La llegada de Barack Obama desata pasiones en la sociedad cubana, que van desde la esperanza y admiración, hasta la desconfianza, dudas o escepticismo. Pero muy pocas personas en esta isla caribeña permanecen indiferentes a la visita del presidente estadounidense.
“La visita va a ser simbólica porque en ese país manda el Congreso (legislativo)”, comentó a IPS un hombre jubilado de 68 años que prefirió no dar su nombre, mientras hacía la fila para comprar huevos en un agromercado en el barrio habanero de Vedado.
Desde hace semanas, brigadas de la construcción en esta capital reparan edificios, remozan monumentos y colocan nuevo asfalto para mejorar las rutas que transitará el mandatario, cuando del 20 al 22 de marzo se convierta en el primero de su país que viene a esta nación caribeña en viaje oficial desde 1928.
“Obama no puede decidir por sí mismo terminar el bloqueo”, impuesto a Cuba desde 1962, continuó el sexagenario. “Y, cuando acabe el bloqueo de Estados Unidos, hay que esperar por el fin del bloqueo interno ¿Usted ha visto cómo están los precios?”, destacó sobre el alza del costo de los alimentos que marca este año.
Tanto él como otros muchos habitantes de Cuba apenas sienten mejorías en sus vidas después que Washington y La Habana decidieron normalizar sus relaciones diplomáticas en diciembre de 2014, tras más de medio siglo de hostilidad.
En vísperas de la histórica visita, el gobierno estadounidense lanzó nuevas medidas para ampliar los viajes y comercio con la isla, que entraron en vigor este miércoles 16. Entre ellas, sobresale que la población e instituciones financieras cubanas pueden usar el dólar para algunas transacciones, algo inédito a lo largo del embargo.
“La gente en mi barrio está muy contenta porque han arreglado las calles y pintado las fachadas. Todos hablan de lo que va a pasar”, dijo María Álvarez, una empleada del servicio doméstico de 38 años, que vive en las inmediaciones de la embajada de Washington en esta capital, reabierta en agosto de 2015.
Álvarez precisó a IPS que lo que le preocupa es lo que puede suceder luego que presidente del ahora exenemigo y su esposa, Michelle Obama, dejen la capital cubana rumbo a Argentina.
“¿Y después qué? Pudiera haber problemas de desabastecimiento en las tiendas porque un acontecimiento como ese atrae a mucha gente. Y… con los disidentes”, comentó con voz cautelosa.
A su juicio, “los opositores están haciendo cosas diferentes”. “Una amiga fue hace poco a La Cuevita (mercado en la periferia capitalina) y un señor le dio un CD, según él, con información sobre el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo). Cuando lo abrió tenía propaganda en contra del gobierno”, comentó.
Obama aseguró que su agenda incluirá encuentros con representantes del creciente sector privado cubano, la sociedad civil y la oposición al gobierno socialista, que opera en la ilegalidad porque la Constitución cubana solo reconoce al Partido Comunista de Cuba.
“Centro grandes esperanzas en mi reunión con la sociedad civil cubana, donde espero escuchar más de sus preocupaciones”, escribió el mandatario estadounidense, el 10 de marzo, en una carta al grupo disidente Damas de Blanco, donde reiteró que abordará con su anfitrión, Raúl Castro, el tema de los derechos humanos.
“¿Es verdad que Obama se reunirá con los disidentes?”, preguntó a IPS un jardinero, que acudía a estrenar “el punto wifi (conexión inalámbrica de Internet)” instalado en días recientes en el parque colindante con el Estadio Latinoamericano, el más importante de beisbol en Cuba, en el municipio habanero de Cerro.
El martes 22, el mandatario estadounidense asistirá allí a un juego amistoso entre la selección cubana y un equipo de su país, los Rays de Tampa Bay.
Mientras niños y perros corrían por la plaza bajo el inclemente sol, los adultos navegaban en Internet, apiñados en los pocos bancos con sombra. “Por fin tenemos un lugar cerca para venir a conectarnos”, indicó el jardinero, sobre la primera red instalada en este céntrico municipio capitalino.
Con un precio prohibitivo para muchos bolsillos de dos dólares por hora, la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba abrió en 2015 un servicio de acceso a Internet en 58 puntos abiertos del país. Y la opción llegó ahora a Cerro, como parte de 30 nuevos espacios wifi que se instalarán este año en La Habana.
Una cuadrilla de trabajadores ultima la reparación del estadio, conocido como “El coloso del Cerro”, con nuevas cubiertas para resguardar a 55,000 espectadores. Otros obreros pintan los bordes de las aceras y las señalizaciones blancas y amarrillas sobre las recién asfaltadas calles de acceso al centro deportivo.
“Espero que se viabilice la apertura total de las relaciones Cuba-Estados Unidos”, respondió el dependiente Juan Miguel Vega, de 46 años, a la pregunta de IPS sobre sus expectativas y las de la comunidad ante la visita presidencial. “La gente por la calle dice lo mismo, que espera mejoras para los dos países”, amplió.
Vega vende tabaco, ron y café cubanos en la tienda estatal La Corona, muy cercana al Estadio Latinoamericano. Reveló que, “a raíz de todo el proceso de relaciones Cuba-Estados Unidos, ha aumentado la clientela americana” del establecimiento, en cuya entrada estacionaban automóviles antiguos repletos de turistas.
Personas como Vega, con empleos vinculados al turismo internacional, perciben los beneficios directos del cambio. En lo que va de año, llegaron al país un millón de visitantes, 14.6 por ciento más que en el mismo periodo de 2015, según el Ministerio de Turismo. Eso anticipa un récord de turistas, muy superior a la meta del año, de 3.6 millones.
Los aires del deshielo soplan por partida doble en este municipio, que congrega 122,999 habitantes de los más de dos millones de la capital.
Obreros y técnicos de audio se ajetrean en la inmensa explanada del complejo Ciudad Deportiva, también en Cerro, donde arman la plataforma de 80 metros de largo, 56 de ancho y 20 de altura para el concierto que la mítica banda británica de rock The Rolling Stones ofrecerá gratis, el 25 de marzo.
El equipo organizador del espectáculo optó por este lugar al aire libre, que pudiera acoger unas 400,000 personas provenientes de diversos lugares del país.
“Es una oportunidad única, que no me pienso perder”, confesó a IPS por teléfono Alberto Martínez, un obrero de 20 años, que vive en San José de las Lajas, una ciudad cercana a La Habana. El joven dice ser fanático de los Rolling y prevé recorrer con sus amigos los 45 kilómetros de viaje para disfrutar del show nocturno.
Aunque allí no llegan las obras por la visita del mandatario, “la gente habla del acontecimiento, es lo que está ‘en el bombo¢ (de moda)”, informó María Antonia Lomas, una contadora de 58 años y madre de Alberto.
“Es una gran noticia pero falta mucho para ver los beneficios directos en mi vida”, valoró. “Las personas más favorecidas son las que tienen familia en Estados Unidos y reciben remesas”, estimó esta trabajadora de una empresa estatal vinculada al azúcar.
Según datos oficiales, dos millones de personas de origen cubano y sus descendientes viven en Estados Unidos. De ese total, 1.1 millones nacieron en esta nación caribeña y 851,000 lo hicieron ya en suelo estadounidense.