Por: Viviana P. Valentín Valentín
El aumento en la cantidad de azúcares que se encuentran en nuestros alimentos es un gran problema para nuestra sociedad ya que influyen grandemente en el desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes y obesidad. Es por esto, que entender como el azúcar afecta nuestro cerebro, y subsecuentemente, nuestros hábitos alimenticios es de suma importancia. Para lograr esto, neurocientíficos alrededor del mundo han utilizado organismos modelos, como Drosophila melanogaster.
Este insecto conocido comúnmente como la mosca frutera es un buen organismo modelo para contestar preguntas sobre nuestros hábitos alimenticios. Drosophila melanogaster tiene una dieta y un sistema metabólico para las azúcares similar al de los humanos. Las moscas fruteras tienen un sistema gustatorio sencillo, de manera que es fácil estudiar la neurociencia del gusto. Además, su cerebro y material genético es relativamente simple, lo cual facilita comprender los efectos de una dieta alta en azúcar a varios niveles de análisis.
El laboratorio de la Dra. Monica Dus de la Universidad de Michigan utiliza este organismo modelo para estudiar como una dieta alta en azúcar puede afectar nuestro cerebro y consecuentemente nuestro comportamiento. En sus publicaciones más recientes, su laboratorio ha reportado resultados interesantes. Durante los primeros días de una dieta alta en azúcar, las moscas fruteras consumieron menos comida en comparación con las moscas en una dieta normal. Esto ocurre ya que al ser una dieta con altas calorías el cuerpo regula cuanto se consume de una comida. Sin embargo, el estar en una dieta alta en azúcar de manera prolongada provocó un aumento en el tiempo de consumo y las porciones de comida.
Las moscas fruteras uttilizan una proboscide o trompa para tomar sus alimentos. Las neuronas gustatorias que reconocen el dulce de una comida se encuentran en la parte superior de la trompa de Drosophila melanogaster, al igual que en sus patas y alas. Cuando estas neuronas son estimuladas y son receptivas a las azúcares, las moscas responden al estímulo estirando su trompa. Los investigadores estimularon estas neuronas con diferentes concentraciones de azúcar en moscas que estuvieron consumiendo una dieta alta en azúcar y compararon sus respuestas con moscas en una dieta normal.
Ellos encontraron que las moscas en una dieta alta en azúcar, eran menos receptivas a la azúcar – es decir, requerían de altas concentraciones de azúcar para poder reconocer un estímulo como dulce. Este resultado es una posible explicación a porqué una dieta alta en azúcar resulta en comidas más grandes, ya que una persona con menor sensibilidad al dulce, buscaría un estímulo mayor para poder satisfacer el deseo por azúcar. En adición a esto, realizaron experimentos de electrofisiología en donde midieron la actividad de las neuronas responsables de detectar el sabor dulce y observaron que en efecto, estar en una dieta alta en azúcar reduce la actividad o respuesta de la neurona a un estímulo con azúcar.
Resaltar esta investigación es de suma importancia para los humanos ya que estos resultados avanzan nuestro entendimiento sobre qué ocurre con nuestro sistema nervioso cuando mantenemos una dieta alta en azúcar. Además, nos ayuda a comprender el gran beneficio de utilizar los organismos modelos como Drosophila melanogaster para entender nuestros propios sistemas. Futuros experimentos con este organismo modelo nos ayudarán a tener una imagen clara de cómo el azúcar nos afecta, a niveles neuronales, metabólicos, y genéticos.
La autora es estudiante de Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.