
Es algo que hemos visto antes: máquinas de construcción y de remoción de terreno que chocan con activistas. Un paraíso terrenal, lleno de recursos naturales, que se supone sea para todos, está en debate.
Ese es el escenario ahora mismo en Playuelas, sector costero del Barrio Borinquen, en Aguadilla, donde se libra una batalla entre manifestantes locales y ambientalistas versus los desarrolladores del proyecto Columbus Landing, la empresa Caribbean Managent Group.
Por un lado, hay intereses económicos, desarrollo y construcción en nombre de lo que indican sería creación de empleos. Por el otro lado, la preocupación de afectar de manera permanente un envidiable ecosistema, de dañar el entorno natural.
Allí, en Playuelas, en 136 acres de terreno con gran valor ecológico, en uno de los mejores puntos de surfing del Caribe, esta compañía desarrolladora busca construir el Christopher Colombus Landing Resort, un complejo supuestamente sostenible, con propósitos turísticos y de vivienda.
Al igual que hace ahora la Caribbean Management Group, estos esfuerzos de erguir una construcción en dicha zona marítimo-terrestre han sido impulsados desde la década de los noventa por otras empresas desarrolladoras, como Koeninger Development, Inc. y por Caribbean Seaside Heights.
A todas luces, tienen el respaldo del Municipio de Aguadilla, según ha manifestado públicamente su alcalde Carlos Méndez. Además, tras varios intentos en las pasadas dos décadas, durante administraciones estatales del Partido Nuevo Progresista (PNP) y el Partido Popular Democrático (PPD), cuentan con algunos permisos de la Junta de Control Ambiental, procesos que constantemente han enfrentado la protesta y el rechazo de sectores científicos y ambientalistas, de vecinos del área y de distintas organizaciones sociales y ecológicas.

La resistencia en Playuelas comenzó a inicios de noviembre. (Joey Oyola – Especial para Diálogo)
A principios de noviembre, llegaron las maquinarias de construcción a Playuelas. Lo primero que buscan es construir una carretera que, al menos ahora, permita mayor acceso a camiones y máquinas para proseguir con el desarrollo. Sin embargo, los intereses de estas pudientes empresas han enfrentado la resistencia de ambientalistas, surfistas y miembros de la comunidad, que allí levantaron el Campamento Playuelas.
Ante esto, la firma desarrolladora acudió a los tribunales solicitando algún recurso legal para remover a los manifestantes y desmantelar el campamento de protesta que obstruye su construcción. La demanda de Caribbean Management Group incluye a varias entidades y ciudadanos particulares, entre ellos vecinos del área y lo que entienden son miembros del Grupo Ecológico Ambiental Movimiento Playuelas, y alude al desenvolvimiento en las redes sociales de los demandados. La vista para ver este injunction solicitado se dio durante dos días esta semana.
Admisión de incongruencias
Uno de los abogados asesores de la comunidad de Playuelas, el licenciado Omar Saadé, explicó que en el segundo día de la vista, el pasado miércoles, sobraron las contradicciones por parte de los demandantes. En el contrainterrogatorio a Reinaldo Vicenty, presidente de Caribbean Management Group, Saadé señaló que “el señor Vicenty admitió que el proyecto es distinto al que se planificó hacer en la década de los noventa, y que se continúan haciendo cambios.
“Admitió que no tienen los permisos para el hotel, ni los permisos de vivienda. Admitió que solamente tienen el permiso para esa calle de acceso y reconoció que ese no fue el acceso que se aprobó en la consulta de ubicación”, le narró Saadé a Diálogo.
“La teoría de nosotros es que están viniendo al Tribunal con mano sucia porque llevan a cabo una construcción ilegal”, estableció el abogado.
Saadé agregó que el lunes anterior, en la primera parte de la vista, “se argumentó si el tribunal tenía jurisdicción sobre los miembros de la comunidad de Playuelas y los activistas” entre otros detalles de la solicitud para que cese y desista “lo que entienden es la obstrucción a su desarrollo”.
“Ahora esperamos la sentencia del juez. Creemos que ellos han presentado un caso de muchas contradicciones”, añadió Saadé.
Un preciado ecosistema
La Asociación de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez ha sido una que mantiene bajo lupa lo que sucede en Aguadilla. Miguel Figuerola, miembro de esta asociación, conversó con este diario digital sobre lo que significaría para el ecosistema marino de Playuelas y de la costa aguadillana el desarrollo frente al mar de lo que la misma empresa ha señalado que sería un hotel de 300 habitaciones, además de cientos de residencias tipo villas.
“Nosotros hemos monitoreado los arrecifes del área con la intención de detectar los impactos de estas obras de construcción”, explicó Figuerola a Diálogo.
“Primero, es un área con exceso de correntías, y eso haría que la sedimentación contamine los acuíferos que allí existen. Eso tendría un gran efecto en los corales que hay allí, en el sector de Peña Blanca. Entonces, está el hecho de que Playuelas cuenta con un valor ecológico que muchas no conocemos o no entendemos, a menos que haya una investigación científica más profunda, pues hay muchas cosas que a simple vista no podemos apreciar, como la biodiversidad, y funciones del ecosistema como su producción de oxígeno o su regulación de temperatura”, anotó el estudiante y científico.
