Cada vez se hace más evidente que no podemos hablar de la agricultura sin hablar de su impacto ambiental, ni tampoco podemos hablar de los retos ambientales globales sin hacer referencia a la agricultura. La agricultura utiliza más terreno y agua que cualquier otra actividad humana, y, además, un tercio de las emisiones causantes del calentamiento global son atribuibles a malas prácticas agrícolas. Por lo tanto, la agricultura orgánica es más necesaria e importante que nunca para nuestro país. Este modo de producción agrícola se distingue por no utilizar insumos tóxicos, como pesticidas y herbicidas. Las ventas de productos orgánicos a nivel mundial fueron de $46 mil millones en el año 2007, con un crecimiento anual promedio de $5 mil millones. En los Estados Unidos el crecimiento del sector orgánico fue de 16 por ciento en el 2008. La agricultura orgánica se practica en 141 países, y entre el 2000 y el 2007 el área de terreno dedicado a la producción agrícola orgánica aumentó 118 por ciento.
La supuesta baja productividad de los métodos orgánicos es un mito que ha sido ampliamente rebatido en la literatura científica. Para el 2007 el Journal of Renewable Agriculture and Food Systems publicó un estudio de la Universidad de Michigan, en el que se examinaron 293 ejemplos de comparaciones entre agricultura orgánica y convencional tomados de 91 estudios. Los autores concluyeron que la agricultura orgánica puede ser tan productiva como la convencional y hasta aumentar la producción agrícola mundial en un 50 por ciento. Ninguna reflexión sobre el futuro de la agricultura está completa si no se hace referencia al informe final de la Evaluación Internacional del Conocimiento Agrícola, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo. Este informe, publicado en el 2008, es producto del estudio más minucioso y masivo jamás realizado sobre la agricultura mundial. Es a la agricultura lo que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático es al clima.
Este informe, también conocido como la Evaluación Agrícola, fue redactado por sobre 400 expertos- de agencias internacionales, la comunidad científica, organizaciones no gubernamentales y la empresa privada- que recopilaron datos e informaciones de miles de otros colegas de todas partes del mundo, y fue sometido a dos procesos independientes de revisión por los pares. La Evaluación fue financiada por organismos intergubernamentales como el Banco Mundial y la UNESCO, entre otros. El infome concluye que el modelo dominante de agricultura moderna está devorando el patrimonio del planeta y poniendo en peligro el futuro de la humanidad, y declara categóricamente que mantener el estatus quo en la agricultura no es una opción.
En cuanto a alternativas, el informe enfáticamente señala a la producción agroecológica en pequeña escala que utiliza recursos locales, precisamente lo que los agricultores orgánicos y ambientalistas hemos recomendado por años. Pero gracias a este informe, ahora lo hacemos con la más alta validación y las mejores bases científicas. El autor es Director del Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico.
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