Los días recientes fueron buenos para la televisión internacional. El gobierno en Washington y sus medios se declararon a favor de algo llamado democracia en Egipto.
Tan pronto comenzaron las protestas en las calles egipcias contra el gobierno Mubarak, ni el gobierno en Washington ni sus medios de comunicación entendieron cómo atacar el asunto.
¿Estar a favor de quienes exigían derechos o en contra y por tanto en favor de mantener el régimen Mubarak en el poder al cual Washington había apoyado durante treinta anos?
Entre tanto, Casa Blanca enviaba un mensaje un día y otro al día siguiente. Al igual que titubeó el periódico que más se acerca al diario oficial de Estados Unidos: The New York Times.
Y es que, en efecto, luego de aceptar felizmente durante treinta años el régimen de Mubarak, tanto el Times como la Casa Blanca se enteraron de la enorme oposición que existía contra el otrora líder egipcio.
De no ser porque millones de egipcios se tiraron a la calle a protestar contra este régimen – ante la represión, la corrupción, las torturas, su adhesión incondicional a Washington, su alianza con Israel, su actitud anti palestina- pues ni Casa Blanca ni The New York Times se enteran.
Sin embargo, finalmente Casa Blanca llegó a una decisión conveniente; Hosni Mubarak se retira pero el Mubaharismo se mantiene. Esa fue la decisión de Washington y de sus aliados en los círculos de poder en Egipto.
No es que Washington posea completo control respecto a El Cairo pero el tono de $2.5 mil millones de ayuda anuales desde 1980 debe significar algo. Precisamente, desde hace ya varios años gobierno egipcio es el segundo receptor de ayudas del exterior provenientes de Washington. El primero obviamente es Israel.
No es creíble que le haya tomado 30 años al gobierno de turno en Washington y a los medios estadounidenses el conocer que el régimen impuesto en El Cairo bajo la presidencia de Hosni Mubarak haya sido uno no popular, no electo democráticamente y que ha sido uno en extremo represivo y torturador.
¿Acaso Washington no poseía conocimiento que el liderato de Mubarak practicaba la tortura de presos políticos? ¿Cómo es que no lo conocieran si ellos mediante la practica de “rendition” (entrega de presos políticos por autoridades estadounidenses a gobiernos de diversos países en el oriente medio donde la tortura es rutinaria) entregaron docenas o cientos de personas al gobierno de su socio Hosni Mubarak para ser torturados? Aún más, en los medios de comunicación jamás se mencionan estas prácticas.
De no ser porque hace 18 días cientos de miles (posteriormente millones) de egipcios se lanzaron a la calle a exigir el fin de la era Mubarak Washington continuaría su amorosa relación con Mubarak. Para estos la hipocresía no conoce límites.
¿Y ahora qué?
El gobierno egipcio bajo Mubarak ayudó a Israel en su política abusiva contra los palestinos en el área de Gaza.
Asimismo, luego de la victoria de Hamas en las elecciones de 2006, elecciones organizadas por Israel, este último estableció un bloqueo contra dicho territorio puesto que el resultado electoral no fue lo que Israel y Estados Unidos anticipaban. Además, la única entrada a Gaza que no esta controlada por los israelíes es Rafah por territorio egipcio. En efecto, desde que en diciembre de 2008 ocurrieron intensos bombardeos israelíes contra Gaza, el gobierno egipcio ha mantenido cerrado dicho acceso para los palestinos.
Aún más, el gobierno egipcio bajo Mubarak atacó militarmente los túneles secretos desde Egipto a Gaza y que los palestinos construían para sobrevivir el cerco israelí.
No obstante, es ahora que los medios estadounidenses escritos y de televisión se suman a las celebraciones de los egipcios por motivo de la dimisión obligada de Mubarak (obligada, por cuanto es el ejercito y los enfrentamientos en las protestas populares lo que obligó a Mubarak que se retirara). Por lo tanto, no puede existir mayor hipocresía por parte de Estados Unidos.
Claro está, que hay que suponer que la inmensa mayoría de estadounidenses no pueden localizar a Egipto en un mapa y que de dicho país lo que conocen es que existen algo llamado pirámides.
Pero nada de lo anterior importaba mientras El Cairo de Mubarak estuviese cómodamente en el poder.
El autor es profesor.