Es una crasa amenaza a los derechos humanos. De hecho, lo que ha pasado es tan malo que no sorprendería que luego de esto Estados Unidos deje de recibir cooperación militar en los lugares donde más la necesite. En fin, las nuevas políticas migratorias del presidente Donald Trump parecen haber lanzado a los Estados Unidos a un verdadero vertedero diplomático.
Así lo entienden dos expertos entrevistados por Diálogo: el estudioso y analista de política internacional, José Rivera, y el abogado y especialista en derechos civiles, William Ramírez. Ambos pasaron revista sobre la situación de este pasado fin de semana, cuando un decreto presidencial firmado por Trump en contra de refugiados y ciudadanos de países de Medio Oriente que viajen a Estados Unidos provocó gran revuelo internacional y protestas en las principales ciudades del gigante norteamericano.
La orden ejecutiva del nuevo mandamás de Casa Blanca suspende el programa de refugiados por cuatro meses y cierra la entrada de refugiados sirios de forma indefinida. Asimismo, el mandato de Trump reduce a la mitad el cupo de refugiados que había establecido la administración del expresidente Barack Obama y también prohíbe durante 90 días la entrada de la mayor parte de los ciudadanos de Siria, Irán, Iraq, Sudán, Libia, Somalia y Yemen.
Miles alrededor de los Estados Unidos se han lanzado a la calle a protestar lo que a todas luces es una canallada diplomática disfrazada de protección nacional. Aeropuertos internacionales en Nueva York, Boston, San Francisco, Los Ángeles y Washington DC, entre otras ciudades, fueron escenarios de numerosas y fogosas manifestaciones durante el fin de semana. En la noche del sábado, la jueza Anne M. Donnelly, del Tribunal Federal del Distrito de Nueva York, aprobó un interdicto que solicitó de emergencia el sábado la Unión Americana de Libertades Civiles (American Civil Liberties Union, ACLU, según sus siglas en inglés), que detiene la orden ejecutiva de Trump hasta que se vean los méritos y efectos legales del mandato presidencial.

“Esta confusión con lo que ha hecho Trump puede crear problemas económicos, pues muchas compañías de alto valor reclutan ciudadanos de estos países para trabajar en industrias de innovación tecnológica”, dijo Rivera. Ya Facebook y Google pegaron el grito en el cielo. (Gage Skidmore / Visual Hunt)
A pesar de esta orden del Tribunal Federal, en la tarde del domingo aún habían deteneidos en el aeropuerto internacionales John F. Kennedy de Nueva York. La confusión ha reinado con respecto a lo que expertos y medios catalogan como una prohibición a los musulmanes, el muslim ban si sintonizas las noticias en inglés
“Esta prohibición de los Estados Unidos a ciertos nacionales de ciertos países me parece muy similar a lo que pasó en la década de los ‘30 y los ’40, cuando los refugiados judíos huían de la Alemania nazi y las autoridades estadounidenses, en inicio, les negaron refugio, aunque luego, cuando era evidente la campaña de exterminio en su contra los acogieron”, dijo Rivera, experto en política internacional que labora como observador en distintos medios de televisión y prensa escrita.
El otrora profesor del Departamento de Ciencia Política del Recinto de Río de Piedras no se mostró muy sorprendido con las medidas de Trump, si se pone dentro del marco tradicional de la política estadounidense con el resto del mundo. Expresó que “la actitud hacia los refugiados y emigrantes siempre ha sido muy hostil en los Estados Unidos”.
“Siempre hay un elemento de ansiedad de parte de la población anglosajona de que se pueda diluir la naturaleza blanca protestante o lo que ellos conciben, dentro de su distorsión, que es los Estados Unidos. En eso se centra toda esta hostilidad de parte de los americanos blancos protestantes que forma la base política del populismo de Trump”, explicó el conferenciante en distintas áreas de diplomacia.
Para Rivera, esta orden, “que se hizo con poco criterio de juicio y poco análisis parte de la premisa de que hay que actuar inmediatamente ante un imaginario del terror”. Pero es un tiro que puede salirle al gobierno de los Estados por la culata. El erudito entiende que es muy peligroso para la imagen internacional de Casa Blanca “prohibirle la entrada a refugiados de los que no hay prueba de que hayan cometido actos terrorista en suelo de los Estados Unidos”.
“Pudiese alegarse que algunos de los atacantes en los sucesos de París, en noviembre del año pasado, fuesen refugiados, pero realmente eran yihadistas posando como refugiados”, dijo Rivera. En la vasta mayoría de los casos, “el perfil de un refugiado es el de alguien que huye de una situación precaria, de miseria, para preservar la vida a toda costa. Esa percepción es la más aceptado en la política internacional”.
