Ha pasado otra “noche dorada” para Hollywood y una vez más, los cinéfilos alrededor del mundo han quedado profundamente decepcionados. El hecho de que la ceremonia estuviera enmarcada en la aburrida melancolía y la nostalgia empalagosa del cine de antaño, fue premonitorio de que la cinta The Artist se llevaría los premios en las categorías consideradas más importantes, aun cuando no es vista como la mejor película del 2011 por varios críticos mundiales.
Ya van varios años que los premios de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos son vistos con desdén por parte de los más conocedores del séptimo arte, pero este año pareciera haberse superado lo que algunos críticos y teóricos han llegado a catalogar como “una falta de respeto hacia el cine y sus realizadores”. El 24 de enero, cuando se supieron las nominaciones, Peter Travers, el crítico de la revista Rolling Stone publicó en su cuenta de Twitter que el hecho de que hubiesen omitido nominaciones a mejor película para Albert Brooks y Drive, así como actuación para Michael Fassbender en Shame, Michael Shannon en Take Shelter y Tilda Swinton en We need to talk about Kevin, era “una nueva definición de ignorancia”.
Y es que, para ser honestos, sumado a lo que Travers dice, la ausencia de Nicolas Winding Refn, Lars Von Trier, Kirsten Dunst, Steve McQueen, Roman Polnski, Ryan Gosling y Albert Brooks entre otros, en las nominaciones, ya dejaban un gusto amargo en el paladar de los cinéfilos que ya de por sí, desaprobaban las decisiones de la Academia. Pero lo que ocurrió en esta octogésima cuarta ceremonia de entrega de los premios Oscars, fue para muchos la gota que derramó el vaso.
Tres aburridas horas de nostalgia
El evento fue aburrido como lo ha sido en los últimos años y ni siquiera el retorno de Billy Crystal como anfitrión por novena vez, luego de una ausencia de ocho años, logró cambiar esto. De igual modo, el único espectáculo a cargo de los acróbatas del Cirque du Soleil careció de toda la magia y el esplendor que estos artistas suelen desplegar.
Durante toda la noche se presentaron pequeños videos sobre los artistas de Hollywood y su experiencia como espectadores de cine. ¿Cuál fue mi primer encuentro con el séptimo arte? ¿Qué momento del cine me marcó? También se pudo apreciar un montaje con frases icónicas dichas en la gran pantalla. La nostalgia fue el pie forzado durante la ceremonia. Incluso, Billy Crystal bromeó sobre lo viejo que estaban todos e hizo mención a Christopher Plummer y a Max Von Sydow, ambos de 82 años (Plummer se convirtió en la persona de mayor edad en recibir un Oscar).
Con la añoranza del cine de antaño, no es de extrañar que las dos películas más premiadas de la noche hayan sido, ambas, un tributo a los primeros años del séptimo arte. The Artist es un film en blanco y negro que emula las cintas silentes de los albores cinematográficos. Asimismo, Hugo es un largometraje que toma parte de la vida del icónico cineasta francés Georges Méliès, pionero de los efectos especiales, quien a finales del siglo XIX, tras años de ser ilusionista y un ávido inventor de autómatas, encontró en el cinematógrafo una herramienta para hacer magia (la magia que hoy en día llamamos cine).
¿Pero acaso merecían estas películas estas condecoraciones? Si bien es cierto que la respuesta a esta pregunta es altamente debatible, la verdad es que son muchos los que no están contentos con los resultados de la ceremonia.
And the Oscar goes to…
La lista de ganadores es extensa y aunque algunos parecieran merecer el galardón, sin duda, hay ciertos condecorados que han despertado incomodidad con el premio. The Tree of Life, por ejemplo, perdió en la categoría de Mejor Cinematografía ante Hugo que, aunque ciertamente tiene una fotografía muy bien lograda por Robert Richardson, es cuestionable que sea mejor que la de Emmanuel Lubezki en el film de Terrence Malick.
De igual manera, aunque los efectos especiales de Hugo son excelentes, es debatible que haya sido escogida por encima de Rise of the Planet of the Apes, en la que la tecnología logró crear unos monos increíblemente realistas. Lo mismo ocurre con la banda sonora de Ludovic Bource para The Artist, que para muchos no debió vencer a la compuesta por Alberto Iglesias para Tinker, Tailor, Soldier, Spy o la de Howard Shore para Hugo.
El premio a Mejor Actriz causó reacciones divididas. Mientras algunos celebraban asegurando que Merryl Streep merecía dicho reconocimiento por su grandiosa interpretación en The Iron Lady, personificando con increíble similitud a Margaret Thatcher, otros piensan que, si bien Streep hizo un trabajo excepcional (como siempre), no fue superior al de Viola Davis en The Help o el de Glenn Close por Albert Nobbs.
Aún así, posiblemente los premios que más incomodaron fueron Mejor Director, en el que increíblemente se galardonó a Michel Hazanavicius por encima de Terrence Malick, Martin Scorsese, Woody Allen y Alexander Payne; y Mejor Actor para Jean Dujardin por su interpretación en The Artist, derrotando a Gary Oldman y su actuación en Tinker, Tailor, Soldier, Spy.
También fue altamente criticado el máximo galardón de la noche (Mejor Película) para The Artist, por encima de The Tree of Life, Hugo, The Descendants y The Help.
Pero no todo fue tan discutible. Mucha gente quedó satisfecha con el premio a Mejor Actriz de Reparto para Octavia Spencer en The Help (y su emotivo discurso de agradecimiento entre lágrimas), Mejor Edición para Kirk Baxter y Angus Wall por The Girl with the Dragon Tattoo, Rango como Mejor Película Animada, Christopher Plummer galardonado como Mejor Actor de Reparto, la canción Mano or Muppet de la película de los Muppets como Mejor canción original y el premio de Mejor Guion Original para Woody Allen por Midnight in Paris.
La larga lista de la infamia
En la ceremonia del año pasado, antes de entregar el premio a The King’s Speech por mejor película, Steven Spielberg dijo: “Bueno, en unos instantes, una de estas diez películas se unirá a la lista que incluye On the Waterfront, Midnight Cowboy, The Godfather y The Deer Hunter; las otras nueve se unirán a la lista que incluye The Grapes of Wrath, Citizen Kane, The Graduate y Raging Bull”.
No es la primera vez que una película que podría llevarse la estatuilla dorada pierde. Citizen Kane es considerada por el American Film Institute la mejor película de todos los tiempos y no ganó en su año. El año pasado The King’s Speech le ganó a las favoritas Black Swan y The Social Network. La lista de otros años incluye a Brokeback Mountain, Pulp Fiction, In the Name of the Father, The Color Purple, entre muchas otras. No es algo nuevo y además, no se puede contentar a todo el mundo.
Incluso, hay varios grandes e importantísimos directores de cine que jamás han recibido (o recibieron) una estatuilla dorada. Tal es el caso Akira Kurosawa, Stanley Kubrick, Alfred Hitchcock e Irgman Bergman, entre muchos otros. Esto no impide que sean considerados íconos del séptimo arte. Así que, en el fondo, ¿qué más da quien se lleve la estatuilla dorada?