Íbamos tarde, pero llegamos temprano a El Local en Santurce. Para ser sábado a las 3:00 p.m., el lugar estaba repleto de gente. En minutos, seríamos testigos de una sacudida salsera provocada por la Orquesta el Macabeo.
El motivo principal del encuentro era la celebración de sus nueve años como agrupación, que incluye su más reciente producción discográfica ‘La maldición del timbal’.
El festejo—enmarcado en el contexto que vive el País post-huracán— movió a la agrupación a realizarlo en este rincón santurcino que se ha convertido en un centro multiusos. Y es que, a partir del paso de María, El Local ofrece alimentos y entretenimiento a miembros de las comunidades aledañas.
No fue sorpresa, entonces, que los integrantes de la orquesta instaran a los presentes a donar suministros o dinero en efectivo para continuar con la gesta del establecimiento.
Como el resto del País, estos músicos han vivido en carne y hueso los días de lluvia, sin aire en el carro y con los wiper dañados. Es gente que también conoce de primera mano lo que es estar jodío’ y aun así sonreír con cerveza en mano. A través de los años algunos rostros han cambiado, pero su música y la honestidad en sus composiciones ha perdurado.
Pero vamos a la música. La orquesta arrancó sin titubeos con el tema ‘Crucero’, sencillo que forma parte del más reciente álbum y navega la temática de nuestras inquietudes coloniales.
Mientras la agrupación retumbaba con el salseo, el calor provocado por el hacinamiento poco a poco consumaba el espacio y amenazaba con deshidratar a cualquiera. Pero a más de un mes de María, ya todos y todas estaban inmunes al constante sofocón. El emplegoste de sudor no era otra cosa que un símbolo de gozo.
“Pasando calor con gusto”, soltó entre risas el cantante de la agrupación, Luis de la Rosa.
La banda continuó con el tema ‘Lluvia con sol’, que fácilmente podría ser un lema en medio de esta crisis debido a su oda a lidiar con el pesimismo a fuerza de remeneo y alcohol y lejos de consignas superficiales.
Tras el tema ‘La buena voluntad’, ya los macabros habían calentado suficiente los motores como para dedicarle dos o tres líneas —no tan sutiles— al Gobierno de Puerto Rico con relación al manejo de la crisis tras el huracán.
El humor punzante de estos artistas también protagonizó la velada cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, apareció de sorpresa en forma de una marioneta. Esta versión caricaturesca del mandatario sirvió para que los integrantes ridiculizaran a Trump mientras entonaban el tema ‘La maldición colonial’.
De hecho, fue en este tema donde la orquesta exhibió uno de sus más preciados quilates: el percusionista Enrique ‘El Peru’ Chávez. El timbalero peruano —quien también es uno de los más recientes integrantes del conjunto— desató su furia contra los timbales para consagrar una violenta descarga, de esas bien características de la salsa gordinflona.
A las 5:00 p.m. el bembé cambió de tono por un momento cuando la agrupación invocó el clásico ‘La cuna blanca’ de Raphy Leavitt y La Selecta. La pieza fue dedicada al recién fallecido padre del manejador de gira del Macabeo, Javier Nicolau, quien con sus gafas oscuras se mantuvo al lado del vocalista durante la interpretación. Con la última nota al aire, varios de los integrantes se fundieron en un abrazo con Nicolau.
Acto seguido, el guateque continuó con uno de los temas emblemáticos de la orquesta: ‘Supermercado’. Las voces a to’ galillo no se hicieron esperar desde el público que ardía en sudor.
Picando la noche, la música seguía dándole la batalla al estruendo de las plantas eléctricas. Pero, a juzgar por los cuerpos pegajosos de tanto bailar, definitivamente la “salsa macabra” prevaleció en los decibeles de esta franja urbana.