Rivera acentuó que, descontando a Iraq y las sublevaciones contra los Estados Unidos tras invasiones de guerra que datan desde el régimen de Saddam Hussein, “ciudadanos de los países en cuestión nunca han atacado a estadounidenses”. Además, existe la dicotomía de que “otros países de la región que no están incluidos, como Arabia Saudita o Egipto o el Líbano o los mismos Emiratos Árabes, países que produjeron a varios de los perpetradores de los ataques del 11 de septiembre de 2001 o dónde se han asesinado estadounidenses, no sean incluidos y estos sí”.
“No estoy diciendo que los incluyan, no deben incluir a ninguno, pero nuevamente, aquí hay una clara selección discriminatoria”, apostilló.
Resulta que Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos Árabes – países excluidos que mencionó Rivera – son lugares donde Trump mantiene negocios. En Arabia Saudita, por ejemplo, Trump registró ocho compañías en 2015, todas atadas a asuntos hoteleros, según informó el Washington Post. En Egipto, mientras tanto, Trump mantiene las empresas Trump Marks Egypt y Trump Marks Egypt LCC.
En los Emiratos Árabes la cosa es más insólita: la empresa Trump Organization mantiene un acuerdo de licenciamiento y manejo en Dubai para la construcción de toda una vecindad de villas lujosas y de dos campos de golf, uno diseñado por el golfista Tiger Woods.
La ACLU, entidad que en Nueva York acudió a la jueza federal de distrito Donnelly para ponerle un cese y desista a la orden presidencial, entiende que Trump se ha limpiado los mocos con la Constitución de los Estados Unidos.
“Antes que todo, estamos ante unas políticas que violan derechos constitucionales, entre ellos la primera enmienda de la constitución de los Estados Unidos que aborda el derecho de expresión, entre ellos, la libertad de religión”, destacó el abogado Ramírez, director del capítulo de Puerto Rico de ACLU.
Ramírez puntualizó que el hecho de que Trump también incluya en la orden presidencial una excepción para los refugiados cristianos abona a la persecución religiosa.
“Sin duda es discrimen religioso”, estableció.
“Hacen un alerta a las muertes de cristianos en estos países, pero las masacre no discriminan en estos países”, estipuló por su parte Rivera.
Todos estos movimientos del novel presidente anglosajón y exestrella de televisión tipo reality solo sirven para lacerar y debilitar la imagen internacional de los Estados Unidos, lo que pone en peligro ciertas fortalezas de la economía norteamericana.
“Esta confusión puede crear problemas económicos, pues muchas compañías de alto valor reclutan ciudadanos de estos países para trabajar en industrias de innovación tecnológica, como la ingeniería de computadoras, los diseños de software, y en labores de altas ciencias y matemáticas, como la medicina”, apuntó Rivera.
Según el Financial Times, firmas valoradas en miles de millones, como Apple, Google y Facebook han condenado este bloqueo migratorio y viajero de Trump. Rivera entiende que esta actitud de Casa Blanca que ha enarbolado Trump también lanza señales mixtas a países con grandes poblaciones musulmanes como India y Pakistán, cuyos talentos laborales también fomentan la economía estadounidense.
Entonces está el dilema militar.

“Estados Unidos no está en estos conflictos solo y las autoridades de estos países pudieran decidir terminar con las cooperaciones estratégicas militar y reducir las relaciones diplomáticas”, dijo el experto en política internacional José Rivera. (Flickr)
“Para colmo, ahora Estados Unidos encarará un problema enorme con la cooperación estratega y militar con estos países. Hay que recordar que muchos de sus triunfos en la denominada guerra contra el terror – triunfos entre comillas, claro – han sido gracias a que los gobiernos de estos países han compartido inteligencia militar con ellos”, señaló Rivera.
“Estados Unidos no está en estos conflictos solo y las autoridades de estos países pudieran decidir terminar con las cooperaciones estratégicas militar y reducir las relaciones diplomáticas. También esto trabaja en términos propagandísticos y de opinión pública para que grupos como el Estado Islámico (Isis) o Al Qaeda lo usen en su reclutamiento”, puntualizó.
Nada, que en sus primeros días ya Trump anda sacando el “ugly american” a pasear. La demencia parece haberse apoderado de la política internacional de Estados Unidos. A ver cómo reacciona el resto del planeta.