“Lo que a mí me dieron
pa’ defender mi patria
fue una bola de baloncesto”
– Flor Meléndez,
en Nuyorican Básquet
El estreno mundial de Nuyorican Básquet, celebrado el sábado, fue un bombazo en el clutch emocional de los fieles fanáticos del baloncesto borincano. Como hubiera dicho el Olímpico Manuel Rivera Morales “¡apúntenlo!”, porque este canastazo cinematográfico es un cóctel de esperanza, de nostalgias y alegrías, que se mantiene fresco en la banca de la memoria de toda una generación boricua.
De un lado de esta cancha documental se juega el análisis de la historia del quinteto nacional que representó al archipiélago borincano en los Panamericanos de San Juan en 1979. Y del otro lado, una mirada amplia y justa a la transformación del baloncesto nacional y a la incorporación de los Nuyoricans. Igualmente, en este tabloncillo histórico y cultural se trabaja la evolución de las nociones que enmarcan la identidad, la diáspora y el entendimiento de un periodo convulso, donde la Guerra Fría, las faltas técnicas de la gobernación de Carlos Romero Barceló y el boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú (1980), se comparten un balón difícil de manejar en estos tiempos.
Pero para eso el coliseo Roberto Clemente estaba listo y, por tanto, una vez más sirvió de escenario perfecto. Porque bueno, había que revivir aquella final panamericana entre Puerto Rico y Estados Unidos, donde los nuestros se colgaron la plata. Junto al pueblo, aquellos canasteros y deportistas que hoy son leyendas y que —en su momento— elevaron el baloncesto nacional al más alto nivel, rememoraron un periodo glorioso que al mismo tiempo fue neurálgico para gran parte de la sociedad puertorriqueña. Y claro, hubo lágrimas. Pero sobre todo, hubo sonrisas que enriquecieron sobremanera un ambiente de encuentros inolvidables con los valores y los logros de la patria.
Georgie Torres, Charlie Bermúdez, Cachorro Santiago, Quijote Morales, Julio Toro, Flor Meléndez, Genaro ‘Tuto’ Marchand y otros gigantes del básquet nacional disfrutaron del trabajo editado por Eduardo Mariota y codirigido por los cineastas Julio Cesar Torres González y Ricardo Olivero Lora. Esta producción de Freddie Marrero, que cuenta con la participación de Fufi Santori y Elliott Castro, se presentó por vez primera tras cuatro años de entrega total.
“Aún estoy procesando todo esto. No caben palabras para expresar lo que se siente haber recibido tanto cariño. Es un sentimiento indescriptible ver que el producto de cuatro años de trabajo gustase y sea bien recibido. Uno se corre el riesgo de juquiarse de tanto amor”, comentó Olivero Lora en su página de Facebook en reacción al respaldo recibido en la premier de su primer proyecto documental.
Olivero Lora destacó, además, que el cine puertorriqueño toma lugar de acuerdo al esfuerzo y el empeño de quienes lo trabajan. En esa línea, sostuvo que la consigna es que el cine boricua dibuje plazas, parques, estadios y coliseos, como ocurrió en el estreno de Nuyorican Básquet.
Por su parte, Torres González hizo lo propio, al confesar lo difícil que es expresar con palabras la magia que se vivió en el Clemente.
“Y es que siento un apretón en el pecho y un cariño inmenso por tanta gente linda que dijo presente. Esas sonrisas de ustedes, mis panas, mezcladas con las sonrisas de tantos desconocidos que se me acercaron y me dieron las gracias, son el regalo más lindo que le pueden hacer a una persona. Al final solo queremos contarles cuentos. Qué bueno que el de anoche [el estreno del sábado] les gustó”, puntualizó el cineasta con preparación en la Escuela del Nuevo Cine Latinoamericano de San Antonio de los Baños, Cuba.
El equipo de trabajo de esta pieza documental se prepara para dar paso a una gira por varios festivales en los que se presentará el proyecto, de cara a una futura circulación en los cines de Puerto Rico, la cual se proyecta para finales de año.
De acuerdo con Roberto Figueroa, fanático del Baloncesto Superior Nacional (BSN) que dijo presente en el Clemente, proyectos como Nuyorican Básquet son los que necesita el deporte puertorriqueño, porque “contribuyen a levantar la imagen y el valor de los deportistas. El pueblo necesita saber de las injusticias, de los retos, las presiones políticas, de la importancia de la soberanía deportiva, de lo rico que era el deporte de esta bendita tierra”.
“Mira, pai, yo llevo viendo baloncesto desde chamaquito. Y te digo, esto no es lo mismo. El deporte se vivía de corazón. Había una chispa inigualable que hemos perdido en las canchas por desconocimiento. La gente tiene que ver esto para que reclamemos como pueblo lo que nos merecemos: un deporte de país”, sentenció el veterano fanático de Angelo Cruz, figura importante de la selección del ’79, así como del BSN, y quien se encuentra desaparecido desde 1997.
“Somos un pueblo deportista, pero tenemos que reencontrarnos con nuestras raíces”, puntualizó el viejo a la salida del Coliseo con monoestrellada en mano.