esa cultura.
Sin embargo, si la aspiración es promover el respeto a los seres humanos, entonces está a la par.
Mito: “Todos los religiosos están en contra de la perspectiva de género”.
Realidad: Muchas personas con creencias religiosas respaldan la perspectiva de género por entender que es un asunto de respeto. Figuran entre ellos, el obispo de la Iglesia Metodista en Puerto Rico, líderes de la Iglesia Episcopal, la Iglesia Luterana, así como otras denominaciones.