
Han transcurrido tres años desde que Alhanis García Pérez, diagnosticada con Déficit de Atención e Hiperactividad, fue registrada en el Programa de Educación Especial del Departamento de Educación (DE), pero, hasta el día de hoy, no ha recibido ninguno de los servicios que su condición amerita.
Según su evaluación inicial, realizada en noviembre de 2007, la niña de 10 años debía recibir terapias ocupacionales y terapias psicológicas, pero hasta la fecha no ha recibido ninguna de las dos. Como Alhanis, hay 103,118 estudiantes registrados en el Programa de Educación Especial del Departamento de Educación, de los cuales más de la mitad no reciben los servicios requeridos para su condición. Esto a pesar de la sentencia que dictó la jueza Sonia Vélez Colón el 14 de febrero de 2002 en el caso de Rosa Lydia Vélez versus el del Departamento de Educación. La misma estipula que el DE debe brindar servicios educativos a todos los estudiantes registrados en el Programa de Educación Especial. A pesar de todo lo determinado en la sentencia, no todos los estudiantes de educación especial están recibiendo los servicios requeridos para su condición, por lo que el DE tiene que pagar $2 mil diarios por el incumplimiento de las disposiciones.
Según Glorimar Andújar, secretaria asociada de Educación Especial, una de las razones por las cuales no se ofrecen dichos servicios es que el DE no cuenta con los recursos necesarios para atender las necesidades de todos los estudiantes de educación especial.
“Las estipulaciones de la demanda de clase son muy ambiciosas. El Departamento de Educación tiene limitación de recursos, lo que hace el trabajo más difícil. Dentro de las facilidades y recursos que tiene el Estado, se les trata de brindar el mejor servicio posible (a los estudiantes de educación especial)”, explicó Andújar.
Según la Secretaria, el DE debe reenfocar la manera en que está conceptualizado el Programa de Educación Especial, para así poder cumplir a cabalidad con todos los servicios que requiere esta población. Se deben identificar bien cuáles son las áreas en las que no está cumpliendo para saber hacia dónde se va a dirigir y qué pueden hacer para cumplir con lo establecido. Por otra parte, la portavoz del Comité Timón de la demanda de clase, Carmen Warren, sostuvo que el DE sí cuenta con los recursos, pero no cuenta con el conocimiento necesario para atender a toda esta población.
“La gente no tiene conocimiento, ni tampoco les impacta, piensan ellos que no les va a afectar, así que no le dan importancia”, aseguró Warren. La portavoz, quien tiene una hija con Parálisis Cerebral y Espasticidad Parapléjica, insiste en que el DE debe contar con el personal adecuado para trabajar con los estudiantes de educación especial. De no contar con dicho personal, debe adiestrarlos para que conozcan sobre todos los trámites y servicios que se les brindan a estos estudiantes.
“Ellos (DE) tienen la obligación de orientar y educar, no sólo a los padres y madres, sino a cada uno de los funcionarios del Departamento; todos deben ser adiestrados”, insistió.
Warren, también, se ha visto afectada por el incumplimiento del DE sobre los servicios de los estudiantes de educación especial. Su hija Zuania Calicci Cabrera Warren, de 23 años y quien todavía permanece en el Programa de Educación Especial, estuvo cuatro años sin recibir servicios debido al cierre de la escuela en donde los recibía. Pese a todo esto, la portavoz no ha mermado la lucha e insiste que continuarán luchando hasta que cada estudiante de educación especial reciba todos los servicios que amerita su condición.
“Hasta que no se cumplan con las estipulaciones, hasta que cada estudiante reciba un servicio adecuado a sus necesidades, no dejaremos de luchar”, concluyó.
Pueden presentar problemas de aprendizaje y de conducta
El no recibir los servicios requeridos tiene serias repercusiones en los niños de educación especial “Si no se les brindan los servicios adecuadamente a estos niños (de educación especial) pueden presentar problemas de aprovechamiento, problemas emocionales y problemas de conducta”, explicó Minerva Martínez, sicóloga clínica especializada en niños y jóvenes. Del mismo modo, expuso que si no se interviene en el momento adecuado, los estudiantes van a presentar más rezago y problemas.
La sicóloga, quien atiende niños y jóvenes referidos por el DE, expresó que “el programa (educación especial) carece de coordinación para brindar los servicios a tiempo, lo que hace que los servicios que deben recibir los estudiantes se retrasen”. Por eso, recalcó la importancia de que los estudiantes de educación especial reciban los servicios a tiempo para así poder atender la condición y que se logre una mejoría.
Según Pilar Adorno, maestra de educación especial de la Escuela Intermedia José Sánchez Erazo, en Bayamón, otro de los ámbitos en donde se afectan estos estudiantes al no recibir los servicios es en el aspecto de aprovechamiento académico.
“En la medida que estos estudiantes (educación especial) no empiezan (a recibir los servicios) a tiempo, se van atrasando y la adaptación a la escuela se hace más difícil”, explicó.
Del mismo modo, recalcó que los estudiantes que no reciben servicios satisfactoriamente se afectan en su aprovechamiento escolar. Tienden a “bajar las notas y a sentirse fuera de grupo por no competir con sus compañeros de clase”, explicó la maestra especializada en niños sordo-ciegos.
Para la maestra, el que los estudiantes no reciban los servicios necesarios no es un impedimento para que ella busque otras alternativas en donde el estudiante tenga la misma educación que sus compañeros.
“Mi responsabilidad es buscar otras alternativas, ver en la forma en la cual se pueda llevar la educación que el estudiante necesita. Soy maestra 24 horas al día, porque tengo que planificar y pensar qué alternativas puedo ofrecer, que sean ideales, para que los estudiantes puedan recibir la misma enseñanza que reciben sus compañeros no impedidos”, dijo.
El interés que pone esta maestra con los estudiantes de educación especial es el mismo interés que ha puesto la madre de Alhanis, Damaris Pérez, en la educación de su hija. La madre ha hecho todo lo que está a su alcance para que ésta pueda recibir los servicios que necesita.
“Todas las semanas doy seguimiento, visito la oficina regional o llamo por teléfono, pero las personas que me atienden dicen que el DE cambió de oficinas y el expediente de mi hija no aparece”, explicó.
El deseo de esta madre de que su hija sea una profesional en el futuro, la ha llevado a costear las terapias que se supone el DE le ofreciera a Alhanis desde noviembre de 2007.
“La nena (Alhanis) está recibiendo terapias ocupacionales y sicológicas porque mamá y papá las pagan, todo se ha hecho privado, nada a través de educación” reiteró.
“Alhanis ha sido una niña afortunada, porque todo lo que sea para el bienestar de ella lo voy hacer, pero lamentablemente no todos los padres de estos niños tienen los recursos para costear los servicios que el DE debe brindarle. No todos los estudiantes se pueden beneficiar de lo que por ley les corresponde, y esto no se puede quedar así. Alguien tiene que hacer algo para que todos los niños puedan recibir los servicios que su condición exige”, concluyó la madre.