CINCINNATI, EEUU- En un acto organizado ayer por diferentes sindicatos, Barack Obama insistió en que “este es el momento” de aprobar la reforma de salud, mientras se prepara para ofrecer esta semana un discurso ante el Congreso a fin de volver a poner en marcha su prioridad en política doméstica. “Es momento de hacer lo correcto para las familias trabajadoras de Estados Unidos, dejar de lado las filiaciones partidistas, juntarse como nación, aprobar ahora la reforma de salud, este año”, declaró Obama en su discurso a una multitud reunida en un picnic del Día del Trabajador, organizado por la coalición sindical AFL-CIO en Cincinnati, Ohio. “En todo debate llega el momento de decidir, el momento de actuar”, expresó el mandatario. “Ese momento es ahora”, agregó. Los sondeos muestran que cada vez más estadounidenses están preocupados por el plan de reforma, y el mensaje de Obama pareció complacer a los miembros del sindicato, que le dieron una cálida recepción en el Parque Coney Island de la ciudad. Cabe recordar, una vez más, que los trabajadores sindicalizados fueron un apoyo clave para Obama en su campaña por la presidencia. Tras llevar su propuesta de reforma al sistema de salud a la región más afectada por la crisis de Estados Unidos, Obama buscó recuperar su iniciativa después de perder terreno frente a sus críticos durante un turbulento verano. Pese a las declaraciones, algunos colaboradores de Obama confirmaron que el presidente sigue queriendo una opción de seguro del Gobierno en la legislación de salud, pero dejó espacio para un compromiso que podría desilusionar a sus partidarios más liberales. Haciendo referencia al tema de los seguros, Obama declaró: “Sigo creyendo que una opción pública dentro de la variedad de alternativas de seguros puede ayudar a mejorar la calidad y bajar los costos”. Entre los miles de presentes podían verse carteles que decían “El sistema de salud no puede esperar”. La visita de Obama a Ohio fue un adelanto del discurso que dará ante una sesión conjunta del Congreso el miércoles, donde revelará su propuesta para reformar el sistema de salud frente a cautelosos legisladores y un público escéptico. Con el apoyo a su gestión en baja desde niveles récord, el esfuerzo de Obama por recuperar el control del debate es considerado una prueba clave para su liderazgo, que podría definir su joven presidencia. Reformar el sistema de salud de 2,5 billones de dólares, recortando costos y expandiendo la cobertura a un estimado de 46 millones de habitantes que no tienen seguro, es la prioridad nacional de Obama. Pero los aliados demócratas de Obama, que controlan el Congreso, han luchado por redactar un proyecto de ley que ha sido combatido por los republicanos. El debate ahora se dirige a un punto de quiebre. Tras un verano de amargas discusiones, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, aseguró el domingo que el presidente “trazará algunas líneas sobre la arena” en su discurso del miércoles. Un tema clave es si Obama está listo a renunciar a su apoyo a la “opción pública”, un plan de seguro gubernamental diseñado para competir con las aseguradoras privadas que ha sido una característica principal de su reforma de 1 billón de dólares. El Congreso vuelve a sus funciones el martes, luego de un mes de receso, sin signos de que la discusión sobre la reforma disminuya en un futuro cercano. Un sondeo de CBS News mostró la semana pasada que la mayoría de los estadounidenses cree que las propuestas discutidas en el Congreso son confusas y que Obama no ha explicado claramente sus planes.