Un teniente americano pide, de manera muy literal, cien cabelleras nazis; un soldado apodado el “Bear Jew” asesina a uno alemán golpeándolo con un bate; un teatro lleno de gente explota en llamas. Son escenas de extrema violencia de Inglourious Basterds que, aunque la mayor parte del público las aplaudió, hubo un sector al cual le desagradaron. En un foro, cuya consigna es “White Pride World Wide”, algunos partidarios del “white nationalism” expresaron sus objeciones contra la producción cinematográfica. Este portal cibernético es uno de cientos que se dedican a propagar mensajes contra diversos grupos étnicos, raciales y sociales. De hecho, en el año 2000, la Anti-Defamation League calculó la cantidad de éstos en 500, según un artículo de BBC Mundo. Muchos miembros de la página comentaban que las películas donde los nazis se presentan como los malos ya están trilladas. Hablaban sobre una “verdad” que nunca se presenta en los filmes de Hollywood, aunque nunca especificaron cuál era. Otros se oponían a la cantidad de violencia que expuso el director, Quentin Tarantino, mientras que algunos veían “el lado positivo” y consideraban el filme como una llamada de alerta para los blancos. Los demás, simplemente, proclamaban su superioridad. “En una sociedad civilizada blanca, el “trabajo” de Tarantino sería ilegal, erradicado lo más pronto posible, y a él se le prohibiría volver a hacer una película”, expresó un participante, cuya firma pide que “pare el odio! Libertad para todos los encarcelados por expresar sus opiniones y resistir la agenda multicultural anti-blancos”. La discusión surgió cuando uno de los usuarios publicó una noticia en donde varios críticos alemanes dan loas a Inglourious Basterds. Uno de los críticos apuntó que “a diferencia de Pulp Fiction y Kill Bill (otras dos producciones de Tarantino), sólo se masacra a los malos, la audiencia aplaude las escenas violentas con gusto”.
Pero quién es el malo y quién es el bueno puede ser algo subjetivo, como demuestra uno de los miembros, quien contrapuso que “los críticos alemanes y la mayoría de los políticos de todo el mundo felizmente caerían de rodillas para recibir cualquier cosa que siquiera remotamente pueda ser interpretada como pro-judío/Satanás”. La página se caracteriza en general por comentarios como ese, al ser una plataforma de expresión para los que sienten aversión hacia la multiculturalización. Fue creada en los años noventa por un ex líder del Ku Klux Klan, Don Black, con el propósito de difundir sus creencias y proveer un espacio para los supremacistas blancos. Portales como éste han sido censurados en otros países. En Francia y Alemania fueron extraídas de los índices de Google, según una lista publicada en la página de Harvard Law School. Aún así, tiene un alcance amplio, pues cuenta con secciones en italiano, español, portugués, ruso, entre otras, e, incluso existe una versión de la página para niños.