Por Némesis Mora Pérez y Kiara Candelaria Nieves
Con casi una década de existencia, el anticonceptivo de emergencia comúnmente llamado Plan B o la ‘píldora del día siguiente’, ha servido como una alternativa para que las mujeres puertorriqueñas eviten tener un embarazo no deseado. Sin embargo, la falta de educación y la desinformación sobre esta pastilla aún sigue preocupando a algunos expertos entrevistados por Diálogo, porque limita su acceso.
“Todavía hay mucho desconocimiento con esta pastilla [Plan B]. Cuando las jóvenes llegan hasta aquí y se les pregunta ‘¿sabes lo qué es el Plan B, la píldora del día siguiente?’, se quedan como que mirando”, confesó Elizabeth Figueroa, consejera de planificación familiar y coordinadora de casos en la Asociación Puertorriqueña Pro Bienestar de la Familia (ProFamilia).
Por su parte, el doctor Ramón Sánchez Rodríguez, director ejecutivo de las clínicas Prevén del Programa de Planificación Familiar Título X de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), comentó que a las clínicas se les hace difícil ofrecer educación sobre el tema de salud sexual y anticonceptivos como el Plan B en las escuelas públicas y privadas de la Isla.
“La educación y la consejería a nivel de escuela no se está brindando con la frecuencia que se brindaba anteriormente”, indicó Sánchez Rodríguez. Explicó que Prevén no ha podido promover el uso de métodos anticonceptivos para una sexualidad saludable en las escuelas porque “[ambos temas] tienen una connotación negativa en varios escenarios de la sociedad puertorriqueña”.
Asimismo, el director ejecutivo de Prevén relató que el presupuesto de las clínicas para promocionar sus ofrecimientos ha disminuido, por lo que no tienen capacidad de hacer campañas de prevención y salud con mayor frecuencia. Sánchez Rodríguez indicó que Prevén ha dejado saber a diferentes organizaciones su disponibilidad para educar sobre salud sexual, pero que “al día de hoy se nos hace bien difícil conseguir los enlaces adecuados con todas estas entidades que son las encargadas de brindar servicios de salud primaria preventivos a nivel de toda la Isla.”
Subrayó además, que “la discusión de los tópicos de salud sexual en los hogares se le hace sumamente difícil a los padres”. En un esfuerzo por llegar a esta población de jóvenes y sus padres, Prevén creó una página de Internet llamada La Calle del Sexo Seguro, donde se ofrece educación sexual precisa por medio de un lenguaje juvenil y fácil de entender.
También el doctor José Hawayek, del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Escuela Graduada de Salud Pública del RCM, enfatizó reiteradamente que es necesario que se eduque sobre la disponibilidad del Plan B a las mujeres que lo necesiten, ya que opinó que muchos embarazos no deseados y no planificados terminan en una serie de problemas serios a largo plazo.
Las estadísticas provistas por el Departamento de Salud (DS) a Diálogo revelan que una reducción significativa en el número de abortos en la Isla coincidió con la introducción de la píldora del Plan B en el mercado puertorriqueño. Sin embargo, desde principios de esta última década volvió a registrarse un aumento preocupante en el número de embarazos interrumpidos.
Según las estadísticas del DS, entre el 2000 al 2004 se registró la mayor cantidad de abortos en la Isla con un total de 35,363, a razón de aproximadamente 8,840 por año.
Diálogo revisó, particularmente, el periodo entre el 2000 y 2012, antes y después de que el Gobierno Federal diera visto bueno al controversial anticonceptivo. Para el año 2005, justo cuando comenzaron los debates sobre la venta de la pastilla, se realizaron 3,321 abortos. Posterior al 2006, cuando finalmente se introdujo la pastilla, esta cifra fluctuó entre 4,800 y 5,600 abortos anuales. A partir del 2010, este renglón ha reflejado nuevamente una tendencia ascendente: sobre 6,000 abortos anuales.
