
El Movimiento Amplio de Mujeres (MAMPR) reiteró que, en Puerto Rico, la violencia que viven las mujeres a manos de sus parejas constituye una emergencia nacional, tras manifestar sus preocupaciones con respecto al caso de la niña de 13 años que fue quemada por un hombre de 19 años en Cabo Rojo.
“El domingo despertamos con la desgarradora noticia de otro crimen por violencia de género. Esta vez, un hombre de 19 años intentó asesinar a una niña de 13 años como venganza por su rechazo, le prendió fuego estando la niña en la sala de su casa”, expresó la organización en un comunicado de prensa.
La niña tiene un cuadro de salud complejo con el 90 % de su cuerpo quemado con heridas de primer y segundo grado, por lo que continúa recluida en estado crítico en el Hospital Pediátrco del Centro Médico en Río Piedras.
“Primero, hay que puntualizar en que la responsabilidad de la violencia que experimentó Jomaira es de su agresor, quien la intento asesinar, sea este mayor o menor de edad”, indican.
“En lugar de preguntar qué hacía una niña de 13 años en una relación de pareja con un hombre de 19, la pregunta que tenemos que hacernos es ¿qué hacía un hombre de 19 años teniendo acercamientos románticos con una niña de 13 años?”, señalan.
“La pregunta no es por qué la mamá permitió esa relación, sino por qué un joven de 19 años cree que esa niña era suya y tenía el poder para controlarla, hacerle daño e intentar asesinarla”, expresó Tania Rosario, directora de Taller Salud e integrante del MAMPR.
El MAMPR indicó que es urgente la educación con perspectiva de género y el Estado sigue haciéndose de la vista larga y no asume su responsabilidad en la prevención de la violencia contra las mujeres.
“Seguimos sin un currículo con perspectiva de género en las escuelas y sin recibir apoyo para los proyectos de prevención basados en evidencia. Por otro lado, las organizaciones de servicios a víctimas cada vez tienen menos recursos y muchos de los medios de comunicación, particularmente los programas de radio todavía no han asumido la responsabilidad de manejar y comunicar los casos de violencia de género con perspectiva de género”, expresó Sara Benítez.
La organización precisó que las relaciones violentas de pareja y la violencia hacia la niñez responden a un entramado social que coloca a los hombres en posición de poder y control, que construye las relaciones desde el amor romántico y tóxico, que busca la justificación del agresor, se enfocan en la culpa a la víctima y en el discrimen por la pobreza y la falta de recursos.