MAIDUGURI, Nigeria – Fuerzas de seguridad en el norte de Nigeria luchan este viernes en enfrentamientos armados con seguidores de una secta islámica radical por sexto día consecutivo, luego de que el líder del grupo murió baleado mientras se encontraba bajo custodia policial. El predicador militante Mohammed Yusuf, de 39 años, cuya secta Boko Haram quiere la adopción de la “sharia” o ley islámica en toda la nación –la más poblada de África, con 150 millones de habitantes-, murió a última hora del jueves en un cuartel de la policía en la ciudad norteña de Maiduguri. El Gobierno informó que Yusuf intentó escapar y durante un enfrentamiento murió abatido. Aunque no se tienen cifras exactas, se habla de unas 400 víctimas mortales en lo que va de este conflicto, la mayoría de ellas presuntos miembros de la secta Boko Haram, han muerto en enfrentamientos con fuerzas de seguridad en al menos cuatro estados desde el domingo. Un periodista de Reuters contó 23 cuerpos ensangrentados con las que parecían ser heridas frescas de bala fuera del comando policial este viernes, entre ellos un ex comisionado para asuntos religiosos del estado Alhaji Buji Fai, que se creía era un partidario de Boko Haram. “Alhaji Buji Fai murió junto a otros miembros de Boko Haram que huían en un intercambio de fuego esta mañana junto al camino Benishek-Maiduguri”, dijo Isa Azare, portavoz del comando policial en Maiduguri. Periodistas locales, entre ellos un reportero de Reuters, habían visto a Yusuf en un cuartel militar en Maiduguri luego de su captura. No tenía heridas visibles cuando fue transferido a los cuarteles de policía, donde falleció. Funcionarios dijeron que murió baleado mientras intentaba escapar. Eric Guttschuss, investigador para Nigeria del grupo de derechos humanos Human Rights Watch, calificó la muerte de Yusuf como un “horrible ejemplo del descarado desprecio de la policía nigeriana por la ley”. Los partidarios de Yusuf, armados con machetes, cuchillos, rifles de caza y bombas molotov, han protagonizado disturbios en varios estados en el norte de Nigeria en los últimos días, atacando iglesias, estaciones de la policía, prisiones y edificios de Gobierno. La violencia comenzó el domingo cuando miembros del grupo fueron arrestados en el estado de Bauchi por la sospecha de que estaban confabulados para atacar una estación de policía. El presidente Umaru Yar’Adua dijo que el grupo estaba reuniendo armas y aprendiendo a fabricar bombas para imponer su ideología a los nigerianos por la fuerza. El mandatario ordenó a las fuerzas de seguridad que hagan todo lo necesario para contener a la secta. Soldados y policías patrullaban Maiduguri el viernes en vehículos blindados y camiones, mientras continuaban con la búsqueda casa por casa de seguidores de Yusuf.