Desde Chile hasta Colombia y México, América Latina está siendo azotada por inundaciones, incendios forestales y sequías.
Y con cada uno de estos fenómenos a quienes se preguntan si estos situaciones son consecuencia del cambio climático.
La respuesta de los expertos es: probablemente.
Los entendidos dicen que, si bien no hay forma de relacionar directamente ninguno de estos fenómenos con el cambio climático, la cantidad de eventos de este tipo va en aumento a nivel mundial. No obstante, aclaran que hay indicios de que el calentamiento global puede estar incidiendo en ellos.
América Latina ha sido golpeada en tiempos recientes por patrones climatológicos inusuales.
Por ejemplo, Chile padece de intensos incendios forestales durante una ola de calor atípica, acompañada de sequías. Mientras que, el norte de México sufre sus peores sequías en 70 años, desde que se lleva el registro de esos fenómenos.
Asimismo, por segundo año consecutivo la temporada de lluvias de Colombia ha sido muy intensa y ha causado la muerte de al menos 182 personas, destruido más de 1,200 viviendas y ocasionado daños por valor de aproximadamente dos millones de dólares en los últimos cuatro meses.
En una plantación de rosas en el pueblo colombiano de Chia, los empleados dicen que los campos se inundaron el mes pasado por segunda vez en menos de un año, causando grandes pérdidas.
“Nunca en la historia de esta finca –y es una empresa que lleva 30 años en el mercado– habíamos tenido ningún problema”, declaró Javier Castellanos, administrador de la hacienda, quien estima que las inundaciones de abril y diciembre causaron pérdidas de seis millones de dólares.
Sospecha que el cambio climático hizo que las lluvias hayan sido más fuertes.
Si bien expertos coinciden en que La Niña –el enfriamiento cíclico del océano Pacífico– es un factor importante, científicos indican que el cambio del clima también se hace sentir. Además, América Latina es particularmente vulnerable a los desastres naturales.
“Estamos presenciando un aumento en los extremos de las temperaturas altas, un aumento en los extremos de las precipitaciones intensas y un aumento en la duración y la severidad de las sequías”, afirmó Chris Field, director del Departamento de Ecología Global de la Carnegie Institution en la Universidad de Stanford.
“Todavía no es científicamente posible decir con confianza que ninguno de estos eventos individuales es consecuencia de un cambio de clima causado por el hombre, pero confiamos en que hay una tendencia general y en que se nota la mano humana”, dijo Field.
Los fenómenos climáticos extremos abundan e incluyen desde inundaciones en Tailandia hasta sequías en Texas.
En América Latina existen abundantes ejemplos en los dos últimos años como la fuerte sequía que está dañando cosechas importantes en Argentina, como la de la soja y el maíz, haciendo que escasee el alimento del ganado.
En Bolivia, las lluvias que habitualmente llegan en septiembre aparecieron recién a mediados de diciembre, tras una ola de calor en la que hubo temperaturas récord. Puerto Rico, por su parte, soportó fuertes lluvias en el 2001, las segundas más intensas en un siglo.
Algunos expertos dicen que el factor dominante en todos estos fenómenos es La Niña, que al igual que El Niño –que, por el contrario, calienta las aguas del Pacífico– es asociado con los cambios de clima en América Latina y otros sitios.
“Sería muy aventurado, científicamente hablando, atribuir este récord histórico al cambio climático en el caso de México”, comentó Rodney Martínez, coordinador científico del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño en Guayaquil, Ecuador.
“En el caso de Colombia … lo acontecido responde perfectamente a un evento natural como La Niña”, destacó.
El fenómeno de La Niña debe desaparecer en los próximos meses.
Por lo que, científicos están tratando de estudiar cómo el cambio climático afecta tanto La Niña como El Niño.
Jeff Masters, director de meteorología del portal Weather Underground, dijo que es poco probable que tantos fenómenos extremos se produzcan naturalmente en un período de tiempo tan corto. Mencionó dos grandes sequías en la Amazonia, en el 2005 y el 2010, y las lluvias del 2010 en Colombia, que fueron las más intensas en 42 años.
“Creo que hay que pensar que el cambio climático causado por el hombre inclinó la balanza e hizo posible numerosos eventos meteorológicos sin precedentes, así como múltiples fenómenos climáticos sin precedentes que estamos viendo”, manifestó Masters.
“Hay tantos cambios en el clima que cuesta distinguir indicios de los causantes de estos fenómenos. Pero las señales son bastante fuertes ahora”, añadió.
Field, quien integra un grupo internacional de investigadores que estudian el impacto del cambio del clima, trazó paralelos entre el calentamiento global y hablar por teléfono celular mientras se conduce.
“Siempre hay accidentes de tráfico, pero si hay gente que habla en sus celulares, las probabilidades aumentan. Algo similar ocurre con el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos”, explicó Field.
Un clima cada vez más cálido “es el trasfondo sobre el cual ocurre todo lo relacionado con el tiempo”, declaró Michael Mann, director del Earth System Science Center de la Penn State University.
“La modalidad de los fenómenos meteorológicos, con cada año que pasa, está siendo influenciada más y más por un cambio de clima generado por el hombre”.
En Colombia, las aguas inundaron barrios enteros entre septiembre y diciembre de 2011, generando deslizamientos de tierra y obligando a cientos de miles de personas a desalojar temporalmente sus viviendas.
En la plantación de rosas de Mongibello, al norte de Bogotá, las flores de decenas de invernaderos fueron destruidas por el desborde del río Bogotá y los trabajadores tuvieron que usar bombas para eliminar el agua.
Los trabajadores afirman que nunca vieron nada parecido y están convencidos de que esto no fue un fenómeno climático normal.
Colombia ha sufrido inundaciones graves en el pasado como consecuencia de La Niña, por lo que al margen de las causas de ese fenómeno, es vital prepararse mejor para tormentas intensas en América Latina.
Omar Darío Cardona, ingeniero civil y profesor de Gestión Integral de Riesgos y Desastres de la Universidad Nacional de Colombia, explicó que más importante que distinguir entre el cambio climático y los ciclos meteorológicos naturales es tomar medidas para que el país no sea tan vulnerable a los desastres naturales.
“Hay que invertir en la reducción de la vulnerabilidad”, expresó Cardona. Para ello, dijo, es mejor no reconstruir las zonas inundadas y reducir los riesgos trasladando esas operaciones a zonas menos proclives a las inundaciones. El gobierno colombiano todavía no ha hecho un cálculo de lo que costaría llevar a la práctica esa sugerencia.
Al mismo tiempo, la deforestación y destrucción de pantanos en Colombia hacen que las inundaciones resulten más severas porque la tierra tiene menor capacidad de absorber el agua, explicó Manuel Rodríguez Becerra, que fue el primer ministro del medio ambiente de Colombia a principios de la década de 1990 y enseña ahora en la Universidad de Los Andes en Bogotá.
“Entonces toda esa agua que se captura en la época lluviosa, pues ahora se está capturando menos y va directo a los ríos”, señaló Rodríguez.
“Si aumentan los eventos extremos de lluvia y sequía… pues hay zonas que van a sufrir mucho realmente” concluyó.
Fuente Canal Azul 24