Los datos en cuanto al grupo poblacional que ha optado por hacerse un aborto revelan que las edades transcurren mayormente entre los 18 y 29 años. Para los años de 2000 a 2004, se reportó un total de 6,561 abortos en mujeres entre las edades de18 y 19 años. De 2005 a 2008, cuando se introdujo el Plan B en el mercado, hubo una reducción marcada en los abortos para este grupo, con 2,473; sin embargo, de 2009 a 2012 en ese mismo grupo de edad volvió a incrementar la cantidad de terminaciones de embarazos a más de 3,000.
En el caso de las mujeres entre las edades de 20 a 24 años, del 2000 al 2004 se registraron 11,058 abortos; del 2005 al 2012 las terminaciones de embarazos se fijaron en más de 6,000. En cuanto a las estadísticas de aborto en mujeres entre 25 a 29 años fueron las siguientes: 11,397 del 2000 al 2004; 4,862 del 2005 al 2008; y 4,173 del 2009 al 2012.
Importante el factor económico
Además del factor educativo, otro asunto que limita el acceso a la píldora del Plan B es su alto costo. El director de Prevén indicó que aunque hay mayor disponibilidad de anticonceptivos como la píldora del día después, “el costo es lo que podría representar, en alguna población, un factor limitante”.
Y es que el precio de estas píldoras a nivel comercial fluctúa entre los $45 a $50. En clínicas como Prevén y Pro-Familia el costo sitúa entre $20 y $30. Sin embargo, estos dos programas no existen en todos los pueblos de la Isla. Mientras que Prevén tiene 13 clínicas en diferentes áreas geográficas de Puerto Rico, ProFamilia cuenta con solo seis centros para todo el País.
Esta situación, sin embargo, podría cambiar, al menos para los beneficiarios de Mi Salud, el plan médico que provee el Gobierno. Según trascendió recientemente, el Gobierno ampliará la cobertura de servicios de salud para incluir el acceso a diferentes métodos anticonceptivos. Dicha acción responde a los cambios implementados por el Affordable Care Act (Obamacare), iniciativa del presidente estadounidense Barack Obama.
Se prevé que el Plan de Salud del Gobierno incluirá entre las opciones de métodos anticonceptivos los métodos de barrera (condones), hormonales, orales, inyectables, de emergencia (el Plan B), dispositivos intrauterinos, anillos vaginales e implantes, según detalló Ricardo Rivera, director ejecutivo de la Administración de Seguros de Salud (ASES).
Rivera, destacó que los cambios al Plan de Salud del Gobierno entrarán en vigor el próximo 1 de abril, y beneficiará a 231,220 mujeres entre las edades de 18 a 34 años actualmente acogidas a la Reforma de Salud.
Un anticonceptivo revolucionario
Según Edna Rosario, enfermera de una de las clínicas Prevén, un anticonceptivo de emergencia es una pastilla con una concentración elevada de las hormonas progesterona y estrógeno, que sirven para interrumpir el proceso de ovulación dentro de las primeras 72 horas de la última relación sexual sin protección.
Es decir, al ingerir la pastilla del Plan B, se crea una mucosidad dentro del sistema reproductivo que inhibe o no facilita que los espermatozoides lleguen al óvulo y se fecunde.
A principios del 2006, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la venta y uso del Plan B One Step (levonorgestrel) sin receta a jóvenes mayores de 17 años. Siete años después, la FDA determinó para junio de 2013 que toda joven mayor de 15 años podía adquirir la píldora del Plan B sin receta u “over the counter”.
No obstante, en Puerto Rico, las regulaciones en torno a la edad en la que se puede adquirir esta píldora dependerá de la clínica o farmacia que provea el anticonceptivo de emergencia.
En el caso de Prevén, el doctor Sánchez Rodríguez destacó que una vez la paciente utiliza la píldora, se le recomienda acogerse a un método anticonceptivo de rutina como las pastillas diarias, el anillo vaginal, el parcho cutáneo, la inyección hormonal o el dispositivo intrauterino.