Figuerola insistió en la necesidad de hacer un estudio científico que detalle también la producción primaria del área, “lo que es su biomasa de peces, langostas, pulpos y otras especies”.
“Si no haces un buen estudio científico, estos valores ecológicos se van perdiendo desapercibidamente, y uno no se entera. Esto termina ocasionando la perspectiva irreal de que el costo ambiental amerita los beneficios económicos a corto plazo, pero esa mentalidad surge porque realmente no se sabe, pues no se ha estudiado a fondo”, articuló.
“No se ha hecho una evaluación económica de cuánto contribuyen allí estos valores ecológicos. No se ha tratado de establecer prioridades al bienestar de la población local, entiéndase las prioridades como educación comunitaria y seguridad alimentaria. Allí hay pescadores. El otro día fuimos y un local me dijo: ‘yo traigo a mi hijo aquí a pescar y quiero seguir trayéndolo’. El mismo valor ecológico le agrega valor económico al área. Eso es parte de la política pública del Departamento de Agricultura, aumentar la producción local, y allí hay potencial para eso”, indicó el biólogo marino, quien durante su carrera universitaria ha observado de cerca el desenvolvimiento de las áreas costeras de Rincón, Cabo Rojo, Mayagüez y Aguadilla.
Figuerola recordó cuando la Asociación de Estudiantes de Ciencias Marinas fue a Playuelas a principios de septiembre.
“Nosotros sabíamos que allí estaban los letreros de la construcción, pero nuestra meta era levantar información de los arrecifes para agregarlo a la propuesta de designar allí una reserva natural. Queríamos ver si encontramos especies de coral bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción y otras especies de coral”, rememoró. Fue bastante lo que encontraron.
Según explicó, a lo largo de toda esa costa abunda el coral conocido como Acropola Palmata o “cuerno de alce”. Otras especies de coral que vieron allí fueron el Orbicella Faveolata y el Dendrogyra Cilindrus al que también conocen como “coral pilar”.
“Lo relevante de estos arrecifes es que no son controlados por la misma marejada porque no los dejan crecer demasiado, están a 100 metros de la villa y eso los hace bien accesible al ser humano, ya sean turistas o pescadores. Son un atractivo accesible, aunque a la misma vez eso los hace vulnerable, porque cualquier contaminación en los pozos y en los acuíferos les afecta. Imagínate entonces cómo una construcción les afectaría”, dijo.
Estos corales, dijo Figuerola, “miden varios metros de ancho y de diámetro”, lo que propicia la creación de arrecifes gigantes. Todos, dijo, ubican dentro de las especies en peligro de extinción del National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA).

Playuelas es uno de los puntos de surf más importantes del Caribe. (Suministrada)“Pero, más aún, hay una abundancia de corales juveniles bastante amplia. Son corales que están empezando a crecer, y que están protegidos por la nueva ley de protección de corales y arrecifes que se aprobó en Puerto Rico hace unos meses”, dijo Figuerola. Ese reglamento, estipuló, le da prioridad a que áreas con grandes formación de corales juveniles sean designadas como reservas naturales, “como en Playuelas, donde hay gran necesidad de hacer estudios científicos más profundos, ante tanta abundancia de corales juveniles”.
“Estamos aquí por todos”
El 1ro de noviembre, Pocho Levalle, otros y otras activistas ambientales y sociales, y vecinos de área, levantaron el Campamento Playuelas. Se apostaron allí, donde la pesada maquinaria de Caribbean Management Group llegaba a limpiar terreno para empezar a construir la controvertible carretera de acceso que abriría paso al masivo desarrollo.
“Nuestra intención primaria era detener las máquinas. Sabemos lo que desde hace años intentan hacer en esta comunidad. Esto es otro capítulo más en la lucha del pueblo puertorriqueño por defender sus recursos ante intereses económicos desmedidos”, dijo Le Valle a este rotativo en entrevista cibernética.
“El campamento es un frente de lucha para asegurar que no se hagan mas trabajos que entendemos son con permisos fradulentos” , agregó.
Numerosas organizaciones ecológicas se han unido al reclamo del campamento. Además, al ser uno de los puntos de surf más importantes del Caribe, dónde ubican rompimientos de olas como los que apodan Wilderness y Mix, hay surfers veteranos y reconocidos que también han dado su respaldo, como Carlos Cabrero, Otto Flores, y los hermanos Wesley y Brian Toth, entre otros. De hecho, la situación en Playuelas ha sido también reseñada en las redes sociales de la prestigiosa Surfing Magazine, catalogada como la biblia de este deporte. Curioso, que esta pugna en uno de los mejores puntos de surf de la isla surge justo cuando el Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR) acoge este deporte para el próximo ciclo olímpico competitivo.
Los artistas también han dicho presente por Playuelas. En la noche de hoy viernes se realizará una manifestación artística con la participación de grupos como Los Petardos y Mijo de la Palma, entre otros.
“Es importante que en Puerto Rico se sepa que esto lo hacemos por el bien común, por el bien de todos, y no de unos pocos”, finalizó Levalle.