Por Cristian M. Arroyo Santiago
Desde Bangladesh a Etiopía, y de Australia a la China, el consumo de alimentos en Puerto Rico es una amalgama internacional que está sujeta a la exportación de productos de 52 países alrededor del mundo. Este panorama ha causado una merma en el consumo de los productos insulares y una preocupante dependencia que amenaza con la seguridad alimentaria del País, según expresó la secretaria del Departamento de Agricultura, Myrna Comas Pagán, en una conferencia magistral, el pasado 19 de febrero en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR-RP).
El desfase en la producción e importación es tan serio que, de producir un 43 por ciento de los alimentos consumidos en los años 80, la Isla ha pasado a generar apenas el 18 por ciento de lo que llega a las mesas de los puertorriqueños. En la actualidad, 100 por ciento de los cereales y alimentos grasos ingeridos por los boricuas, son importados, y más del 90 por ciento de las frutas y legumbres también, según las estadísticas del Departamento de Agricultura. En un país con una tradición agrícola milenaria – mas decadente-, rescatar la industria de la labranza de la tierra es una necesidad y un imperativo moral y económico, de acuerdo con la funcionaria.
“La variedad que tiene este tesoro agrícola, que es Puerto Rico, no la hay en países como Estados Unidos”, dijo con entera convicción, Comas Pagán. La perita en agro negocios aseguró que, “tenemos la capacidad de producir una diversidad de alimentos que no se producen en Estados Unidos”, y es muy pertinente ganar presencia en la industria alimentaria. No obstante, al depender de un mercado global del que no se tiene control alguno, el plan de trabajo de la secretaria y su equipo se ha concentrado en garantizarle la seguridad alimentaria al País.
La jefa de la agencia agrícola detalló que, “la seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen acceso físico, económico y social suficiente para adquirir alimentos en todo momento”, cosa que aseguró, “no existe en Puerto Rico”.
Según las tasas del departamento, entre el 36 y 38 por ciento de la población son beneficiarios del Plan de Asistencia Nutricional (PAN) del gobierno. Comas Pagán, lamentándose, explicó que, con $100 mensuales o $3.33 al día, una persona no puede vivir en Puerto Rico, ni en ningún otro lugar. Por lo tanto, la inexistente seguridad alimentaria se ha convertido en un asunto urgente.
Otro agravante de la situación es la mala alimentación entre los ciudadanos. La también doctora en comercio internacional declaró que, “los azúcares y las grasas son los grupos alimentarios más consumidos”, al punto que según las proyecciones en conjunto con el Departamento de Salud, se espera que en 10 años el 80 por ciento de la población en la Isla sea obesa. “Se hace apremiante un plan de seguridad alimentaria”, añadió. Al cuestionarse cómo se puede atacar la dependencia alimentaria y la mala nutrición, la secretaria apostó a la agricultura. “Hay que cambiar la percepción de la agricultura en el País […] Ya no es algo del jíbaro, sino que nos compete a todos”, aclaró.
Por tales razones, en su plan, Agricultura 2.0, ha comenzado a identificar cuerdas de terrenos disponibles para sembrar diversos alimentos. “En la Isla hay 584,988 cuerdas de tierras agrícolas y 217,300 cuerdas de tierras protegidas”, señaló, Comas Pagán. Esa gestión ha permitido que la coordinación y asignación de los terrenos se haya simplificado. Asimismo, la miembro del gabinete ejecutivo explicó que, “en el proceso se han identificado y adoptado también, tecnologías apropiadas para el riego, la siembra y la cosecha”. Como ejemplo, presentó imágenes de algunos sistemas de ambiente protegido, que ya son tres en la Isla, excluyendo los 62 sistemas hidropónicos ya establecidos.
A fines de que se promueva la industria agrícola, la doctora desglosó cómo el departamento incentiva la compra de maquinaria, la mano de obra y otras inversiones de los agricultores. Estos incentivos han dado paso a que los proyectos como el del Arroz hayan producido sobre 1.5 millones de libras desde el 2013; que 5,900 cuerdas de terreno en el área interior oeste ya estén sembradas de café, lo que ha significado un progreso y que más de 600 cuerdas de caña de azúcar estén ya, dando frutos para venderse en el Mercado Familiar alrededor del País.
El proyecto de Mercado Familiar, un acuerdo bilateral dentre el Departamento de la Familia y el de Agricultura, ha permitido que el consumidor pueda comprar sus alimentos directamente al agricultor, dos veces al mes en los municipios participantes, que hasta ahora son seis. “Se le asigna un cuatro por ciento adicional a los usuarios del PAN para que compren en el mercado”, abundó la secretaria.
Comas Pagán, culminó con la misma férrea convicción inicial de que, “la agricultura, sí es una alternativa de vida y la seguridad alimentaria es responsabilidad de todos”, ante el aplauso de todos los que atestaron el precinto.